Por las bebés asesinadas por no haber nacido niños. Por las mujeres maltratadas tras fachadas de buen nombre. Por las niñas soldado, oscilando entre violación y muerte. Por las viudas inmoladas, enclaustradas y desheredadas. Por las autoras sin más opción que emplear seudónimos masculinos. Por las mujeres secuestradas para la esclavitud sexual. Por las niñas […]
Por las bebés asesinadas por no haber nacido niños. Por las mujeres maltratadas tras fachadas de buen nombre. Por las niñas soldado, oscilando entre violación y muerte. Por las viudas inmoladas, enclaustradas y desheredadas. Por las autoras sin más opción que emplear seudónimos masculinos. Por las mujeres secuestradas para la esclavitud sexual. Por las niñas mutiladas, de pies o genitales. Por las mujeres prostituidas, de cuerpo o mente. Por las rubias, suegras y gordas ridiculizadas. Por las curanderas, parteras y boticarias marginadas y sacrificadas para beneficio de otra medicina. Por las trabajadoras violadas para mantener su empleo. Por las violadas apedreadas, vilipendiadas y abandonadas. Por las violadas condenadas como provocadoras. Por las mujeres a quienes se niega la educación y el conocimiento. Por las mujeres condenadas a realizar «sus labores». Por las mujeres asesinadas por discrepar con el poder masculino, tachadas con temor de brujas, herejes, seductoras o pecadoras. Por las mujeres que necesitan permiso para realizar cualquier pequeño acto. Por las madres solteras por imposición y abandono. Por las mujeres esterilizadas sin conocimiento ni consentimiento. Por las niñas abusadas en películas de porno. Por haber sido mujer. Por ser mujer. Por los hombres que lloran con cada crimen de género. Por los hombres que se atreven a denunciarlos a gritos. Por los hombres que reflexionan en torno al género. Por los hombres que luchan por terminar con estos actos. Por los hombres que aman y respetan a las niñas y a las mujeres. ¿Tan pocos sois que apenas se os oye? ¿Tan pocos sois que apenas se os ve? ¿Tan pocos sois que los crímenes continúan? ¿Tan poco importa la mitad de la humanidad? ¿Tan poco se entienden las potencialidades de la existencia femenina? ¿¡Por qué!? El grito desesperado que une a millones de personas, año tras año, crimen tras crimen, golpe tras golpe. El grito de las víctimas, el grito de las potenciales víctimas. ¿Por qué? ¿Por poder absoluto? ¿Por placeres sádicos? ¿Por pereza e indolencia? ¿Por ganancia económica? ¿Por ignorancia cultural? ¿Por adoctrinamiento? ¿Por conveniencia política? ¿Como acto de fe? ¿Porque le da la gana? ¿Por pensar que se ha hecho siempre? ¿Por derecho conyugal? ¿Por derecho de género? ¿Por derecho legal? ¿Por creer ser el más fuerte? ¿Por desahogarse? ¿Por ser completamente insensible? –