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Las cloacas

Fuentes: Rebelión

Estos días se habla mucho de cloacas. Ya se hablaba en otro tiempo, al comienzo de este simulacro político, de asesinatos desde las cloacas del Estado. Y desde entonces las cloacas no han dejado de expeler de­tritus. Aunque es de un tiempo a esta parte, cuando se ha vuelto a hablar de ellas, con motivo […]

Estos días se habla mucho de cloacas. Ya se hablaba en otro tiempo, al comienzo de este simulacro político, de asesinatos desde las cloacas del Estado. Y desde entonces las cloacas no han dejado de expeler de­tritus. Aunque es de un tiempo a esta parte, cuando se ha vuelto a hablar de ellas, con motivo de ma­niobras de los bajos fondos para aplastar a un partido político y a sus principales representan­tes. En esos bajos fondos no esta­ban sólo policías y políticos canallas. También ha aparecido al menos un periodista que formaba parte de las cloacas, que ya apestaba y sigue apes­tando. Un periodista que, al igual que las ra­tas transmiten la peste pero ellas no la padecen, es un vector permanente de infec­ción, con aspecto mitad normal, mitad depra­vado. Y a saber cuántos miserables más , escondidos entre los pliegues de la fin­gida honestidad como él.

De todos modos, en esto de cloacas se pinta solo este país. En realidad España, la mayor parte de su historia, se la ha pasado en­tre cloacas. Cuando no estaban en la Inquisición, estaban en los golpes de estado, cuando no, en la Cruzada, y cuando no, en la Causa General contra todo viviente no adicto al dictador, y cuando no, en las barbaridades de los cuartelillos, y cuando no, en los turbios fondos de curas piadosos, y cuando no, en po­licías que se hicieron para disponer de mucho tiempo hasta que se les descubra que son parte del hampa y en línea con ese viejo refrán «putas y curas viven a pares».

Hasta tal punto eso es así que podría decirse que España no puede vivir sin cloacas institucionales. Desde las cloacas, un ejér­cito bien pertrechado y heterogéneo compuesto por políticos, policías, periodistas, cardenales, empresarios de postín, banque­ros y opulentos está, de momento sólo, viene preparándonos un futuro inmediato que es para echarse a temblar. Si la Constitu­ción les ha servido, envueltos en ella y en la bandera, tanto para emboscar o desfigurar sus fechorías como para aplastar a quie­nes les hagan sombra o no les dejen libre el paso, ya nos pode­mos preparar después del 28 de abril… Lo mismo da quién o quie­nes, a partir del 28 de abril, ganen las elecciones. Lo mismo darán los pactos. Si ganan ellos, cerrarán las puertas de las maz­morras. Si no ganan, las cerrarán también. Todos esos que he enumerado y bullen en las cloacas, se disponen a impedir que triunfe el bien sobre el mal; se preparan, desde las cloacas, para hacer que unos se enriquezcan más y más, y gran parte de la po­blación viva en la miseria, en continuo sobresalto, sin esperanza, anestesiada, entontecida por las Redes y apestada por las cloa­cas…

Jaime Richart. Antropólogo y jurista.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.