El río Nilo es muy importante y vital para la vida de la zona y especialmente para Egipto, Sudán y Etiopia, que apenas reciben lluvia aprovechable y no tiene más agua, que unos pocos acuíferos debajo del desierto, que se están reduciendo rápidamente. Sirva como ejemplo que sólo el 2% de Egipto no es desierto […]
El río Nilo es muy importante y vital para la vida de la zona y especialmente para Egipto, Sudán y Etiopia, que apenas reciben lluvia aprovechable y no tiene más agua, que unos pocos acuíferos debajo del desierto, que se están reduciendo rápidamente.
Sirva como ejemplo que sólo el 2% de Egipto no es desierto y el estrés hídrico aumenta mes a mes. Este río atraviesa once países: Egipto Sudán del Norte, Sudán del Sur, Etiopia, Kenia, Uganda, Ruanda, Burundi, Tanzania, la República Democrática del Congo y Eritrea.
El conjunto de estos países suponen 440 millones de personas y, los últimos cálculos demográficos nos habla que esta zona para el año 2050, tendrán una población conjunta de más de mil millones habitantes. Egipto crece a un ritmo del 3% anual, que es una cantidad muy elevada.
Egipto ha estado dispuesto a ir a la guerra para impedir, que se merme su caudal. A mediados de la década de los ochenta estuvo a punto de ordenar ataques aéreos contra Jartum porque se pensaba que amenazaba sus aguas. Egipto es especialmente dependiente de las aguas del Nilo Azul, que llenan en un 80% la presa de Asúan
Por los Tratados firmados en 1059 se permitió aumentar a Sudán su asignación de agua, pasando de los 4.000 millones de m3 estipulados, en el acuerdo de 1929, a 18.500 millones de m3. Se acuerda en el mismo, la construcción del embalse de Rosieres y se le propone seguir adelante con el canal de Jonglei. A cambio, Egipto puede construir el embalse de Asuán sin interferencias. El tratado establece un comité de ambos países, que supervisa todos los proyectos de desarrollo, que pudiesen afectar al curso del río.
En el año 1970, Sudán y Egipto comienzan conjuntamente la construcción compartida del canal de Jonglei. Sudán sufre una guerra civil interminable que la desangra e impide su desarrollo. Los dos países ya se han gastado más de cien millones de dólares donados por otros países y sin embargo Jonglei sigue sin terminarse.
Etiopía es un problema para los egipcios todavía peor que los sudaneses. Se encuentra más alejado y mientras los sudaneses son musulmanes como ellos, los etíopes mayoritariamente son cristianos y siempre han ido a su aire y siguen haciéndolo.
Etiopía cuenta con grandes posibilidades de desarrollo agrícola, poseyendo regiones como Keffer y Nyala, que disponen de tierras muy ricas, pudiendo producir durante todo el año alimentos y cultivos comerciales. Otras regiones tienen grandes posibilidades, pero no están bien regadas. Para que haya riego, tiene que haber embalses, pero estos no son permitidos por los egipcios, pues hacen disminuir la cantidad de agua que lleva el Nilo hasta su país.
Los etíopes no han hecho nada que perjudique a los intereses de los egipcios durante el siglo XX. Se alcanzó un acuerdo general entre los etíopes y egipcios, en 1993. El acuerdo es poco concreto, pero incluye una cláusula, según la cual, cada país se compromete a no hacer nada en el Nilo, que pudiese perjudicar al otro y lo que es más importante acordaron, «que la futura cooperación en lo tocante a los recursos hídricos estaría fundada en el derecho internacional».
Los egipcios si tuvieran unas buenas prácticas hídricas deberían almacenar el agua del Nilo en grandes embalses situados en las tierras altas, donde la velocidad de la evaporación es mucho menor, que en la actual presa de Asúan en medio del desierto, que pierde dos metros de altura anuales por culpa de la evaporación. En los años 1979-1988, el nivel del agua de dicho embalse se redujo y puso en peligro la generación de energía hidroeléctrica. Está claro, que los distintos gobiernos egipcios han tenido una mala política hidrológica
Asuán tuvo una primera presa construida en 1902 por los ingleses, que ya era una gran presa, con más de dos kilómetros de largo y perforada por 180 compuertas. Esta cantidad de compuertas hacen, que su efecto neto no sea negativo, en cuanto al paso del limo. Retenía cuatro millones de pies de acre de la cola de la crecida anual del Nilo a fin de distribuirlos más adelante, lo que viene muy bien en los años secos, dejando pasar el grueso de la crecida con su importantísima carga de limo, vital para la fertilización de sus riberas y en consecuencia para su agricultura..
La actual presa es diferente, mucho mayor y más larga: cien metros de altura y casi cuatro mil metros de larga. Su problema está en el famoso limo, que ya no atraviesa la presa. Se queda ahí y va acumulándose poco a poco, lo que reduce su capacidad de regeneración de las orillas río abajo y provoca una mala calidad de sus aguas por la putrefacción que sufre. Evidentemente, reduce la capacidad del embalse, pero sobre todo hace que sus aguas sean insanas.
Cuando se construyó, no fueron conscientes de que el limo no iba a pasar y se acumularía en el vaso. Los egipcios piensan que la presa elimina por completo la posibilidad de las inundaciones y guarda el agua para los años en que llueve poco. Si Egipto pudo mantener su agricultura durante tantos siglos, fue exclusivamente gracias al depósito anual de limo nuevo procedente de las tierras altas etíopes, los humedales sudaneses y las zonas centrales africanas.
El limo se acumula en Asuán, y ya no llegan sus ricos nutrientes al Mediterráneo, esto destruye la pesca de la sardina en el delta del Nilo.
La consecuencia de la presa de Asuán es la destrucción lenta pero imparable de su delta. El segundo problema es que el agua corre más deprisa sin limo. Los cauces son excavados con más fuerza y se vuelven más hondos y peligrosos.
Los cambios en el reparto del agua del Nilo hacen retroceder al delta unos tres metros anuales. Este riego intensivo ha provocado un aumento constante de la cantidad de sal en el suelo, que cuestiona gravemente su futuro agrícola, pues hace disminuir su productividad.
Sin embargo, la situación ha cambiado, porque desde el año 2010, Etiopia está construyendo la Gran Presa del Renacimiento y esta se ha convertido en una pesadilla para los egipcios. Esta presa es la mayor instalación hidroeléctrica de África y fuente de orgullo nacional para los etíopes. Con esta presa Etiopia considera que impulsará el crecimiento económico del país. El problema es que tiene un gran impacto en el caudal de Nilo, afectando a los intereses egipcios.
Esta presa es vital para Etiopia pues provocará el desarrollo de una agricultura más moderna y porque proveerá en gran parte de electricidad al país, lo que ocasionaría un mayor desarrollo industrial y en consecuencia, una mayor calidad de vida de sus habitantes.
Si Etiopía desviase o consumiese una parte considerable del Nilo, Egipto que depende por completo del Nilo, se quedaría sin el agua y los egipcios han dejado claro siempre, que si esto ocurriese, no tiene otra salida que la guerra.
En el año 2013, el gobierno islamista de Mohamed Morsi se planteó atacar la Gran Presa del Renacimiento por medio de la aviación. Debemos saber que actualmente Egipto tiene un déficit hídrico de 21.500 Hm3 y cada día va en aumento, al carecer de políticas hidrológicas serias..
Foto aérea de la presa de Asúan.
Al mismo tiempo, China está construyendo la presa de Merowe, más abajo de Jartum, cerca de la frontera egipcia. Este es uno de los proyectos emblemáticos de China en el continente africano. Este proyecto es importante para el país para conseguir un mejor desarrollo agrícola y sobre todo por su potencial hidroeléctrico con lo cual podría avanzar en su industrialización, al disponer de electricidad para todo el país.
Como vemos, empezamos a tener un problema muy importante con el agua en amplias zonas del mundo. El río Nilo es uno de esos puntos donde es más fácil que se desarrollen guerras por el agua, como ya estamos viendo. Otras zonas del mundo también muy conflictivas, las tenemos en la cuenca del Ganges, con La India, Nepal, Bután China y Bangla Desh. En Oriente Medio, con las cuencas de Éufrates y Tigris, el río Indo entre India y Pakistán. A todas estas hay que añadir otras zonas hídricas también muy conflictivas.
Presa de Merowe en Sudán.
Tras estos datos que sirven para ponernos en alerta por el grave problema que tiene la humanidad con el agua. Esto debe servirnos para hacer un uso más racional de un bien que cada vez escasea más y buscar formulas de buena gestión hídrica que solucionen estos problemas.
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