Escena primera. Título: «Programas-parole y políticas reales». Llegaron al gobierno a finales de 2010, como huracanes (neoliberales) de acero, cuando en Catalunya el número de parados rondaban los 670.000 [1]. Hablaban y hablaban sobre los nuevos tiempos. Se comprometieron en mil temas. Hicieron la promesa electoral de reducir el paro a la mitad, a 335.000 […]
Escena primera. Título: «Programas-parole y políticas reales».
Llegaron al gobierno a finales de 2010, como huracanes (neoliberales) de acero, cuando en Catalunya el número de parados rondaban los 670.000 [1]. Hablaban y hablaban sobre los nuevos tiempos. Se comprometieron en mil temas. Hicieron la promesa electoral de reducir el paro a la mitad, a 335.000 personas.
Disuelto el Parlament precipitadamente tras la manifestación ciudadana del 11S, Catalunya tiene en la actualidad, según los últimos datos conocidos, 840.400 trabajadores que no encuentran trabajo, el 22,56% de la población. Unas 171.000 personas más que en 2010, 500.000 más -¡medio millón!- de las que anunciaron que habría en su promesa-programa-estafa electoral [2]. Además, por si faltara más tinta negra en la pizarra, el paro juvenil alcanza en Catalunya prácticamente el 50% y unas 200.000 personas, un 25% de los parados, han agotado ya la prestación del desempleo.
En enero de 2012, uno de los más desalmados consellers del gobierno de Mas-Moisés, Francesc Xavier Mena, el ex profesor de ESADE [3], a cargo de la conselleria de «Empresa y Empleo» -¿está clara la orientación social del departamento?- seguía considerando factible, realista, reducir el paro a la mitad. ¡A la mitad! El horizonte era la fecha mágica: el 2014. ¡La misma melodía urbi et orbe!
Pero no es sólo eso desde luego. En la sanidad, además de haber declarado su máximo responsable, un ex jefe de la privada de seguros, que la salud no es un derecho ciudadano y de acumular repagos en recetas médicas, se han producido recortes de un 11%.
De la educación universitaria y preuniverstaria mejor no hablar. Basta pensar en las subidas de las matrículas universitarias, las mayores de todo el territorio, y en el pago de matrícula en los ciclos formativos de grado superior.
Y así siguiendo: el 20% de la población en situación de pobreza y uno de cada cuatro niños, el 25%, en riesgo de exclusión social.
Pero hay un hachazo especialmente abyecto que merece incorporarse a la historia universal de la infamia.
Cuando CIU llegó al gobierno, unas 32.000 familias catalanas -eso sí: no eran de los suyos, no eran de sus entornos exquisitos- recibían la renta mínima de inserción, unos 420 euros mensuales. El gobierno de los mejores y más impíos privatizadores, un gobierno que cuenta con una fuerza democristiana en la coalición, ha dejado sin renta mínima a unas 9.000 familias, a casi el 30% de ellas. ¡Fuera, a la calle, que les den! En sede parlamentaria, el ex profesor esadista don F. X. Mena acusó a algunos receptores de la renta de malgastar la ayuda en televisiones de pago, en telefonía móvil o en autopistas de peaje (sic).
Y no pasó nada, siguió en su puesto, apoyado desde luego por el rei Artur. No es de extrañar: su jefe de filas se rió en sede parlamentaria del habla castellana de los niños andaluces y gallegos -¡No se les entiende, dijo!- y algunas sesudas y cultas señorías le rieron la graciosa gracia-insulto clasista. Y sigue ahí, como un nuevo Mesías, prometiendo la Arcadia-Catalunya independiente y feliz, al lado, junto al lado con alguna bronca entre amiguetes, del lobista pro-nuclear Duran i Lleida, el mismo que arrojó escarnio y orines sobre los campesinos andaluces que perdían el tiempo en vinos y tabernas a costa del esfuerzo de los esforzados ciudadanos catalanes.
Segunda escena. Título. «Promesas-parole para el futuro».
Pero he aquí, vete por donde, que las encuestas no cuadran como tienen que cuadrar. ¡Mecachis con la insumisa realidad! No acaban de dar a CiU mayoría absoluta. ¡Esto son palabras mayores! Porque está claro lo que pretenden: hacer lo que les salga de la entrepierna y de su insaciable cosmovisión neoliberal. Tomar Catalunya por asalto. Hacer de ella, del país de Cambó y Samaranch, el patio de Minopodio.
¿Qué conejo se han sacado ahora de la chistera?
Para morirse de risa.. y vomitar de asco. Josep Lluís Cleries, el consejero de Bienestar -es decir, de malestar social- en funciones se ha inventado un cuento, una vindicación que ha sido reclamada sin éxito desde hace muchos años por numerosas entidades del tercer sector. Tras golpear duramente su gobierno la paupérrima renta mínima de inserción, don Cleries anunció hace unos días que CiU, siguiendo sesgadamente y a la baja lo señalado en el Estatut, estudiará una «renta garantizada de ciudadanía» para las familias -«unidades familiares», no personas individuales- que no alcancen la renta de suficiencia (en torno a unos 8 mil euros anuales, menos de 700 euros semanales).
¿Cómo se piensa financiar esta renta ciudadana? El conseller no sabe, no contesta. Por el momento Es decir, es fácil adivinar, más humo, mucho más humo convergente.
Se lo he explicado a mi sobrina Lucía que cumplirá, como quería Alain Tanner, cuatro años en este 2012. Ha estado muy atenta, ha tomado notas, me ha mirado sorprendida y, un pelín indignada, me ha comentado: «Pero, tiíto, a tu edad, ¿sigues creyendo en estos cuentos tan falsarios y tan mal intencionados? Haz como yo: coge su programa y llénalo de rayotes. ¿Me ayudas? ¿Juegas en serio conmigo?».
PS: Lucía me ha recomendado además, con toda la rabia social de la que es capaz (y es mucha se lo aseguro), una entrevista con la médico Francesca Zapater [4], la presidenta del Foro Catalán de Atención Primaria, «una agrupación de profesionales sin ánimo de lucro que defienden un mayor peso de la atención primaria en el sistema público de salud». FZ trabaja en un ambulatorio y lidia con las consecuencias de la aplicación del euro por receta [5]
Se le preguntó si existían personas que no podían pagar los fármacos que se les recetaban. Su respuesta: «Sí. Hay pacientes que eliminan alguna de las medicinas que toman porque no pueden asumir el coste del copago [repago más bien] impuesto por el Gobierno [central, el inconstitucional] y el euro por receta de la Generalitat. Les estamos diciendo que si no pueden pagarlos todos, nosotros haremos la criba. Ellos no saben y los farmacéuticos no conocen al enfermo como nosotros… Hay familias pobres con dos de sus miembros enfermos que se enfrentan a muchos problemas. El coste que la medida tiene para el ciudadano no es proporcionado con respecto al ahorro que genera. Y nos hemos encontrado casos de jubilados con pensiones no contributivas que siguen pagando por fallos del sistema… Como el euro por receta solo se aplica a los medicamentos que cuestan más de 1,67 euros, hemos elaborado una lista de medicinas disponibles en cajas pequeñas que no superen ese coste».
Se le siguió preguntando a FZ por una «consideración» de la Generalitat: la medida no es recaudatoria sino disuasoria, pretende reducir un consumo excesivo de fármacos. Su respuesta: «El Departamento de Salud ha explicado que el consumo ha bajado un 20% en julio, agosto y septiembre, pero el problema es que la tasa no discrimina en función de lo que es o no necesario, por lo que no mejora el consumo. Si se trata de racionalizar, no debe hacerse a costa de los enfermos… Existen otras medidas que permiten ahorrar mucho más dinero, como retirar la financiación pública de medicamentos que no tienen ninguna utilidad demostrada o revisar la lista, de forma que si hay dos fármacos con la misma indicación terapéutica solo pueda recetarse el más barato».
Al ser preguntada por los efectos que pueden tener las medidas sobre la salud de los enfermos, FZ, como buena científica, respondió: «Es demasiado pronto para saberlo, lo que sí sabemos ya es que los enfermos están reduciendo el consumo de fármacos«.
¿Somos conscientes realmente de «la gran sensibilidad» de este gobierno de los mejores privatizadores? ¿Está claro hacia nos conduce el sendero del soberanismo-independentismo dirigido por CiU? Si lo consiguen (¡esperemos que no!), en cuatro -o en ocho años más- arrasan con todo. Con todas las conquistas obreras. No es una exageración.
Notas:
[1] El País-Catalunya, 12 de noviembre de 2012, varios artículos
[2] La «promesa» recuerda la creación de 800 mil puestos del trabajo anunciada por el PSOE en las elecciones de 1982. Si comparamos, proporcionalmente, el cuento felipista-guerrista tenía menor alcance fantasioso.
[3] ¿Qué se enseña en ese centro de alta burguesía catalana «emprendedora» -con notable éxito entre sectores de las clases medias- donde curiosamente estudiaron Urdangarin y doña Cristina, y fue profesor -y doctor por la institución- Diego Torres? ¿Tuvo algún papel ESADE en la trama Urdagarin-Torres-Borbón? ¿Nada supieron de ello? ¿Nadie se enteró de la música de esta copla de malversación?
[4] http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/11/15/actualidad/1353011816_754154.html
[5] Curiosamente, el Consejo de Colegios Farmacéuticos de Cataluña y la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria han declinado valorar esta medida implantada a finales del mes de junio de 2012 por el gobierno convergente, con Mas y Mas-Colell a la cabeza de la agresión ciudadana.
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