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Entrevista a Luc Montagnier, presidente de la Fundación Mundial para la Investigación y Prevención del Sida

«Las nuevas generaciones han olvidado la prevención»

Fuentes: Público

Luc Montagnier (Chabris, Francia, 1932), presidente de la Fundación Mundial para la Investigación y Prevención del Sida, recibe a Público en un despacho contiguo al suyo, impracticable por pilas de papeles, en la planta 15 de la Unesco, desde donde se contempla la Torre Eiffel. El científico, Nobel de Medicina en 2008 por el descubrimiento […]

Luc Montagnier (Chabris, Francia, 1932), presidente de la Fundación Mundial para la Investigación y Prevención del Sida, recibe a Público en un despacho contiguo al suyo, impracticable por pilas de papeles, en la planta 15 de la Unesco, desde donde se contempla la Torre Eiffel.

El científico, Nobel de Medicina en 2008 por el descubrimiento del VIH no es una persona convencional y, como tal, mantiene una visión de la infección controvertida.

Sus comentarios han sido distorsionados por los colectivos que creen que el virus no existe, los llamados negacionistas del sida. «Por supuesto que no digo que el VIH no sea la causa del sida, aunque hay otros factores que contribuyen a la infección».

Para Montagnier, una buena nutrición, un estilo de vida saludable o no consumir drogas mantienen fuerte al sistema inmunitario y dificultan, aunque no impiden, la infección crónica por el VIH, incluso en las primeras semanas desde que se ha tenido contacto con el virus. «Una vez el virus se ha establecido, la nutrición no te va a curar», aclara el Nobel, que añade, no obstante, que este tipo de comportamientos saludables «pueden retrasar el desarrollo del sida».

Su teoría sobre cómo la oxidación acelera el declive de las defensas del organismo (el sistema inmunológico) va calando entre los investigadores, pero su supuesto descubrimiento de una nueva propiedad del ADN la de inducir ondas magnéticas cuando se encuentra en solución acuosa para detectar bacterias y virus en plasma ha generado dudas en la comunidad científica.

El Nobel propone además un innovador esquema terapéutico para tratar a los seropositivos, que es aún teórico, ya que algunos de sus componentes aún no existen. Primero, administrar antirretrovirales para minimizar el virus en sangre. Luego, antioxidantes e inmunoestimulantes para recuperar el sistema inmunológico y, por último, una vacuna terapéutica aún no desarrollada, que erradicaría el virus y permitiría retirar la medicación. Toda una revolución dado que el tratamiento actual es de por vida.

 

Según ONUSIDA, casi 30 años después del descubrimiento del VIH, la epidemia parece estabilizarse. Con la crisis actual ¿cree que se podrán alcanzar los Objetivos del Milenio [iniciativa de la ONU que persigue detener y comenzar a reducir la propagación del VIH/sida en 2015]?

No creo que la epidemia se haya estabilizado. En algunos países africanos ha crecido. En India probablemente hay más casos que los que reconocen las cifras oficiales. Incluso en nuestros países, las nuevas generaciones han olvidado la prevención y se están infectando, especialmente homosexuales jóvenes y adictos a las drogas inyectables.

 

¿Cree usted que tiene futuro el continente africano, donde habita el 67% de todos los infectados?

Claro, pero tener a entre el 5% y el 10% de la población infectada en algunas partes de Suráfrica, incluso el 20%es un problema muy serio. No creo que tratar a todo el mundo con antirretrovirales sea posible. Hay que encontrar nuevas soluciones, también en prevención. Incluso la Iglesia católica no excluye ahora el uso del condón. La abstinencia y la fidelidad son útiles, pero para evitar muertes es importante no descartar ninguna medida.

 

¿No se ha perdido una oportunidad aceptando el uso del preservativo sólo en ciertos casos?

Los religiosos en África están en contacto con la realidad y no descartan el uso del condón. Ese mandato viene de la jerarquía eclesiástica.

 

¿Cree que se podrá eliminar el VIH cuando todo el mundo pueda acceder a los antirretrovirales?

La mayoría de los médicos sólo considera los antirretrovirales en el tratamiento de la infección por VIH. Estos fármacos son muy importantes, pero no son una cura. Algunos ahora piensan que se puede prevenir la transmisión con su administración a personas sanas [según un reciente estudio en New England Journal of Medicine], pero es caro y no sabemos los efectos a largo plazo. Necesitamos añadir algo a la terapia antirretroviral.

 

¿Y cómo podría lograrse?

La idea es erradicar o disminuir la infección a un nivel que no sea dañino. Tenemos ejemplos en la naturaleza: algunas personas infectadas no desarrollan la enfermedad [los llamados controladores de élite]. Pero son una minoría. La idea es extenderlo a la mayoría de los infectados. Son muy importantes las coinfecciones, por ejemplo con la tuberculosis y la malaria o con parasitosis, todo acompañado con mala nutrición. No hay suficientes antioxidantes en sus nutrientes. Y quizás influyan otras infecciones bacterianas implicadas que se podrían tratar con antibióticos. Disminuyendo esos factores, reduciríamos la epidemia. La idea es encontrar un tratamiento corto, menos tóxico y más barato, después de los antirretrovirales.

 

Una de esas alternativas, la interleuquina 2 [una molécula que regula las defensas] no parece haber funcionado…

Tenemos que tener cuidado con los estimulantes artificiales del sistema inmunológico; yo preferiría que se probaran estimulantes inmunológicos naturales.

 

¿Qué puede decirme de sus polémicas teorías sobre utilizar productos naturales, como la papaya fermentada, como antioxidante o el uso de las ondas electromagnéticas para detectar ADN del VIH?

Existe estrés oxidativo en la infección por VIH, como en otras, incluso en estado asintomático, lo que contribuye a la inmunodepresión. El tratamiento con antioxidantes ayuda a la recuperación. También trabajo en el origen del reservorio [lugares donde se esconde el VIH y donde no acceden los fármacos]. Aplicando una nueva tecnología de detección de ondas electromagnéticas para ver si hay ADN viral, hemos encontrado sorprendentemente parte del reservorio en la membrana de los glóbulos rojos, a los que, en teoría, el virus no se podría unir. La identificación de ese reservorio se puede utilizar como biomarcador de la infección. Estamos iniciando ensayos clínicos.

 

Porque aún no hay ensayos con la papaya

También estamos estudiando otros compuestos. La papaya es buena para recuperar parcialmente el sistema inmune y es antiinflamatoria.

 

¿Podremos tener una vacuna preventiva?

Es más fácil conseguir una terapéutica, porque podemos ver la respuesta en poco tiempo. Si funciona, evitará el repunte al retirar los antirretrovirales. Es el primer paso para lograr una vacuna preventiva.

 

¿Qué se sabe sobre los controladores de élite?

Se sabe que en ellos hay factores genéticos [variaciones de unas proteínas implicadas en la inmunidad, el conjunto HLA, según se publicó en Science]. Esto son buenas noticias para ellos pero, si es genético, será difícil transferirlo a las personas que no lo tienen.

 

¿Qué opinión le merecen los microbicidas [antirretrovirales que se administran en forma de gel para prevenir]?

Los fármacos pueden tener efectos secundarios. Muchos se han descartado porque causan inflamación, lo que favorece la infección. Soy partidario de mejorar la calidad de vida en África, con una mayor higiene, acceso al agua y abordando las coinfecciones, que facilitan la infección por VIH. Así disminuiremos la transmisión.

 

El estigma es un reto igual o mayor que el biológico ¿Se acabará cuando asumamos las opciones sexuales con naturalidad?

En África, el estigma sólo desaparecerá si saben que se pueden curar. Entonces estarán más dispuestos a hacerse la prueba. Ese es el principal problema, porque la mayoría de las infecciones ocurren por personas que no saben que están infectadas. El VIH no es sólo un problema de orientación sexual en África, donde la mayoría de la transmisión es heterosexual. En nuestros países la homosexualidad se está aceptando, pero las nuevas generaciones no toman precauciones. El contacto ano-rectal es más arriesgado para transmitir el VIH. No se puede decir «no hagas eso», pero debes ser consciente de que aumentas tu riesgo. Además, está el problema del número de parejas. Algunos jóvenes quieren experimentar con muchas y esto aumenta la transmisión.

 

¿Se puede superar el daño que el VIH ha hecho a las relaciones humanas?

Hay más libertad para el sexo. Hemos evolucionado, quizás no para tener una sola pareja, pero tampoco cientos. Algunos homosexuales, por ejemplo, tienen muchas parejas. El origen del sida en nuestros países tiene que ver con eso. Tendríamos que valorar no sólo la libertad de pensamiento, también la restricción biológica.

 

Fuente: http://www.publico.es/ciencias/350083/las-nuevas-generaciones-han-olvidado-la-prevencion