El 23-F las mareas vuelven a la calle. La fecha elegida no es casual. Se cumple un año de la primera gran manifestación protagonizada por Marea Ciudadana de Madrid, espacio donde confluyen todas las mareas; y, sobre todo, se cumplen 33 años del intento de golpe de Estado protagonizado por el teniente coronel de la […]
El 23-F las mareas vuelven a la calle. La fecha elegida no es casual. Se cumple un año de la primera gran manifestación protagonizada por Marea Ciudadana de Madrid, espacio donde confluyen todas las mareas; y, sobre todo, se cumplen 33 años del intento de golpe de Estado protagonizado por el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero. Ahora, los ciudadanos que integran las mareas quieren denunciar que la sociedad está viviendo un nuevo golpe de Estado a la democracia. Sin embargo, en esta ocasión no es militar, sino financiero, y está avalado por las instituciones representativas.
«Entendemos que desde que comenzó la crisis económica se está dando una suerte de golpe de Estado financiero que tiene su origen en las políticas que impone la Troika al Gobierno actual y al anterior. Desde nuestras instituciones se pretende, además, recortar nuestras libertades a través de las leyes mordaza y por eso salimos a la calle con el lema: ‘Contra el golpe a nuestras libertades y contra la represión», explicó el portavoz de la comisión de comunicación de Marea Ciudadana de Madrid en la rueda de prensa celebrada ayer.
La manifestación en Madrid está convocada a las 12.00 horas en la Puerta del Sol y finalizará en la Plaza de Neptuno, en los aledaños del Congreso de los Diputados, alrededor de las 15:00 horas. «Hemos comunicado a Delegación que esperamos una participación de 300.000 personas, aunque reconocemos que quizá esta previsión sea demasiado optimista. Hay manifestaciones todas las semanas y la gente también necesita descansar, atender a sus familias y trabajar, aquel que tenga el privilegio de mantener su puesto de trabajo», señaló Ramón Linaza a este medio, coportavoz de Equo Madrid y miembro de Marea Ciudadana.
En la rueda de prensa celebrada ayer, jueves, se dieron cita miembros de la inmensa mayoría de las mareas que conforman Marea Ciudadana de Madrid y de diferentes colectivos que participarán en la manifestación de este año, como los trabajadores de Coca Cola, que harán el cordón de seguridad de la movilización; los empleados del Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid; la Coordinadora 25S o la Plataforma por un nuevo Modelo Energético.
Razones de los convocantes
Estas son las razones para acudir a la manifestación que esgrimieron los miembros de mareas, y otros colectivos, presentes en la rueda de prensa celebrada ayer.
Marea Violeta: «La contrarreforma que impone el PP y Gallardón sobre la ley del aborto atenta contra los derechos de las mujeres. La ley de 2010 no nos satisfacía plenamente porque el derecho al aborto no era plenamente reconocido y aún estaba en el Código Penal, pero el retroceso decretado por Gallardón nos lleva a mucho antes de 1985. Equipara los derechos del no concebido a los de la mujer, una cosa que es insólita y anticonstitucional. Además, se judicializa la libertad de la mujer de ser madre o no y aboca a la clandestinidad del aborto», explicó Lucía Mazarrasa, en representación del movimiento feminista de Madrid.
Bomberos Quemados: «Entendemos que tenemos que estar con las mareas porque antes que bomberos somos ciudadanos y trabajadores. Hemos entendido que estamos sufriendo todos una agresión y la única forma de recuperar los derechos perdidos es estando unidos. Nuestro principal problema son las privatizaciones. Está primando más el derecho de los empresarios a ganar dinero y no la seguridad de los ciudadanos ni de los trabajadores. Están intentando privatizar varios servicios. Ya lo han hecho con servicios auxiliares y ahora está afectando a la formación», denuncia Pedro Campos, portavoz de Bomberos quemados y miembro de CCOO de Bomberos de la Comunidad de Madrid.
Trabajadores del Centro de Transfusiones. «La problemática que tenemos es la misma que en casi todos los centros públicos: la privatización. Acabamos de ser privatizados a favor de la Cruz Roja a través de un convenio de colaboración. Cruz Roja se encargará de las extracciones de sangre y la promoción a cambio de 67 euros por bolsa de sangre. También se le va a dar todo el material necesario y los seis autobuses y cuatro furgonetas que tenemos, totalmente gratis. Al año sería 9 millones de euros más el material que está valorado en un millón más. Los trabajadores estamos encerrados en el Centro por una donación pública. El tema laboral está solucionado, ya que los despedidos serán colocados en otros centros, pero queremos un sistema público. Llevamos 18 días encerrados», explica el trabajador Francisco Díaz.
Marea Blanca. «Estamos manteniendo la lucha por el estado terrible en el que está todo. Es una lucha contra el modelo decadente de gestión pública que nos quieren imponer. Estamos en una situación muy grave de pérdida de derechos y garantías. No vamos a poder hablar porque nos van a machacar. Pedimos a toda la ciudadanía que se sume a esta movilización. Esto es un problema de resistencia y de información permanente a la ciudadanía, por eso celebramos la Marea Blanca mensual, que está sirviendo para sensibilizar a la sociedad», explica Carmen Esbri, en representación de la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid. «Otra de las cosas que queremos denunciar públicamente son las privatizaciones. Ahora parece que tenemos que estar alegeres porque ya no van a privatizar los seis hospitales y los 27 centros de salud. Pero es una alegría comedida porque no han salido ningunas instrucciones ni nada oficial que diga que esto va a ser así. Y todos conocemos a este Gobierno. Exigimos que saquen estas instrucciones donde digan que el proceso privatizador ha quedado anulado», agrega María Nieves Lozano, también en representación de la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid.
Trabajadores de Coca-Cola. «Este viernes se acaba la mesa de negociación y el sindicato UGT nos ha intentado vender, pero debido a la presión que hemos hecho sobre ellos, a algún medio de comunicación y a CCOO han reculado porque no se podía permitir el cierre de la fábrica. Vamos a apoyar la marcha en todo lo que esté en nuestra mano y quería comentar que desde este jueves [por ayer] comenzaremos una campaña mundial a través de internet que se llama Oigame. Seguimos en la lucha y no dejaremos que nadie nos venda. Vamos a seguir dando guerra», explica Daniel Andrés, trabajador de la planta de Fuenlabrada de Coca-Cola.
Cartel de promoción de la manifestación del domingo en Madrid.
Marea Verde. «En Educación comenzamos a luchar por los recortes de la Comunidad de Madrid en el profesorado. Pero más que recortes era un trasvase de dinero de la educación pública a la privada. Actualmente seguimos peleando pero por más motivos. El primero, la nueva ley de Educación que quiere imponer el Partido Popular. Es una ley antidemocrática porque el director pasa a ser impuesto por la Administración y puede tomar las decisiones que quiera sin contar con el Consejo Escolar. Es una dictadura encubierta en cada centro educativo. Los colegios no serán lugares democráticos. Además, van a segregar a los alumnos para ocultar el fracaso escolar que está produciendo sus leyes educativas. (…) Hay más motivos para luchar que hace tres años«, explica Fernando, miembro de la Marea Verde.
Plataforma contra la impunidad del franquismo o Marea Tricolor. «Llevamos muchos años luchando para dar a conocer los crímenes del franquismo. Un dato como referencia: solamente en Madrid entre 1939 y 1943 fueron fusilados en el cementerio del Este 2.666 personas. Y no sabemos qué pasa con sus cuerpos. En el país hay 2.500 fosas de asesinados por el franquismo. En Madrid hay 200 calles con nombres franquistas y no las quitan. Sabemos que hay monumentos fascistas y no los quitan. El Gobierno actual está impregnado de este sentimiento franquista», denuncia Julián Rebollo, exconcejal del ayuntamiento de Madrid por el PCE e IU.
Coordinadora 25-S. «Hemos denunciado la monarquía y la falsa Constitución del ’78. No queremos una reforma constitucional. Luchamos por un proceso destituyente/constituyente y ahora toca luchar todos juntos contra las leyes que nos quieren imponer y con las que buscan cubrirse ellos mismos. Todo es represión. Represión es lo que hacen con la Sanidad, con Educación y con Vivienda. Tenemos que luchar contra toda la represión impuesta desde 2008 incluyendo las nuevas leyes como la del aborto, la ley de seguridad privada y, por supuesto, no podemos permitir la ley de seguridad ciudadana», denuncia Chelo, miembro de la Coordinadora 25-S.
Ecologistas en Acción. «Desde el movimiento ecologista llamamos a la movilización porque el mismo saqueo y expolio de derechos que se está viviendo en el ámbito laboral y social se vive también en relación al medio ambiente. Diferentes leyes como la Ley de Costas, el Anteproyecto de Ley para los Parques Naturales Nacionales y el nuevo proyecto sobre la evaluación de impactos ambientales buscan relanzar una ola de nuevas infraestructuras y nuevos tsunamis urbanizadores y especuladores en el ámbito natural no construido. También se están privatizando los bienes comunes y el agua. En segundo lugar, queremos recordar nuestro reclamo de no pago de la deuda ilegítima y la realización de auditorías de la deuda», denuncia Tom Kucharz.
Plataforma en Defensa de la Cultura. «Sin cultura sólo queda barbarie. Estamos echando las bases de una Plataforma que intenta unir por primera vez a todos los sectores de la cultura: teatro, música, escritores, bibliotecas, danza, patrimonio, arquitectura, etc. Somos ya cientos de colectivos que forman parte de la Plataforma. Nuestra unión es contra los recortes en Cultura, que es el pariente pobre; la privatización de teatros; la falta de recursos para museos; salas de arte…etc. Arrancaremos con una fiesta-concentración que ocupará todo el Paseo Recoletos el próximo 9 de marzo», señala Jesús Marchante.
Plataforma por un nuevo modelo energético. «Nuestra plataforma tiene una carácter social y algunas de nuestras reivindicaciones son contra la penalización el autoconsumo energético; la auditoría eléctrica; y contra la pobreza energética. Exigimos un cambio gradual hacia los energias renovales y una reconversión de las cuencas mineras», explica Javier Santamaría.