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Cuatro años después el Prestige continúa contaminando las costas gallegas

Las fragatas de la armada no combaten el chapapote

Fuentes: insumissia

De haber invertido en anti-contaminación naval (es decir, en el ámbito civil), el panorama actual durante un vertido sería radicalmente distinto

Científicos del Instituto Español de Oceanografía siguen vigilando las manchas de fuel frente a las costas gallegas, después de confirmar que éstas proceden del combustible derramado por el Prestige cuando se hundió hace ya cuatro años. Estas manchas, de hasta dos centímetros de espesor, fueron detectadas hace 10 días. El análisis de las primeras muestras y las observaciones realizadas en el lugar apuntan a que el hidrocarburo proviene de los tanques del petrolero griego que Repsol selló hace dos años.

La inversión entre 1995 y 2006 (esto es, activada por el último gobierno socialista de Felipe González, hecha efectiva durante los gobiernos del PP de Aznar y finalmente concluida por el de Zapatero) en cuatro fragatas de guerra para la armada española, de haberse realizado en el ámbito civil, hubiera posibilitado disponer de una flota de más de 30 barcos anti-contaminación propiedad del estado español.

Esta estimación ya fué realizada en septiembre de 2004 por la campaña «Por la paz: no a la investigación militar!» aprovechando su comparecencia ante la Comisión de Peticiones y Derechos Humanos de las Cortes Aragonesas.

Lo que viene a continuación es precisamente un extracto de la transcripción literal de la intervención de uno de l@s integrantes de la campaña en Aragón durante esa sesión.

Lo traemos a colación aquí, también precisamente ahora que se debaten los Presupuestos Generales del Estado Español para el ejercicio 2007 (trámite que coincide con el aniversario del accidente del petrolero Prestige), porque con esta observación la campaña dejaba meridianamente claro,ya entonces, un ejemplo de lo que podría significar eso de «Gastos militares para necesidades sociales» en la protección del medio ambiente.

Los esfuerzos de la actual Xunta de Galicia, en manos del socialista Emilio Pérez Touriño, para demostrar que las cosas han cambiado, quedan en ridículo si se comparan con el derroche presupuestario de estos años para la construcción de barcos de guerra.

Más información sobre la situación actual de las todavía vigentes reclamaciones de la Plataforma «Nunca mais», que incluyen la solicitud de al menos un buque anti-contaminación con capacidad de 3000 tm para las costas gallegas, pueden encontrarse en el comunicado publicado en su propia página web y leído tras su última manifestación. La información en la que se basaban entonces l@s activistas de la campaña en su intervención se puede rescatar de la propia documentación de la Xunta de Galicia un año antes. La transcripción completa de la intervención puede consultarse en el apartado «Campaña en Aragón» de la web www.noalainvestigacionmilitar.org

Extracto del «tercer punto del orden del día, constituido por la Campaña aragonesa «Por la paz: no a la investigación militar»,a petición propia, para informar sobre los objetivos de la citada campaña, exponer los pasos dados por la misma hasta el momento y proponer líneas de actuación sobre este tema en la Comunidad Autónoma de Aragón:

Respecto a situaciones concretas, estamos oyendo hablar de la debacle de los astilleros Izar. Se está diciendo que la única parte que funciona de la industria naval es la industria militar. Evidentemente. Cuando un Gobierno no tiene ningún freno, ningún freno, ni por parte de la normativa comunitaria ni siquiera por las leyes de la Organización Mundial del Comercio, que excluyen explícitamente a la industria militar de las leyes y las normativas referentes a la libre competencia, es obvio que, cuando un Estado puede gastar lo que quiere en un sector determinado, si tiene esa iniciativa política determinada, lo hará.Evidentemente, en este momento hay una serie de pedidos militares en los astilleros de Izar.

Exactamente, por poner un ejemplo en lo concerniente a lo naval, hay cuatro unidades de fragata F-100, que están entrando en servicio entre el año 2002 y el 2007. La inversión total en esas fragatas ha sido de mil quinientos sesenta y tres millones de euros, una inversión que se ha producido también entre 1995 y 2006. Bien. No sé si recordarán ustedes un pequeño incidente que ocurrió en Galicia. En Galicia se hundió un barco llamado Prestige, y España no tenía barcos anticontaminación para hacer la limpieza de las costas. Tuvimos que recurrir a recursos exteriores. Un barco anticontaminación, en el presupuesto más desfavorable, el barco anticontaminación más caro que se pueda imaginar usted cuesta cincuenta millones de euros.

Con lo presupuestado para cuatro fragatas en esos años se hubieran podido construir treinta y una unidades [1] de barcos anticontaminación. Es una simple cuestión de prioridades políticas y sociales. Y no nos deberíamos de liar en otro tipo de diatribas. Esa es la cuestión fundamental: hacia dónde queremos dirigir los esfuerzos y los presupuestos de una sociedad. Y yo creo que es por ahí por donde habría que entrar en el debate, y no quedarnos en suposiciones teóricas, que están muy bien para debates filosóficos; pero estamos hablando de cuestiones políticas concretas y sociales muy específicas.»

Nota:

[1] Curiosamente, son también 31 los puertos de titularidad estatal de una cierta entidad: los denominados «Puerto Schengen»