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Las opiniones prohibidas de Helen

Fuentes: Cubadebate

Helen Thomas, la periodista, escritora y columnista, a muy pocos meses de cumplir 90 años, fue forzada (o quizás podríamos decir, «ayudada»?) a retirarse de su ilustre carrera, por atreverse a expresar su opinión personal. ¿Su opinión?  Israel está ocupando tierras que no le pertenecen, y ya debería dejar Palestina. Cuando  preguntaron a Thomas, ¿adónde deben […]

Helen Thomas, la periodista, escritora y columnista, a muy pocos meses de cumplir 90 años, fue forzada (o quizás podríamos decir, «ayudada»?) a retirarse de su ilustre carrera, por atreverse a expresar su opinión personal.

¿Su opinión?  Israel está ocupando tierras que no le pertenecen, y ya debería dejar Palestina. Cuando  preguntaron a Thomas, ¿adónde deben ir los israelíes?, ella enfáticamente sugirió, a Polonia, Alemania o a Estados Unidos.

Por decir eso, Helen Thomas fue despedazada por los grandes medios de comunicación, considerándola racista y antisemita; y en pocas horas la sacaron de su larga y distinguida carrera de periodista.

Un agitador y conocido propagandista de la administración Bush, comparó la opinión de Helen Thomas con las viejas demandas de que los negros sean devueltos a Africa.

Pero esa analogía tiene este problema.

Los africanos no invadieron Estados Unidos ni el continente hoy llamado América. Tampoco vinieron a explotar, oprimir, o esclavizar a los nativos de estas tierras, todo lo contrario.

Además, a menos que nos olvidemos, varios presidentes pidieron la deportación masiva de los negros de Estados Unidos (aquí hablo nada menos que de Jefferson y Lincoln,) e importantes norteamericanos financiaron y apoyaron la Sociedad Norteamericana de Colonización, (American Colonization Society), que, incidentalmente, influyó directamente en la fundación de Liberia, en Africa Occidental.

Los palestinos no explotaron, no esclavizaron; ni hicieron la carnicería humana que sufrió el pueblo judío.  Alemania lo hizo.

Y cuando los judíos pudieron escapar de Alemania, Estados Unidos y muchos otros países hicieron la vista gorda, se alejaron de todo, precisamente cuando los judíos más necesitaban de su ayuda.

De hecho Gran Bretaña regaló tierras que no eran suyas, un acto que debió haber motivado la oposición del mundo, en vez del consentimiento que se da a los imperios.

Helen Thomas, la decana del cuerpo de periodistas de la Casa Blanca, no debe esperar el apoyo de sus supuestos «colegas».

Ella se atrevió a tener una opinión que refleja la larga y amarga opresión de aquéllos cuyas tierras son ocupadas, y no los intereses del que las ocupa.  Ella tuvo el coraje de expresar esa opinión.

Para los escribas y fariseos de este nuevo imperio, eso no es aceptable.

rCR