Traducido por Eva Calleja
En una California propensa al fuego, las praderas son unas compensaciones de carbono menos vulnerables que los bosques
Los bosques llevan mucho tiempo siendo sumideros de carbono fundamentales, consumiendo aproximadamente un cuarto de la contaminación de dióxido de carbono producida por el hombre a nivel mundial. Pero décadas de contención de incendios, unas temperaturas cada vez más elevadas y sequias, han aumentado el riesgo de incendios, convirtiendo a los bosques de California en fuentes de carbono en lugar de sumideros de carbono.
Un estudio de la Universidad de California encontró que las praderas y los pastizales son sumideros de carbono más resistentes que los bosques para la California del siglo 21. Como tal, el estudio indica que se les deberían dar oportunidades en el comercio de derechos de emisión, que está diseñado para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de California a un 40% por debajo de los niveles de 1990 para 2030.
Los resultados, publicados en la revista Environmental Research Letters, podrían conformar sumideros de carbono similares por todo el mundo, especialmente en aquellos ambientes semiáridos, que cubren aproximadamente el 40 por ciento del planeta.
«De cara al futuro, nuestras simulaciones muestran que las praderas almacenen más carbono que los bosques porque estas se ven menos afectadas por las sequias y los incendios,» dice el autor principal Pawlok Dass, estudiante de posgrado en el laboratorio del Catedrático Benjamin Houlton en la UC Davis. «Esto ni siquiera incluye los beneficios potenciales de un buen manejo de la tierra para ayudar a estimular la salud del suelo y aumentar las reservas de carbono en pastizales.»
Carbono hecho humo
A diferencia de los bosques, las praderas almacenan la mayor parte del carbono bajo tierra, mientras que los bosques la almacenan principalmente en su biomasa leñosa y en las hojas. Cuando los incendios queman los árboles, el carbono quemado que antes almacenaban se emite de vuelta a la atmosfera. Sin embargo, cuando el fuego quema las praderas el carbono fijado bajo tierra tiende a permanecer en las raíces y el suelo, haciéndolas más adaptables al cambio climático.
«En un clima estable, los árboles almacenan más carbono que las praderas.» Dijo el coautor Houlton, director del Instituto John Muir de Medioambiente en la UC Davis. «Pero en un futuro vulnerable, más caliente y más propenso a sequias, podríamos perder algunos de los sumideros de carbono más productivos del planeta. California está en primera línea de los cambios meteorológicos extremos que están comenzando a darse por todo el mundo. Necesitamos empezar a pensar sobre la vulnerabilidad del ecosistema del carbono, y usar esta información para eliminar riesgos en nuestras inversiones en carbono y nuestras estrategias de conservación en el siglo 21.»
El estudio desarrolló modelos simulados para cuatro escenarios hipotéticos:
– Las emisiones mundiales de carbono se detienen en su mayor parte, resultando en un calentamiento de 3.06 F (1,7ºC) para 2100
– Las cosas siguen como hasta ahora, con lo que las emisiones de carbono continúan al mismo ritmo, provocando un aumento de temperatura de hasta 8,64 F (4,82C) para 2100
– Intervalos periódicos de sequía, similares a los patrones meteorológicos de La Niña/El Niño.
Megasequías, que pueden durar un siglo o más
En el único escenario hipotético en el que los árboles de California eran un sumidero de carbono más fiable que las praderas era en el primero, que requiere unas reducciones mundiales de gases de efecto invernadero más agresivas que las del Acuerdo de Paris. La trayectoria actual de emisiones mundiales de carbono revela que las praderas son el único sumidero de dióxido de carbono neto viable durante 2101. Y las praderas continúan almacenando algo de carbono incluso durante las simulaciones de sequias más extremas.
Soluciones al carbono de las praderas
Los resultados del modelo pueden servir de guía a opciones respetuosas con el clima para mantener sumideros de carbono en las tierras naturales y cultivadas de California. Los rancheros están empezando a usar métodos de gestión innovadores para mejorar el almacenamiento de carbono, que puede mejorar aún más la capacidad de las praderas para almacenar carbono en el futuro.
Los árboles son todavía fundamentales
El estudio no sugiere que las praderas deberían reemplazar a los bosques en el paisaje o subestimar los otros muchos beneficios de los árboles. Más bien, indica que, desde una perspectiva de derechos de emisión y créditos de carbono, conservar las praderas y promover prácticas de pastizales que promueven ratios fiables de captura de carbono podría ayudar más fácilmente a cumplir los objetivos de reducción de emisiones del estado.
Mientras los árboles formen parte del portafolio de los derechos de emisión, proteger esa inversión a través de estrategias que reduzcan los incendios graves e incentiven árboles resistentes a las sequias, tales como quemas controladas, clareos estratégicos y replantaciones, probablemente reducirán las pérdidas de carbono, mencionan los autores. Pero el estudio no ha tenido en consideración las estrategias que reducen las amenazas de incendios en sus modelos.
Desde 2010, según el Servicio Forestal de EEUU, unos 130 millones de árboles han muerto en los bosques californianos debido a una alta densidad de árboles combinada con el cambio climático, sequias y plagas de escarabajos de corteza. Ocho de los 20 incendios estatales más destructivos han ocurrido en los últimos cuatro años, con las cinco temporadas de incendios más largas desde 2006.
«Los árboles y los bosques de California son un tesoro nacional y una necesidad ecológica,» dijo Houlton. «Pero cuando los colocas asumiendo que son sumideros de carbonos y los comercializas como créditos de contaminación mientras no se comportan como sumideros de carbono, las emisiones no descenderán tanto como esperamos.»