Pedro Sánchez, en su discurso desde Kunshan, cerca de Shanghái, y en respuesta a las preguntas de los periodistas al final de la visita, ha escenificado el cambio de postura de España en la guerra comercial que la Unión Europea ha declarado contra China en el sector de los vehículos eléctricos.
Desde que las relaciones diplomáticas entre España y China se restablecieron formalmente el 9 de marzo de 1973, los avances han ido despacio. En 2005, ambos países declararon su relación como una «Asociación Estratégica Integral», lo que subrayaba el compromiso de ambas naciones de fortalecer sus lazos en diferentes áreas, desde el comercio hasta la cooperación en foros internacionales.
El comercio entre España y China ha crecido significativamente en las últimas décadas, con China convirtiéndose en el principal socio comercial de España fuera de la Unión Europea. El comercio bilateral ha pasado de 37.900 millones de dólares en 2020 a 48.600 millones de dólares en 2023, un aumento del 28,23 por ciento, según la Administración General de Aduanas de China.
La
visita vista desde la Moncloa
La visita de
Pedro Sánchez a China se ha centrado en fortalecer los lazos
económicos y diplomáticos entre ambos países, destacando la
importancia de la cooperación mutua. Durante su estancia en Beijing
y Shanghái, Sánchez ha inaugurado el IX Foro España-China, un
evento clave para impulsar el diálogo entre ambos países, que no se
celebraba desde 2015. Este foro tiene como objetivo fomentar la
colaboración en áreas económicas, tecnológicas y culturales.
Uno
de los puntos destacados de la visita ha sido la reunión de Sánchez
con el presidente chino, Xi Jinping, donde se ha reafirmado el
compromiso de ambos países de seguir profundizando en las relaciones
bilaterales sobre la base del respeto mutuo. Sánchez también ha
enfatizado la necesidad de un «orden comercial justo»,
aludiendo a las tensiones comerciales entre China y la Unión
Europea, especialmente en sectores como el de los automóviles
eléctricos y la industria porcina, de la cual España es un
importante exportador a China.
Además, Sánchez ha
destacado la importancia de buscar soluciones consensuadas en
aquellas áreas donde las posiciones de ambos países no coinciden
plenamente, manteniendo una actitud constructiva de diálogo y
cooperación.
Esta visita refuerza la posición de España
en el contexto internacional, subrayando su apuesta por equilibrar
las relaciones con potencias globales como China, y promover el
comercio y la inversión en sectores clave.
La visita vista desde China
Desde
la perspectiva china, la visita de Pedro Sánchez a China se ha
interpretado como una oportunidad clave para fortalecer las
relaciones bilaterales y la cooperación económica, en un contexto
de desafíos comerciales entre China y la Unión Europea. Los medios
chinos han destacado el compromiso mutuo de avanzar en la relación
estratégica integral que ambos países han cultivado durante más de
50 años. Se ha resaltado especialmente la importancia del IX Foro
España-China, que ha permitido un diálogo profundo entre actores
empresariales y políticos de ambos países.
Desde el
gobierno chino, la visita ha sido vista como una manifestación del
interés de Europa, y en particular de España, por mantener una
relación estable y beneficiosa con China. El primer ministro Li
Qiang y otros altos funcionarios chinos han coincidido en la
necesidad de profundizar en la cooperación en áreas como la
manufactura, las infraestructuras, la transición energética y la
transformación verde. Esta visita también ha permitido abordar
temas sensibles, como las fricciones comerciales entre la UE y China,
particularmente en el sector de los vehículos eléctricos.
China
considera que la visita de Sánchez refleja el consenso dentro de
Europa de promover un vínculo estable con el gigante asiático, a
pesar de las tensiones comerciales. Además, se ha valorado
positivamente la intención de ambas partes de resolver las
diferencias a través del diálogo y la consulta.
¿Qué han obtenido oficialmente Pedro Sánchez y China?
Pedro Sánchez ha obtenido varios logros en su visita a China, enfocados principalmente en fortalecer las relaciones comerciales y diplomáticas entre ambos países. Ha reforzado la cooperación en energías renovables y la transición verde, áreas donde España tiene un interés especial, aprovechando el liderazgo chino en tecnología de energías limpias; ha logrado acuerdos para profundizar las inversiones y el comercio en el ámbito del IX Foro España-China; China y España han acordado facilitar los intercambios turísticos; y ha promovido una agenda de diálogo sobre temas globales, incluyendo la estabilidad en las relaciones China-UE y la gestión de conflictos internacionales.
China
también ha obtenido beneficios significativos de la visita de Pedro
Sánchez, que refuerzan su relación con España y, por extensión,
con la Unión Europea. La visita ha supuesto un refuerzo de la
estabilidad en las relaciones con Europa; China ha obtenido el
compromiso de profundizar la cooperación en áreas estratégicas
como la transición energética, las infraestructuras y la
manufactura avanzada; las conversaciones durante el IX Foro
España-China también han favorecido a China en términos de
acuerdos comerciales e inversiones con España; y ha logrado
consolidar acuerdos que facilitarán el turismo bilateral, con el
objetivo de aumentar el número de turistas españoles en China, un
sector que China busca fortalecer tras la pandemia.
¿Dónde radica el impacto histórico de esta visita?
Pedro Sánchez, en su discurso desde Kunshan, cerca de Shanghái, y en respuesta a las preguntas de los periodistas al final de la visita, ha escenificado el cambio de postura de España en la guerra comercial que la Unión Europea ha declarado contra China en el sector de los vehículos eléctricos.
“Todos los miembros de la UE y la Comisión tenemos que reconsiderar nuestra posición. No necesitamos otra guerra comercial. Tenemos que buscar un acuerdo entre la Comisión Europea y China en el marco de la OMC
[organización mundial del comercio]
. Todos estamos reconsiderando nuestra posición”, ha dicho Pedro Sánchez de acuerdo con la prensa española.
“Al igual que le he comentado al presidente Xi en privado, España quiere jugar un rol positivo de tender puentes. No nos convienen las guerras comerciales. Estoy convencido de que entre todos vamos a alcanzar una solución de consenso. Agradezco la actitud constructiva de las autoridades chinas”, ha añadido.
«Francamente, creo que debemos reconsiderar, todos nosotros, no solo los estados miembros [de la UE], sino también la Comisión [Europea], nuestra posición hacia este movimiento [la expansión arancelaria propuesta para los vehículos eléctricos chinos]», en la versión de la prensa china (el discurso de Pedro Sánchez ha sido en inglés).
Detrás de este cambio de postura nos encontramos con una reconsideración española de la contradictoria posición en que se encontraba. Somos una potencia automovilística a la que nos perjudica una guerra comercial sobre el automóvil y tenemos importantes intereses en las exportaciones cárnicas a China. Junto a ello, China ha puesto nuevas inversiones tecnológicas sobre la mesa. El fabricante de baterías chino Envision ha anunciado una inversión de más de 1.000 millones de dólares en España para levantar una fábrica de electrolizadores, que se añade a la inversión previa de más de 2.500 millones que Envision ya se ha comprometido a desembolsar para levantar una fábrica de baterías para vehículos eléctricos en Navalmoral de la Mata (Cáceres).
El sector del automóvil es crucial para la economía española, representando aproximadamente el 10% del PIB y generando alrededor del 9% del empleo directo e indirecto. España es el segundo mayor productor de automóviles en Europa, solo detrás de Alemania, y el noveno a nivel mundial. La industria no solo está orientada hacia el mercado local, sino que es altamente exportadora, con más del 80% de los vehículos fabricados en España destinados a mercados internacionales.
Empresas españolas como Gestamp, Antolín y CIE Automotive son algunos ejemplos de compañías auxiliares del automóvil con una fuerte presencia en China. Estas empresas están orientadas hacia la innovación tecnológica, especialmente en la fabricación de componentes ligeros y de bajo impacto ambiental, dirigidos hacia el sector de la movilidad eléctrica en China. La marca española SEAT (parte del Grupo Volkswagen), también ha mostrado interés en expandirse en China, especialmente en el segmento de vehículos eléctricos, dada la rápida electrificación del parque automotor chino.
No parecía razonable el interés español por un conflicto comercial con China en el ámbito del sector automovilístico (los aranceles propuestos por la UE a los vehículos eléctricos chinos oscilan entre el 10 y el 50 por ciento).
Y
tenemos el problema del cerdo. Este conflicto ha comenzado cuando
China inicia una investigación sobre las importaciones de carne de
cerdo europeas, como una posible respuesta a los aranceles impuestos
por la UE sobre los vehículos eléctricos chinos.
España,
como uno de los principales exportadores de carne de cerdo a China,
se ha visto directamente afectada por esta situación. En 2023,
España exportó más de 560.000 toneladas de carne de cerdo a China,
lo que representa una parte importante de su sector agroalimentario.
La investigación lanzada por China cuestiona las prácticas
comerciales de los productores europeos, sugiriendo posibles
subsidios que crearían una competencia desleal en el mercado chino.
Para España, este conflicto pone en riesgo un mercado clave para sus
exportaciones agroalimentarias, especialmente en un momento en que la
industria porcina ha experimentado un crecimiento notable debido a la
demanda en China.
Finalmente, Pedro Sánchez parece haber mostrado preocupación por el impacto económico de estas medidas, y ha abogado por una resolución dialogada de las tensiones, intentando minimizar los efectos sobre sectores críticos como el cárnico. Máxime cuando los aranceles a los coches eléctricos chinos no le generan a España ningún beneficio y se justifican tan solo por motivos políticos anti-China promovidos desde Estados Unidos.
A finales de octubre los países de la Unión Europea deberán votar sobre los aranceles contra los vehículos eléctricos chinos, una medida arbitraria, contraproducente para la industria europea contra la que se han manifestado todos los fabricantes europeos de automóviles, una medida promovida por el hegemonismo norteamericano contra China que convierte nuevamente a Europa en un vasallo que se inmola en gloria de Estados Unidos. Esperemos que este cambio de posición de Pedro Sánchez, escenificado en Kunshan sea el inicio de la vuelta a la sensatez de la Unión Europea.
(Artículo
publicado originalmente en China
información y economía)
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.