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Entrevista a Cándido González y Juan M. Morala, dirigentes de la Corriente Sindical de Izquierda

«Las movilizaciones laborales son rentables, la lucha paga»

Fuentes: Diagonal

En 2005 alguien destruyó una cámara de videovigilancia durante una protesta callejera de Naval Gijón. En 2007, Cándido y Morala ingresaron en prisión por este delito; 19 días más tarde se les concedió el tercer grado y un día después se suspendió la condena, anulando de paso la posibilidad de redención de la pena en […]

En 2005 alguien destruyó una cámara de videovigilancia durante una protesta callejera de Naval Gijón. En 2007, Cándido y Morala ingresaron en prisión por este delito; 19 días más tarde se les concedió el tercer grado y un día después se suspendió la condena, anulando de paso la posibilidad de redención de la pena en régimen abierto.

En septiembre, el Consejo de Ministros les concedió un indulto, condicionado al pago de una indemnización y una multa, así como a no cometer delitos dolosos durante cuatro años. En caso contrario, y a la espera del resultado de las alegaciones, volverían a prisión.

DIAGONAL: ¿Qué lectura hacéis de esta nueva situación?

CÁNDIDO G. CARNERO: Es incomprensible, parece una maniobra para echarnos una nueva condena. Por un lado nos obligan a asumir los 5.625 euros de la cámara de vigilancia, lo que implicaría asumir personalmente la autoría de unos hechos que no cometimos. Por otro lado pretenden hacernos pagar una multa de 2.160 euros que corresponde a la primera condena, lo que es contradictorio porque ésta fue suspendida por la juez en su día. Por último se nos impone un plazo de cuatro años durante los cuales no podemos incurrir en delitos similares, en lugar de los dos que establece la ley.

D: ¿Qué supone esto último para vuestra labor sindical?

C.G.C.: Es la primera vez que se nos imputa un delito por los daños causados en una movilización laboral desde que se creó la Corriente Sindical de Izquierda (CSI). Siempre hemos tenido una fuerte presencia en la calle, hemos quemado neumáticos, coches, cajeros, etc., siempre en el contexto de luchas en defensa del empleo y asumiendo la responsabilidad colectivamente. Así que esta nueva situación se explicaría como un intento de criminalizar las luchas contra la liquidación de los astilleros de Gijón, cuyos terrenos están siendo objeto de especulación fomentada desde el Gobierno regional y el Ayuntamiento de Gijón (PSOE-IU). Así pues, el «indulto», condicionado a cuatro años sin cometer delito, busca sacarnos de la calle y, de paso, que nos autoinculpemos del delito que nos imputaron en 2005.

D.: ¿Qué hay detrás del cierre de los astilleros de Gijón?

JUAN M. MORALA: El sector naval ha llegado a emplear hasta 6.000 personas en la ciudad, directa e indirectamente. Se formaban plantillas jóvenes y especializadas que entregaban los barcos siempre dentro de plazo, en competencia con los mejores astilleros de Europa. Con la reconversión industrial se comenzaron a cerrar talleres, a externalizar servicios y a precarizar las condiciones laborales, lo que favoreció una pérdida de competitividad que ha acabado en la situación actual. Hoy, el último astillero, Juliana, está en proceso de quiebra, y los terrenos que conformaban el área industrial portuaria de Gijón se han malvendido con vistas a una expansión urbanística de lujo.

D.: ¿Cuáles han sido las características fundamentales de las luchas de la Corriente Sindical?

C.G.C.: En un contexto de desindustrialización salvaje, en el sector naval recibes el 100% de tu sueldo y cotizas como si estuvieras trabajando hasta los 65 años, en que te jubilas, aunque tu empresa haya cerrado. En cualquier otro sector te echan a la calle en cualquier momento y sin cotización ni nada… Estas ventajas creo que son producto de la pelea desarrollada; la gente entendió desde el principio que la lucha es rentable, que la lucha paga. Al contrario del «síndrome de indefensión aprendida» que tiene todo el mundo metido en la cabeza, el «total, para qué voy a luchar, si no voy a sacar nada». Todo esto marcó las luchas de Naval Gijón. Por ejemplo, agotabas el desempleo y te lo volvían a dar, te ponían el contador a cero, y con estas cosas la gente entendía que la lucha daba resultado. Todavía en mayo fuimos a astilleros y allí estaban los paisanos de 56 años, con las latas de gasolina, los pañuelos, voladores, cócteles molotov… Y tienen la confianza de que «de aquí no nos saca ni dios», bajan a la pelea habiendo ganado esa batalla parcial… Creo que en Asturias este fenómeno está extendido. Por ejemplo en la empresa Vesubio, en las cuencas mineras, querían despedirlos a todos, como a tantos, y lo primero que hizo la gente fue salir a quemar, como símbolo de resistencia…

D.: ¿Cómo se articulaba vuestra forma de acción?

J.M.M.: Tuvimos que convertir nuestros problemas laborales concretos en un problema político general y llevarlo todo a la calle. Al principio era complicado, cortabas la única arteria de comunicación que había en la ciudad con una barricada incendiaria y, claro, la gente llegaba tarde a trabajar, te maldecían, etc… Poco a poco, informando, ‘megafoneando’ durante las acciones, la gente fue entendiendo nuestra necesidad de plantear movilizaciones en la calle, encierros y demás para conseguir soluciones de verdad… Luego llegan los resultados, la gente se autoorganiza, como el que monta una excursión… se forman grupos de trabajo para cada asunto, colectas para comprar materiales, se estudian las acciones, las medidas de seguridad, etc. Y para adelante.

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Comienza el juicio contra sindicalistas asturianos

30 AÑOS DE SINDICALISMO COMBATIVO

1978 En el contexto de una movilización en solidaridad con un astillero gallego, se realizó el primer corte viario con barricadas incendiarias, lo que se convirtió en «imagen de marca» del sindicalismo de base más combativo en Asturias.
1982
Se crea en Gijón la Corriente Sindical de Izquierdas, fundada por sindicalistas en su mayor parte de CC OO. Se ganaron una gran implantación en los sectores naval y metalúrgico, convirtiéndose en un referente fundamental durante la reconversión.
2005
El Ayuntamiento de Gijón, gobernado por una coalición PSOE-IU, denuncia a los dirigentes de la CSI por los daños producidos durante una acción de protesta de la Naval, dando comienzo a la acción penal contra Cándido y Morala.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Las-movilizaciones-laborales-son.html