BNG y EH Bildu lograron sus mejores resultados municipales, pero también en Euskal Herria el espacio de Podemos/Sumar logró mantenerse en Nafarroa o salvar los muebles en la CAV, gracias a los pactos.
Algunas formaciones de izquierda aumentaron significativamente en votos el 28 de mayo, una los ha mantenido y otra, a pesar de perder una parte, salvó relativamente los muebles de un hogar que parece arder. Es el caso de EH Bildu y BNG y las coaliciones del espacio Podemos-Sumar de Nafarroa (Contigo Zurekin) y Euskadi (Elkarrekin Podemos-IU-Alianza Verde-Equo). ¿El viento en el norte sopla más por la izquierda?
Programa político, liderazgos carismáticos, base social, organización, pactos y trapos sucios lavados con discreción son los ingredientes necesarios para una receta que amplía comensales en territorios donde las derechas —PP, PNV y UPN— son una institución que se erige como intocable, pero cuyo relato pierde fuelle lentamente.
Dice Oskar Matute que en los mítines a nadie le ha sorprendido cuando ha hablado de socialismo, ecologismo, feminismo y antifascismo. Básicamente, sobre eso versan muchas de sus intervenciones en el Congreso de los Diputados, donde ostenta un escaño por EH Bildu. Subraya la importancia de “no reinventarse” en cada comicio y de “no subestimar la capacidad de discernimiento de la gente que vive contigo”. A su compañero en la Cámara Baja, el diputado del BNG Néstor Rego le gusta hablar de la importancia de ser coherente: “La coherencia se reconoce en las urnas y su ausencia se castiga. Y el PSOE y el espacio a su izquierda están en ese momento”, considera.
No es algo que le alegre. Tiene claro que, “si de nosotros depende, nunca gobernará la derecha”, dice en referencia al apoyo del BNG a la investidura de Pedro Sánchez. Pero es crítico con el Gobierno de coalición y enumera la no derogación de la reforma laboral y la inclusión de elementos lesivos en la reforma de las pensiones. En cuanto a los Presupuestos Generales, no olvida la lista de incumplimientos: “Ni siquiera se han construido los tres juzgados de violencia de género de Santiago, Lugo y Ourense”. Aparte, los ferrocarriles.
“Puede que haya miedo a que cumplir con los acuerdos sea parecer muy de izquierdas y darle mecha a la derecha, pero es todo lo contrario. Cuando fuerzas que se dicen de izquierdas incumplen sus compromisos y decepcionan a su electorado, desmovilizan a sus propios votantes y quien se aprovecha es, justamente, la derecha”, explica. Matute añade que, como votante, “luego podrás decir si te ha equivocado de voto o no, pero no debes sentirte engañado”.
BNG y EH Bildu comparten la visión de un Estado plurinacional. Eso les facilita tener un enemigo común —la España una y grande— y, también, un proyecto colectivo —el derecho a la autodeterminación—. Como miembro de EH Bildu, Matute tiene claro que el país va antes que los intereses de partido, “y eso nos diferencia”. “Seguramente nuestro espacio sea imperfecto e incompleto, porque está permanentemente inacabado. Somos un frente amplio que aspira a atraer a más personas, con diversas militancias, que perciban EH Bildu como un instrumento para que el pueblo eche a andar”, agrega. En la campaña del 28 de mayo, personas de distinta índole les apoyaron. La exconsejera socialista Gemma Zabaleta, el exconsejero de IU Javier Madrazo, la exsecretaria general de Podemos Euskadi Nagua Alba y el magistrado jubilado Manuel Díaz de Rábago, que necesitó escolta durante diez años al aparecer como objetivo en dos comandos de ETA.
Izquierda no soberanista a flote
EH Bildu se constituyó en 2011, año que consiguió un resultado espectacular tras el cese de ETA. En 2015 y 2016, Podemos se erigió como primera fuerza en la Comunidad Autónoma Vasca con un resultado aún más espectacular. A partir de ahí, el eje nacional se ha vuelto a imponer, como en Galiza, con un BNG boyante y unas Mareas extintas, espacio que cultivó Yolanda Díaz y del que el BNG reniega. Pero la CAV y Nafarroa mantienen ese espacio político.
Guillermo Nagore es miembro de la ejecutiva de Contigo Navarra, la coalición entre Podemos, IU, Batzarre y el colectivo de independientes, a la que luego se añadieron Alianza Verde y Equo, que funciona “sin cuotas” en los espacios de decisión, explica. Se presentaron en julio de 2022. Fueron los primeros en apostar por la confluencia y su coordinadora, Begoña Alfaro, estuvo en Margariños en la presentación de Sumar.
“La organización y la base social son claves”, reconoce Nagore. “Lo que plantean Oskar y Néstor es de cajón, por ello la implantación es nuestro primer objetivo ahora que ya tenemos algo de organización territorial”. Han repetido el número de escaños de 2019 en el Parlamento Navarro (3) y han funcionado bien en municipios como Tudela (6 concejales) y Burlada (3). En un territorio con una población de poco más de 600.000 habitantes, asegura que la gente ya sabe distinguirles: “Nuestro proyecto político es netamente progresista. Con EH Bildu probablemente coincidimos en muchos asuntos programáticos, pero la vertiente identitaria no es para nosotros una prioridad”. Lo que sí lo es es “escuchar a la gente” y hacer frente a la “agenda de la extrema derecha, que está calando a nivel europeo y estatal”. “O nos unimos, o nos pasan por encima”, advierte. Y para ello, el ingrediente fundamental es evitar las batallas internas en público: “La gente no lo acepta”.
La politóloga Ainara Villaño, del Gabinete de Estrategias de Asuntos Públicos Silván Miracle, también es concisa al respecto: “Es evidente que esas dinámicas crean desafección, por lo que los partidos deberían trabajar en afianzar procesos internos que favorezcan que los debates, que son necesarios e inevitables, se den en foros privados”.
Como Nagore, advierte de la importancia de que las formaciones de izquierdas extremen su preocupación “ante la ofensiva conservadora que se prevé que llegue este verano desde España”.
En Euskadi confluyeron Podemos, Izquierda Unida, Alianza Verde y Equo. “Hemos hecho el trabajo desde hace meses, sabíamos que la unión era fundamental y hemos podido resistir en condiciones muy adversas”, resumen fuentes de Elkarrekin Podemos a El Salto. De cara a las elecciones del 23 de julio, “lo tenemos muy claro”, insisten. No contemplan otra opción que no sea la unión.
Hiper liderazgos y comunicación política
Frente al “híper liderazgo carismático de Yolanda Díaz, que es lo que parece que vertebra el proyecto Sumar”, indica Villaño, en Euskadi la politóloga no aprecia tanto un liderazgo carismático en el espacio de Elkarrekin Podemos. Aunque sí considera que lo hay en EH Bildu, con Maddalen Iriarte a la cabeza de la victoria en la Diputación de Gipuzkoa y Rocío Vitero en la ciudad de Gasteiz. Villaño sostiene que “no sirve de nada tener propuestas elaboradas y pegadas a la realidad de la ciudadanía si no hay un canal con capacidad para transmitirlas”. Porque el liderazgo carismático frente al programa asegura que pesa más de lo que les gustaría a las izquierdas: “La comunicación política se está comiendo a la política. Las personas retienen las emociones que les producen los líderes y no tanto las propuestas del programa”, advierte.
Por ello observa que las primeras acciones de comunicación del PSOE de cara a la campaña estatal apuntan a que “han renunciado a disputar en el terreno de las propuestas políticas y lo harán en el terreno de lo emocional”. “La izquierda a la izquierda del PSOE debe prepararse para ese escenario”, concluye la experta.
Las bases, el municipalismo
Internamente, ni BNG ni EH Bildu atribuyen el éxito de sus resultados a los liderazgos carismáticos —ni Ana Pontón ni Arnaldo Otegi se presentaban como candidatos—, pero son consciente de la importancia de cultivar las bases políticas a través de sindicatos, tabernas y movimientos sociales, y cerrar filas ante una crisis —asumir colectivamente una tesis que no es compartida por todos, en el caso del Pacto Educativo vasco; el comunicado de los siete condenados por delitos de sangre de ETA, en el caso de la denuncia de Covite—.
Y al margen de esto, otorgan a las elecciones municipales la importancia que merecen: les anclan a tierra. Les permiten “aguantar en tiempos complicados y expandirnos en los buenos”, indica Matute. EH Bildu es la primera fuerza con 1.051 concejales. Son fuertes en los pueblos y cada vez más en las ciudades —ganaron en Gasteiz, rozaron Donostia—. Otra cosa son los pactos políticos: PNV y PSE se han planteado reeditar todos los gobiernos en coalición. Y el PP se ha ofrecido para ayudarles. Ayuda sin contraprestaciones, en concreto. En Nafarroa, el PSE de María Chivite no quiere saber nada de los soberanistas, a pesar de que ha gobernado cuatro años gracias a su abstención. Prefiere formar Gobierno con sus socios naturales: Geroa Bai (la versión navarra del PNV) y Contigo Navarra.
BNG es la tercera fuerza municipalista y ha pasado de 456 concejales en 2019 a 590 en 2023. Elkarrekin Podemos ha perdido 15 por el camino y ahora cuenta con 50.
En apenas siete semanas, los colegios abrirán de nuevo sus puertas para celebrar las elecciones generales. Las izquierdas del Estado a la izquierda del PSOE necesita consensuar un programa, organizarse entre varias formaciones y lo más intangible: conectar o reconectar con sus bases sociales. El adelanto electoral de Pedro Sánchez puso fin a la disputa sobre el liderazgo y la discreción a la hora de hacer la colada se perdió hace meses. Sobre la situación actual, Matute analiza que “la dificultad de este momento radica en sobrevivir sin que parezca una unión temporal por subsistencia” y subraya que lo que hizo atractivo al Podemos original fue su impugnación al régimen del 78. “Viene la refriega del voto útil”, concluye el diputado, ante la “ofensiva conservadora” que apunta Villaño y las demás fuentes consultadas.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/elecciones/izquierdas-votadas-aciertos-28-mayo