Con la máxima brevedad (habrá que volver sobre ello y es muy probable que las formulaciones comentadas sufran variaciones). Conocemos finalmente las preguntas [1] que ha elaborado En Comú Podem [2] para un referéndum en Cataluña sobre el asunto-tema-monotema-eje-central-político nacional, encaje territorial, secesión o como se quiera formular. Suponemos, creemos suponer bien, con el apoyo […]
Con la máxima brevedad (habrá que volver sobre ello y es muy probable que las formulaciones comentadas sufran variaciones).
Conocemos finalmente las preguntas [1] que ha elaborado En Comú Podem [2] para un referéndum en Cataluña sobre el asunto-tema-monotema-eje-central-político nacional, encaje territorial, secesión o como se quiera formular. Suponemos, creemos suponer bien, con el apoyo o aquiescencia de la dirección general de Podemos.
Son dos las preguntas. Las siguientes:
1.»¿Está de acuerdo en que Cataluña sea un Estado independiente de acuerdo con los procedimientos legales pertinentes?» (No se especifica, no puede hacerse en una pregunta claro está, qué procedimientos legales pertinentes son esos)
2. En su defecto, la pregunta alternativa: «¿Está de acuerdo en que Cataluña sea un Estado independiente mediante la correspondiente reforma de la Constitución?» (No se indica tampoco qué nudos constitucionales habría que reformar y con qué fuerzas y apoyos parlamentarios).
¿Fueron humo calculado para ver qué respondía el PSC (se formularon en conversaciones secretas [3] entre Iceta y Doménech)? ¿Se trataba de estudiar la correlación de fuerzas realmente existente? Supongamos que había algo más, que «la cosa» iba en serio y sigue yendo en serio y que a los proponentes les parecían lógicas, razonables y justas esas formulaciones.
Ni que decir tiene que, en general (no sólo en este caso por supuesto), las preguntas empujan o abonan determinadas respuestas. También en este caso.
Parece increíble pero es así, real como la explotación misma: en buena lógica vinculada a una cosmovisión nacionalista o cuanto menos muy pero que muy identitaria (y de manera excluyente), se intenta ubicar en el mismo saco-grupo-posición a federalistas, autonomistas, centralistas y a otras variantes. Todo es uno y lo mismo decían los clásicos para otras cosas… pero no es lo mismo. Quien esté por cambiar la situación, dadas las preguntas, parece que no le queda otra que votar positivamente, es decir, a favor de la formación de un Estado independiente separado del Estado del resto de pueblos españoles. También del valenciano, del balear o del vasco pongamos por caso. No se contempla la posibilidad de un marco interrogativo en el que quepan más de dos respuestas y en el que pueda distinguirse nítidamente la posición defensora de una Cataluña libre, solidaria y fraternalmente integrada en una España republicana y federal. De esto no va la cosa. No se trata de agrupar colectivos y ciudadanos por este sendero clásico en las tradiciones de izquierdas (catalanas y del resto de España).
Desconocemos, por el momento, qué posición mantendría En comú Podem en caso de convocatoria de este referéndum. No se pronuncian, siguen en silencio en este punto Sabemos, eso sí, que Podemos votaría en contra en cualquiera de los dos casos (no podría ser de otra manera si pensamos en sus numerosas declaraciones sobre el tema). No es seguro que la posición de En comú Podem sea la misma. Mejor dicho: es seguro que la posición final de En comú Podem no sería la misma.
Notas:
[1] El País, 18 de abril de 2016, p. 22.
[2] ¿Por qué se escribe «comú» con mayúscula en «En Comú Podem»? ¿Qué tienen de malo las minúsculas cuando debemos escribir de ese modo?
[3] ¿No se trataba de practicar nuevas formas de hacer política?
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