M.H.: En comunicación con José Luis Carretero desde Madrid. ¿Cuál es el nuevo mapa político de España? J.L.C.: El mapa político de España ha quedado completamente transformado después de las últimas elecciones. Ha habido una fuerte emergencia de candidaturas de unidad popular, realizadas en torno a Podemos y a otros grupos que querían realizar una […]
M.H.: En comunicación con José Luis Carretero desde Madrid. ¿Cuál es el nuevo mapa político de España?
J.L.C.: El mapa político de España ha quedado completamente transformado después de las últimas elecciones. Ha habido una fuerte emergencia de candidaturas de unidad popular, realizadas en torno a Podemos y a otros grupos que querían realizar una profundización democrática en el país.
Ha habido una ruptura del bipartidismo, los dos partidos que hasta ahora dominaban el campo político, el Socialista y el Popular, han caído tremendamente, aunque siguen manteniendo fuerza. El Partido Popular (PP) ha sido el más votado en el conjunto de las elecciones municipales y autonómicas y el Partido Socialista (PSOE) ha tenido la suficiente fuerza como para seguir funcionando como partido bisagra necesario para la gobernabilidad en la mayor parte de los lugares.
Sin embargo, ha sido evidente que la gente tiene voluntad de cambio, que se ha expresado en un vuelco electoral fuerte, sobre todo en las grandes capitales, como Madrid, Barcelona o Zaragoza donde se ha producido una transformación radical en la que han llegado al poder candidaturas de unidad popular construidas en torno a los partidos que están reclamando una transformación del régimen del ’78 y el inicio de un proceso de profundización democrática.
M.H.: En nuestro país genera entre los sectores progresistas, una gran expectativa la nueva alcaldesa de Barcelona, una compañera que ha surgido del movimiento contra la expulsión de sus viviendas de miles de españoles. ¿Qué evaluación haces de Ada Colau?
J.L.C.: Ada Colau es una activista del movimiento por la vivienda que tiene muchas adhesiones del sector de la izquierda y los movimientos sociales del Estado español. Es una persona que ha estado personalmente intentando detener los desahucios, que ha sido detenida por ello, que forma parte de un núcleo de activistas que ha acumulado muchas adhesiones y que ha puesto en marcha uno de los movimientos más transformadores, asociados al 15 de marzo y que ha sido el Movimiento de la plataforma de los afectados por la hipoteca.
En ese sentido no hay nada que echarle en cara a Ada Colau, pero hay que tener presente que para llegar adonde está ha tenido que pactar con una serie de grupos políticos prexistentes entre los cuales se encuentran declarados socialdemócratas que han ejercido el poder en la Barcelona pre Colau, en asociación con otros partidos y que están conformados en gran parte por políticos profesionales y por políticos tradicionales desde el punto de vista de lo que ha sido el ejercicio de la política en los últimos 30 años.
Hay que tener presente que tiene muchas adhesiones, no se le puede acusar nada malo y que evidentemente tiene una gran voluntad de transformación pero, al mismo tiempo, no hay que perder de vista que la hegemonía que pueda tener en este momento esta fundamentada en base a pactos con grupos sobrevivientes del régimen del ’78, es decir, que la dinámica que pueda aplicar al ayuntamiento va a estar lastrada por ese tipo de pactos y por el hecho de que al fin y al cabo lo que se plantea, tanto por su parte como por todas las candidaturas de unidad popular que se han presentado, es una transformación puramente democrática más que una transformación social que alcance aspectos más profundos de la realidad.
M.H.: ¿Cuáles son los límites de estos nuevos alcaldes en cuanto a la posibilidad de hacer cambios profundos en la realidad política y social de España?
J.L.C.: En primer lugar tenemos el límite esencial que consiste en tener que pactar para obtener la gobernabilidad con fuerzas del bipartidismo. Por ejemplo, en Madrid, Manuela Carmena tiene que contar con el acuerdo y pasividad del PSOE que todos sabemos lo que es, para sostener el gobierno de la ciudad, cosas semejantes suceden con Ada Colau en Barcelona. Esto implica límites en cuanto a las políticas que se puedan llevar a cabo. Hay límites preexistentes, la misma construcción de las candidaturas de unidad popular ha sido realizada teniendo que aglutinar a sectores que no tienen claro qué tipo de transformación quieren llevar a cabo.
Hay que tener presente que el ciclo de movilizaciones que se inicio en el 15M, el tipo de dinámica política que se ha puesto en marcha alrededor de partidos como Podemos o de las candidaturas de la unidad popular es una iniciativa política que pone sobre la mesa la profundización democrática, no se habla tanto de un cambio de las reglas del ejercicio de la política con respecto de la política tradicional, tampoco de un cambio en el aparato productivo. Es decir, que lo que se plantea es la posibilidad de una democracia mejorada, pero no tanto un ejercicio de la política tan directamente desde los ciudadanos. Aunque esto se plantea por algunos de los sectores de unidad popular, no son los mayoritarios dentro de esas candidaturas.
Hay que tener presentes los límites legislativos también, en estos días el Ministro de Hacienda puso en claro los límites que la legislación aprobada por el gobierno central pone al ejercicio de los ayuntamientos relacionados con las candidaturas de unidad popular. Hay cosas que se han prometido que van a ser muy difíciles de cumplir, tanto por los límites políticos que mencioné recién, como por los legislativos, leyes que impiden hacer ciertas cosas y que son centrales y no pueden modificar los ayuntamientos. Así como por los propios límites de los ayuntamientos que en muchos casos están sobre endeudados a raíz de los saqueos que han sufrido durante los últimos años y, por lo tanto, va a ser difícil encontrar el dinero suficiente para poner en marcha determinadas políticas.
El discurso de Podemos va variando con el tiempo y se va convirtiendo en más populista que propiamente relacionado con el 15M
M.H.: Te pido un análisis sobre Podemos.
J.L.C.: Podemos es un partido que nació dentro de la estela del 15M, de la iniciativa de dos grupos que se alían en un momento determinado, por un lado están los propios impulsores en torno al grupo de La Tuerca y Pablo Iglesias y, por otro lado, un partido de tradición marxista anticapitalista, en un momento esta iniciativa tiene un éxito evidente en las elecciones pasadas lo que implica un crecimiento acelerado y su masificación.
Al mismo tiempo, se produce un movimiento de repliegue político, cuando se hace el Congreso fundacional, el encuentro de Vista Alegre, el grupo de La Tuerca hace un cierre político estableciendo normas organizativas tendencialmente jerarquizadas y establece una serie de mecanismos que limitan la participación desde abajo. Esto hizo que la política de Podemos se transforme de una que podíamos denominar como alternativa o de izquierda transformadora, a una que intenta un acceso directo al centro del tablero político. Su discurso va variando con el tiempo y se va convirtiendo en un discurso más populista que propiamente relacionado con el 15M.
En estos momentos Podemos tiene una fuerza evidente, pero no parece responder a las expectativas que se habían planteado al principio. Han tenido mejores resultados en las elecciones municipales donde han ido coaligados con otra serie de actores, ligados al mundo de los movimientos sociales, mientras en las elecciones autonómicas han obtenido muy buenos resultados, sobre todo para un partido que se presentaba por primera vez, pero no los resultados arrasadores que se esperaban por las encuestas anteriores.
Vamos a ver cómo evoluciona, parece que se mantiene el discurso populista que busca llegar al centro del tablero político con una serie de mensajes, fundamentalmente la profundización democrática y la lucha contra la corrupción. Este mensaje contra la corrupción donde afirman ser los puros y que los actuales son los corruptos, está volviendo en forma de problemas para el propio partido y las candidaturas de unidad popular, como se ha visto recientemente en Madrid.
Hay que tener presente en Podemos la absoluta hegemonía de los elementos que podríamos definir como de clase media ilustrada, personas con muchos estudios que tienen profesiones liberales o relacionadas con las altas instancias del mundo educativo, etc. Y esto lleva a un discurso propiamente populista relacionado con los intereses de las clases medias que se está haciendo bastante evidente en el marco del propio partido.
M.H.: ¿Parecido a Syriza?
J.L.C.: Sí, pero hay que tener presente que Syriza tiene un discurso más tradicional en cuanto a discurso de izquierda. En el marco político griego todo está un par de pasos a la izquierda con respecto a lo que sucede en España. Es cierto que Syriza realiza esta especie de conglomerado interclasista para la toma del poder y enviar hacia una dirección de profundización democrática al Estado pero, al mismo tiempo, es una fuerza que no renuncia a sus tradiciones básicas izquierdistas y que tiene en su seno organizaciones provenientes de esta orientación.
Sin embargo, Podemos en los últimos tiempos ha afirmado en sus discursos que no es ni de izquierda ni de derecha, que no entiende esos ejes como esenciales en el discurso o en el debate político actual, sino que el eje se debe situar entre la casta y la gente. Se trata de un discurso mas populista que relacionado a las políticas de izquierda, que sigue siendo el discurso que sostiene Syriza pese a todo.
José Luis Carretero Miramar es abogado y miembro del ICEA
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