Los manifestantes se sumaron a la protesta estudiantil en Valencia y Cartagena y consiguieron acampar hasta el viernes en el ayuntamiento de Oviedo
«Pan, trabajo y techo». Esta es la dignidad que volvieron a reclamar miles de personas en la tarde del jueves en la tercera convocatoria de unas marchas que, sin embargo, esta vez no llegaron a Madrid procedentes de otras ciudades. En total se habían convocado cerca de 40 manifestaciones, y de todas ellas la más multitudinaria fue la que recorrió el centro de la capital de España, que contó con la presencia de los diputados de Izquierda Unida Alberto Gazón y Cayo Lara.
Salieron a la calle los repartidores de El Mundo (que han perdido un 52% de su salario), los trabajadores despedidos de Madrid Río, las familias que han perdido su casa en los últimos meses y los empleados afectados por el cierre de Bosal. Son solo cuatro de los colectivos que se manifestaron, y no solo para exigir sus derechos particulares sino los que ha perdido el conjunto de la población. También para decir no al tratado comercial TTIP y contra la ley mordaza.
«Ya no hay nadie que se presente a las elecciones diciendo que no pagamos la deuda, por eso seguimos en la calle, la lucha es el único camino», dijo Víctor Jiménez, uno de los portavoces de las Marchas de la Dignidad, en declaraciones recogidas por Cuartopoder.es. Desde este colectivo quisieron reiterar que es un éxito conseguir que la gente se manifieste si se tiene en cuenta «el periodo de demsovilización» que ha generado el mensaje de que las elecciones van a solucionar todos los problemas. Frente a ello, los manifestantes volvieron a pedir una renta básica que garantice dignidad a los ciudadanos.
Durante todo el día se repitieron los actos de protesta en aquellos edificios institucionales que han tenido alguna responsabilidad en el recorte de derechos y libertades. También en una sucursal madrileña de Bankia, ocupada por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca hasta las ocho de la tarde. Las marchas se sumaron a las manifestaciones que habían convocado los estudiantes en Valencia y Cartagena contra la LOMCE y el decreto 3+2, y en Oviedo consiguieron convencer al Gobierno local para que acampasen dentro del ayuntamiento en protesta contra los Premios Princesa de Asturias.
Ni los organizadores ni las autoridades habían informado de incidente alguno hasta las 22:00 horas, momento en que ya habían terminado las manifestaciones.