Hoy ocho de noviembre, la Asamblea de la ONU, el órgano más democrático de la organización, votará una resolución presentada por Cuba condenando el bloqueo al que es sometida la isla por parte de Estados Unidos. Bajo el título «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de […]
Hoy ocho de noviembre, la Asamblea de la ONU, el órgano más democrático de la organización, votará una resolución presentada por Cuba condenando el bloqueo al que es sometida la isla por parte de Estados Unidos. Bajo el título «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba» , el gobierno cubano presenta todos los años esta propuesta de resolución que deja en evidencia la falta de apoyo del gobierno norteamericano en su política de agresión a Cuba y su burla a los pronunciamientos de la comunidad internacional.
La votación del pasado año fue una de las más contundentes 179 países apoyaron la propuesta cubana y sólo Israel, Palau (una isla del Pacífico con menos de veinte mil habitantes) e Islas Marshall se alinearon con el gobierno estadounidense votando en contra del fin del bloqueo.
A pesar de ello, y a que desde año 1992 Estados Unidos pierde sistemáticamente esa votación que supone un pronunciamiento de la comunidad internacional en contra del bloqueo, sus medidas de acoso a la revolución cubana no dejan de incrementarse cada año.
Aunque formalmente el bloqueo es decretado por John F. Kennedy en febrero de 1962, su aplicación comienza tres años antes con el anterior presidente norteamericano, Dwight Eisenhower. Ya entonces Estados Unidos se negó a restituir a Cuba varios cientos de millones de dólares robados del tesoro público por miembros y amigos del depuesto gobierno del dictador Fulgencio Batista escapados a Miami.
En esa fecha la Revolución no llevaba dos meses en el poder, Fidel Castro no era presidente, Cuba no se había declarado socialista, no había nacionalizado una empresa norteamericana y ni siquiera había promulgado la primera Ley de Reforma Agraria.
Pero Washington ya empezaría su particular guerra contra Cuba y comenzó negándole el préstamo con el que la isla aspiraba a resolver la pérdida de aquel dinero, congelado en bancos norteamericanos.
Fue ese dinero robado a Cuba el que financiaría todo tipo de actos terroristas, intentos de invasión, agresiones y sabotajes contra un gobierno cuyo delito era sólo ser independiente.
Un documento oficial y secreto, hoy desclasificado, del Departamento de Estado fechado en abril de 1960 señalaba que con aquella y otras sanciones se pretendía «promover el hambre, la desesperación y el derrocamiento del gobierno» (cubano).
Hoy, ocho de noviembre, el mundo, a través del órgano que más lo legitima, la Asamblea General de la ONU, le volverá a decir a Estados Unidos que su bloqueo es ilegal e inmoral, tal y como hace menos de dos meses se lo dijeron los presidentes de la comunidad iberoamericana en la Cumbre de Salamanca.
Una vez más, Estados Unidos será el país aislado y el del prestigio internacional bloqueado.