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Las distancias calculadas de Josep Antoni (José Antonio en castellano) Duran i Lleida

Fuentes: Rebelión

J.A. Duran i Lleida es secretario general o presidente, no recuerdo bien, de Unió Democràtica de Catalunya, un «partido», por así decir, un colectivo de intereses de orientación democristiana muy pero que muy conservador. Es portavoz y amo de la coalición CiU en el Congreso de Diputados español. Es un político institucional que lleva con […]

J.A. Duran i Lleida es secretario general o presidente, no recuerdo bien, de Unió Democràtica de Catalunya, un «partido», por así decir, un colectivo de intereses de orientación democristiana muy pero que muy conservador. Es portavoz y amo de la coalición CiU en el Congreso de Diputados español. Es un político institucional que lleva con mano de hierro y amianto una formación política llena de corruptelas, corrupciones y corruptos. Es vicepresidente de hecho y en la sombra del gobierno catalán del president Mas. Es un lobista pro-nuclear reconocido y temido. Es el gracioso e infame elitista que habla con desprecio de los campesinos andaluces cuando la ocasión electoral lo requiere con las risotadas de apoyo de sus correligionarios. Es un asiduo del Palace y algunas cosillas más. Algún día habrá que hablar también de ellas.

El pasado jueves don Duran i Lleida apoyó sin reservas el hachazo del gobierno Rajoy, un gobierno al que su coalición apoya día sí, noche también, en todo lo que tenga que ver con ataques a los derechos económicos y sociales de las clases trabajadoras. Sin que su pulso tiemble.

Se distanció cinco centímetros cuando reclamó, sin éxito, que se suavizara la subida del IVA en el turismo. Su clienta empresarial le haría alguna llamadita.

El domingo 15 de julio subió de tono. Cerraba la escuela de verano de sus Juventudes, la Unió de Joves. ¡Qué pandilla, Dios mío! Allí habló en otro tono: el gobierno Rajoy lleva a España -no sólo a Catalunya- a la ruina.

Afirmó don Duran que el gobierno, un gobierno que CiU no cesa de apoyar, actúa sin autoridad moral. ¿Por los ajustes, por los hachazos antiobreros? No, porque no dialogó con la oposición y no negocia lo que Duran i Lleida quiere negociar: los intereses de las clases hegemónicas catalanas. Las suyas, las que tan bien representa.

Le puso un 0 al ministro de Economía por subir el IRPF y luego el IVA. ¿Y qué nota le puso al ministro de Economía del gobierno catalán, el mismo que al inicio de curso, en el Círculo de Economía, ante un colectivo de hooligans empresariales, gritaba aquello de que lo público estaba en crisis y que harían muy bien si aprovechaban la ocasión para darle un toque final?

Don Duran i Lleida se atrevió a pedir un impuesto para las grandes fortunas, mientas su gobierno, el de Mas y Mas-Colell, les han regalado unos 400 millones de euros anuales eliminando el impuesto de sucesiones para esas grandes fortunas. Humo, simple humo.

Elevó el tono de sus críticas porque el gobierno del PP, partido con el que su partido es aliado en diputaciones y alcaldías, no había presentado un plan de lucha contra el paro. ¿Y su gobierno? ¿Es EuroVegas su plan de lucha contra el paro? ¿La contrarreforma laboral que su partido apoyó y empeoró? ¿La contrarreforma del PIRMI sobre el que su gobierno se lanzó como un buitre hambriento es parte del plan?

No hagan ni caso. Duran i Lleida no sólo es amigo fiel del neofranquismo español sino que su gobierno, un gobierno que apoya sin problema alguno, siempre juntos de la mano por cualquier jardín de privilegiados, es un adelantado en muchas de las medidas que ahora critica con la boca pequeña.

Por si no lo recuerdan, un colectivo de ciudadanos y ciudadanas ha propuesta otorgar a Duran i Lleida un premio: el de falsario mayor del Reino. Se lo merece. El jurado popular no puede tener ninguna duda.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

rCR