IKEA, gigante de la venta de muebles fundada en 1943 en Suecia, es duramente criticada porque su subsidiaria Swedwood tala ancestrales bosques primarios en el norte de la Karelia rusa. La madera es, de lejos, la principal materia prima de los productos de IKEA. Aproximadamente 60 por ciento de los muebles almacenados en los 300 […]
IKEA, gigante de la venta de muebles fundada en 1943 en Suecia, es duramente criticada porque su subsidiaria Swedwood tala ancestrales bosques primarios en el norte de la Karelia rusa.
La madera es, de lejos, la principal materia prima de los productos de IKEA. Aproximadamente 60 por ciento de los muebles almacenados en los 300 comercios que la muiltinacional posee en el mundo contienen madera.
Durante años, la compañía usó el eslogan «Amamos la madera», asegurando que solo utilizaba ese material si era obtenido de modo económico, social y ambientalmente sostenible.
Pero informes y estudios divulgados en los últimos tiempos demuestran que esto es un mito.
Una investigación publicada el mes pasado por la televisión pública de Suecia concluyó que Swedwood tala cerca de 600 hectáreas de bosques al año.
«En el norte de la Karelia rusa tenemos una (limitada) cantidad de bosques primarios con un alto valor de conservación. IKEA dice que no opera en bosques vírgenes, pero eso no es verdad», dijo Olga Ilina, directora del departamento forestal de la organización no gubernamental SPOK – The Karelia Regional Nature Conservancy, en declaraciones a IPS.
Apenas alrededor de 10 por ciento de los bosques primarios han sobrevivido en Karelia, según Ilina.
La Coalición Mundial por los Bosques, una alianza integrada por organizaciones no gubernamentales de más de 40 países, condenó duramente las actividades de IKEA en Rusia.
Por su parte, la organización ambientalista sueca Protect the Forest documentó que IKEA, a través de Swedwood, despeja áreas de bosques nativos que contienen árboles de entre 200 y 600 años en el noroccidente de Karelia, cerca de la frontera con Finlandia. El proceso afecta los invalorables ecosistemas forestales.
El cinturón de bosques vírgenes de Rusia, junto con los bosques tropicales ubicados a lo largo del ecuador, cumplen funciones fundamentales para la vida sobre la Tierra: capturan enormes cantidades de dióxido de carbono y alojan a cientos de miles de especies únicas de fauna y flora.
El informe también enfatiza que Swedwood, paradójicamente, cuenta con la certificación de la organización internacional Consejo de Administración Forestal (FSC, por sus siglas en inglés), que dice garantizar el manejo responsable de los bosques.
En los papeles, el FSC tiene normas estrictas para extender su certificación, pero en realidad hay algunas brechas en la regulación, admitió Andrei Ptichnikov, gerente general de la organización en Rusia.
«No se puede decir que el FSC proteja todos los bosques. Si (dijéramos) proteger cada árbol, ninguna empresa» se registraría ante esta organización, no sería realista, declaró a periodistas de la televisión sueca.
Anders Hildeman, director de bosques en IKEA, reconoció las acusaciones pero apoyó la línea de la empresa según la cual esta tiene en cuenta altos valores de conservación cuando planea la tala.
«Continuaremos trabajando según los principios que acordamos junto con organizaciones ambientalistas rusas como SPOK. Nuestro objetivo es desarrollar y mejorar el manejo forestal. Swedwood ha jugado un rol importante en la promoción de la silvicultura en Karelia», dijo a IPS.
Swedwood fue, en 2006, la primera empresa certificada por el FSC en Karelia, agregó. Según él, esa certificación es una buena base para el manejo forestal responsable.
Ilina dijo que organizaciones no gubernamentales de Suecia y de Rusia habían planeado reunirse con funcionarios de IKEA para discutir la situación en el norte de Karelia, pero cuando la empresa solo accedió a reunirse con entidades rusas, el encuentro se canceló.
«Swedwood opera mejor que las compañías karelianas, pero pensamos que pueden desempeñarse mucho mejor considerando sus recursos», declaró Ilina a IPS.
Podrían planear mejor sus políticas forestales y volverlas más amigables con el ambiente, sostuvo.
También «deberían talar bosques secundarios, que no son tan valiosos, en vez de bosques vírgenes. IKEA tiene medios para hacer esto», enfatizó Ilina.
Entre 2000 y 2008, las ganancias totales de IKEA fueron de unos 30.000 millones de dólares, según los reportes financieros anuales de la compañía.