El importante debate sobre el calentamiento global auspiciado por las Naciones Unidas sólo ofrece una imagen parcial del cambio climático. Aparte de los desbastadores efectos de las emisiones de los gases de efecto invernadero en la capa de ozono, ahora se puede modificar el clima del planeta como parte de una nueva generación de «armas […]
El importante debate sobre el calentamiento global auspiciado por las Naciones Unidas sólo ofrece una imagen parcial del cambio climático. Aparte de los desbastadores efectos de las emisiones de los gases de efecto invernadero en la capa de ozono, ahora se puede modificar el clima del planeta como parte de una nueva generación de «armas no mortíferas» ultramodernas. Tanto los estadounidenses como los rusos han desarrollado habilidades para manipular el clima mundial.
En los Estados Unidos, el Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP) ha perfeccionado la tecnología como parte de la («Guerra de las Galaxias») Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI). Pruebas científicas recientes revelan que el HAARP está en total funcionamiento y tiene la capacidad de provocar posibles inundaciones, sequías, huracanes y terremotos. Desde el punto de vista militar, el HAARP es un arma de destrucción en masa. Potencialmente, constituye un instrumento de conquista capaz de desestabilizar sistemas agrícolas y ecológicos de regiones enteras de una manera selectiva.
Mientras no haya pruebas fehacientes de que se está utilizando esta tecnología letal, seguramente las Naciones Unidas debería tratar el tema de «la guerra ambiental» junto a los debates sobre las consecuencias climáticas de los gases de efecto invernadero…
A pesar del amplio conocimiento científico, el asunto de las manipulaciones climáticas deliberadas con fines militares nunca ha formado parte explícitamente del orden del día de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. Ni las delegaciones oficiales ni los grupos ecológicos que participaron en la Conferencia de La Haya sobre Cambio Climático (CO6) (Noviembre 2000) han planteado el amplio tema de «la guerra climática» o «las técnicas de modificación ambiental (ENMOD)» como elemento importante en la comprensión del cambio climático.
El conflicto entre negociadores oficiales, ecologistas y grupos de presión que representan a negocios estadounidenses se centra en la rotunda negativa de Washington a cumplir los compromisos sobre la reducción de dióxido de carbono, contraídos de conformidad con el Protocolo de Kyoto en 1997. (1) Los efectos de las tecnologías militares sobre el clima mundial no son motivos de discusión o preocupación. Los debates en curso, que a penas tratan el tema de los gases de efecto invernadero, benefician los objetivos estratégicos y de defensa de Washington.
«GUERRA CLIMÁTICA»
La doctora Rosalie Bertell, reconocida mundialmente, confirma que los científicos militares estadounidenses …están utilizando los sistemas climáticos como un arma potencial. Los métodos incluyen el aumento de la intensidad de las tormentas y la desviación de ríos de vapor en la atmósfera del planeta con el objetivo de provocar sequías o inundaciones. (2) Ya en los años setenta, el ex asesor de Seguridad Nacional Zbigniew Brzezinski había previsto en su libro «Between Two Ages» (entre dos eras) que:
«La tecnología pondrá a disposición, de los líderes de las principales naciones, técnicas para llevar a cabo una guerra secreta, de la cual sólo habrá que evaluar a un mínimo número de las fuerzas de seguridad… Las técnicas de modificación pudieran emplearse para provocar largos periodos de sequía o de tormenta.»
Marc Filterman, ex oficial militar francés, esboza varios tipos de «armas no convencionales» que utilizan frecuencias radiales. Se refiere a «la guerra climática», e indica que los Estados Unidos y la Unión Soviética ya habían «acumulado los conocimientos especializados necesarios para desencadenar repentinos cambios climáticos (huracanes, sequías) a principios del decenio de 1980. (3) Estas tecnologías «ocasionan perturbaciones atmosféricas mediante la utilización de ondas de radares de Frecuencia Extremadamente Baja (ELF)». (4)
En un estudio de simulación de futuros «escenarios» de defensa, llevados a cabo para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos se pide que:
«Las fuerzas aeroespaciales estadounidenses están obligadas a «controlar el clima» mediante el aprovechamiento de las nuevas tecnologías y la aplicación del desarrollo de esas tecnologías en la guerra… Desde el aumento de las operaciones amistosas o la interrupción de las del enemigo mediante la modificación en pequeña escala de los regimenes meteorológicos naturales, hasta el dominio total de las comunicaciones a escala mundial y el control contraespacial, la modificación del clima proporciona al soldado una amplia variedad de posibles opciones para derrotar o coaccionar al adversario…En los Estados Unidos, es probable que la modificación del clima llegue a ser parte de la política de seguridad nacional con aplicaciones tanto dentro como fuera del país. Nuestro Gobierno continuará con esta política, en dependencia de sus intereses, a varios niveles. (5)
PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN DE AURORA ACTIVA DE ALTA FRECUENCIA (HAARP)
El Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP), con sede en Gokoma, Alaska, dirigido en conjunto por la Fuerza Aérea y la Marina de Guerra estadounidenses, es parte de una nueva generación de armas ultramodernas concebidas en el marco de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) de los Estados Unidos. Este programa, ejecutado por la Air Force Research Laboratory’s Space Vehicles Directorate (dirección de vehículos espaciales del laboratorio de investigación de la fuerza aérea), constituye un sistema de antenas de gran potencia capaces de crear «modificaciones locales controladas en la ionosfera.» El científico Dr. Nicholas Begich, quien participa activamente en la campaña pública contra el HAARP, describe el HAARP de la siguiente manera:
«Es una tecnología altamente poderosa de emisión de haces de ondas radiales que eleva zonas de la ionosfera (la capa superior de la atmósfera) concentrando un haz y calentando esas zonas. Entonces las ondas electromagnéticas rebotan hacia la tierra y arrasan con todo, vivo o muerto.» (6)
La doctora Rosalie Bertell describe el HAARP como «un calentador gigante que puede causar importantes alteraciones a la ionosfera, al crear no solamente agujeros, sino también grandes incisiones en la capa protectora que impide que las radiaciones mortales bombardeen el planeta.» (7)
OPINIÓN PÚBLICA CONFUSA
El HAARP se ha mostrado a la opinión pública como un programa de investigación científica y académica. Sin embargo, documentos militares de los Estados Unidos indican que el objetivo del HAARP es «explotar la ionosfera para fines del Departamento de Defensa». (8) Sin referirse al programa HAARP explícitamente, un estudio de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos se refiere al uso de «modificaciones ionosféricas inducidas» como un medio de alterar los regímenes meteorológicos así como de afectar las comunicaciones y el radar enemigos. (9)
De acuerdo con la doctora Rosalie Bertell, el HAARP es parte de un sistema integrado de armas, que trae consecuencias desvastadoras para el medio ambiente:
«Está relacionado con cincuenta años de programas intensivos y cada vez más destructivos, creados para comprender y controlar la atmósfera superior. Sería precipitado no asociar el HAARP a la construcción del laboratorio espacial que los Estados Unidos están planificando de forma independiente. HAARP forma parte integrante de una larga historia de investigación y desarrollo espaciales de carácter deliberadamente militar. Las consecuencias militares que resultan de la combinación de estos proyectos son alarmantes… La capacidad de combinar el HAARP, el Laboratorio Espacial y el cohete, para generar grandes cantidades de energía, comparable con una bomba nuclear, en cualquier lugar de la tierra mediante rayos láser y haces de partículas, es escalofriante. Es probable que el proyecto se venda al público como un escudo espacial contra las armas venideras, o, para los más crédulos, un dispositivo para reparar la capa de ozono. (10)
Además de la manipulación del clima, el HAARP tiene varios usos conexos:
«El HAARP podría contribuir al cambio climático mediante el bombardeo intensivo a la atmósfera con rayos de alta frecuencia…La devolución de ondas de baja frecuencia a una alta intensidad también podría afectar el cerebro de las personas, y no se podrían descartar los efectos en los movimientos tectónicos. (11)
De manera más general, el HAARP tiene la capacidad de modificar el campo electromagnético del planeta. Forma parte de un arsenal de «armas electrónicas» que los investigadores militares estadounidenses consideran como una «guerra más gentil y amable». (12)
LAS ARMAS DEL NUEVO ORDEN MUNDIAL
El HAARP forma parte del arsenal del Nuevo Orden Mundial en el marco de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI). Desde los puntos militares principales de los Estados Unidos, se podrían desestabilizar potencialmente economías nacionales enteras utilizando las manipulaciones del clima. Lo que es más importante, esta última podría ponerse en práctica sin el conocimiento del enemigo, a un costo mínimo y sin emplear personal y equipamiento militares como en una guerra convencional.
El uso de HAARP, si se llega aplicar, podría traer consecuencias potencialmente devastadoras para el clima mundial. Para satisfacer los intereses económicos y estratégicos de los Estados Unidos, se podría utilizar para modificar el clima de manera selectiva en diferentes partes del mundo, lo que provocaría la desestabilización de los sistemas agrícolas y ecológicos.
También es importante indicar que el Departamento de Defensa de los Estados Unidos ha asignado considerables recursos al desarrollo de sistemas de inteligencia y vigilancia para los cambios climáticos. La NASA y la Nacional Imagery and Mapping Agency (NIMA) (agencia nacional de obtención de imágenes y cartografía) del Departamento de Defensa están trabajando en «la obtención de imágenes para el estudio de las inundaciones, erosiones, peligro de deslizamiento de tierra, terremotos, zonas ecológicas, pronósticos meteorológicos y cambios climáticos» con datos transmitidos desde satélites. (13)
LA APATÍA POLÍTICA DE LAS NACIONES UNIDAS
De acuerdo con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC) firmada en la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992:
«De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y los principios del derecho internacional, los Estados tienen… la responsabilidad de velar por que las actividades realizadas dentro de su jurisdicción o bajo su control no causen daños al medio ambiente de otros Estados o de zonas que estén fuera de los límites de la jurisdicción nacional.» (14)
También vale la pena recordar que una Convención Internacional ratificada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1997 prohíbe «el uso militar u otro de naturaleza hostil de las técnicas de modificación ambiental que provoquen efectos generalizados, duraderos o severos». (15) Tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética fueron signatarios de la convención. La Convención define las «‘técnicas de modificación ambiental’ como si se tratara de cualquier técnica de cambio, mediante la manipulación deliberada de los procesos naturales, la dinámica, composición o estructura de la Tierra, así como su biota, litosfera, hidrosfera y atmósfera o del espacio ultraterrestre». (16)
Entonces, ¿por qué las Naciones Unidas, pasando por alto la Convención ENMOD celebrada en 1997 y su propia Carta, decidieron excluir de su agenda los cambios climáticos que se derivan de los programas militares?
PARLAMENTO EUROPEO RECONOCE LA REPERCUSION DEL PROYECTO HAARP
En febrero de 1998, en respuesta a un informe de la señora Maj Brito Theorin (miembro del Parlamento Europeo por Suecia y defensora de la paz durante mucho tiempo), el Comité del Parlamento Europeo de Política de Relaciones Exteriores, Seguridad y Defensa celebró audiencias públicas en Bruselas sobre el programa HAARP. (17) La «Propuesta de Resolución» del Comité presentada al Parlamento Europeo es la siguiente:
«Considera el proyecto HAARP… en virtud de sus trascendentes efectos para el medio ambiente, como una inquietud mundial y exige que un organismo internacional independiente examine sus consecuencias juridicas, ecológicas y éticas… (el Comité) lamenta la reiterada negativa del Gobierno de los Estados Unidos… a prestar declaración ante la audiencia pública… sobre los riesgos ambientales y públicos del programa HAARP.» (18)
Sin embargo, la solicitud del Comité de que se redactara un «Libro Verde» sobre «los efectos medioambientales de las actividades militares», fue rechazada con toda tranquilidad, alegando que la Comisión Europea carece de la jurisdicción necesaria para ahondar en «los vínculos entre el medio ambiente y la defensa». (19) Bruselas tenía mucho afán de evitar un enfrentamiento con Washington.
COMPLETAMENTE EN FUNCIONAMIENTO
Aunque no existen pruebas concretas de que HAARP esté siendo usado, los descubrimientos científicos indican que en el presente se encuentra completamente en funcionamiento, lo cual significa que HAARP podría ser en potencia utilizado por el Ejército de los Estados Unidos para modificar selectivamente el clima de de una «nación hostil» o «estado renegado», con vistas a desestabilizar su economía nacional.
Los sistemas agrícolas de los países tanto desarrollados como en desarrollo ya atraviesan por una crisis como resultado de las políticas del Nuevo Orden Mundial, incluidos la liberalización del mercado, el vertimiento de productos en el mercado, y otros. Suficientemente documentado, la «medicina económica» del FMI y el Banco Mundial impuesta al Tercer Mundo y a los países del antiguo bloque soviético ha contribuido en gran medida a la desestabilización de la agricultura nacional. A su vez, las disposiciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) han apoyado los intereses de un puñado de conglomerados occidentales en la esfera de la agricultura y la biotecnología en pos de imponer semillas genéticamente modificadas a los agricultores de todo el mundo.
Es importante comprender la conexión entre los procesos económicos, estratégicos y militares del Nuevo Orden Mundial. En éste contexto, las manipulaciones climáticas que tienen lugar bajo el programa HAARP (ya sea de forma accidental o deliberada) exacerbarían inevitablemente estos cambios debilitando las economías nacionales, destruyendo las infraestructuras y provocando potencialmente la quiebra de los agricultores en vastas zonas. Desde luego, los gobiernos nacionales y las Naciones Unidas deben abordar las posibles consecuencias de HAARP y de otras «armas no letales» para los cambios del clima.
NOTAS
1. Últimos llamados para que los países reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero en un promedio de 5,2 por ciento en el período de 2008 al 2012. Véase antecedentes del Protocolo de Kyoto en http://www.globalwarming.net/gw11.html
2. The Times, Londres, 23 de noviembre de 2000.
3. Intelligence Newsletter, 16 de diciembre de 1999.
4. Ibid.
5. Universidad Aérea de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, AF 2025, Informe Final, http://www.au.af.mil/au/2025/ (sin subrayar en el original)
6. Nicholas Begich y Jeane Manning, The Military’s Pandora’s Box, Earthpulse Press, http://www.xyz.net/~nohaarp/earthlight.html
Véase también la página de presentación de HAARP en http://www.haarp.alaska.edu/
7. Véase Briarpatch, enero de 2000. (sin subrayar en el original)
8. Citado en Begich y Manning, op cit.
9. Universidad Aérea, op cit.
10. Rosalie Bertell, Antecedentes del Programa HAARP, 5 de noviembre de 1996.
http://www.globalpolicy.org/socecon/envronmt/weapons.htm
11. Begich y Manning, op cit.
12. Don Herskovitz, Killing Them Softly, Journal of Electronic Defense, agosto de 1993.
(sin subrayar en el original). De acuerdo con Herskovitz, «la guerra electrónica» es definida por el Departamento de Defensa como «una acción militar que incluye el uso de energía electromagnética…»El Journal of Electronic Defense en http://www.jedefense.com/ ha publicado varios artículos sobre la aplicación de tecnologías militares electrónicas y electromagnéticas.
13. Military Space, 6 de diciembre de 1999.
14. Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Nueva York. Véase artículo completo en http://www.unfccc.de/resource/conv/conv_002.html (sin subrayar en el original)
15. Véase Associated Press, 18 de mayo de 1977.
16. La Prohibición de Modificación Medioambiental Fielmente Observada, Los Estados Participantes declaran, Crónica de la ONU, julio de 1984, Vol. 21, p. 27
17. European Report, 7 de febrero de 1998.
18. Comisión del Parlamento Europeo de Políticas de Defensa, Relaciones Exteriores, y Seguridad, Bruselas, doc. no. A4-0005/99, 14 de enero de 1999.
19. EU Lacks Jurisdiction to Trace Links Between Environment and Defense, European Report, 3 de febrero de 1999.
Michel Chossudovsky es profesor de Economía de la Universidad de Ottawa.
Traducido por Cubadebate