Este lunes en el ICIC Juan Marinello el politólogo y ensayista cubano Rafael Hernández, ofreció una conferencia sobre los años 60 en Cuba como parte del Seminario Problemas Teóricos de la Cultura y las Políticas Culturales, organizado por las investigadoras Ana Vera Estada y Mildred de la Torre. Hernández, quien también dirige la Revista Temas, […]
Este lunes en el ICIC Juan Marinello el politólogo y ensayista cubano Rafael Hernández, ofreció una conferencia sobre los años 60 en Cuba como parte del Seminario Problemas Teóricos de la Cultura y las Políticas Culturales, organizado por las investigadoras Ana Vera Estada y Mildred de la Torre.
Hernández, quien también dirige la Revista Temas, abordó los principales hitos del período; uno de los más complejos en la historia de nuestro país pues la nación atravesaba por el cambio más radical que había dado en toda su historia. Empezó refiriéndose a los vacíos que existen en la investigación y los relatos personales sobre estos años:
«Cada vez que tengo la oportunidad de conversar con personas que vivieron esos tiempos, cada vez que tengo la posibilidad de registrar documentos que nadie ha visto, y no se han utilizado, mi comprensión de lo que pasaba cambia radicalmente. Tendemos a juzgar la historia a partir de las reacciones de un grupo de personas protagónicas, de las cosas dichas, los discursos públicos, o los «chismes relacionados». Si se trata de entender y profundizar, frente a un documento puede haber interpretaciones diferentes, pero, si ni siquiera los tenemos, entonces estamos «tocando de oído».»
Durante el espacio se debatieron los conflictos principales del momento como el sectarismo y la microfracción, la relación de los intelectuales con el nuevo poder en la Isla, y la toma de decisiones por parte de la dirigencia revolucionaria ante las constantes agresiones del imperialismo.
El conferencista se refirió al miedo al comunismo imperante en buena parte de la población cubana, resultado de la propaganda antisoviética que llegó al país durante la Guerra Fría, además de ciertas divergencias que se mantuvieron entre la dirección de la Revolución Cubana y las líneas de Moscú. En su opinión los años 60 «es el período histórico en el que Cuba estuvo más separada política e ideológicamente de la URSS; con solo leer los discursos de Fidel Castro podemos saberlo».
Entre los principales hitos y conflictos que se deben tener en cuenta para estudiar el momento se listaron: la preocupación por la seguridad nacional bajo las incesante amenazas imperialistas, los retos para la unidad política y nuevos conflictos internos, las relaciones exteriores en un momento de aislamiento en el hemisferio, la creación de un modelo económico y de desarrollo con una lógica de sobrevivencia, la ideología y pensamiento político, las doctrinas revolucionarias y la cultura artístico-literaria como subcampo de tensiones, al decir del protagonista del espacio:
«Es un campo cultural que tiene la particularidad de que en la vanguardia política también se funde una vanguardia intelectual, en un entorno que le es contradictorio. No es uniforme ni homogéneo, no es que «los que pensaban diferente se fueron» pues muchos se quedaron también. Al interior, de esas filas de escritores e intelectuales que trabajaban activamente dentro de la Revolución existían también grandes diferencias.»
Durante la intervención se trataron otras temáticas como el origen de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP) como alternativa para ocupar a los considerados «poco confiables» para pasar el Servicio Militar y las deformaciones e injusticias que existieron con este proyecto. Además se analizó el discurso Palabras a los Intelectuales de Fidel Castro y su impacto en las políticas culturales posteriores, en este sentido se revindicó la necesidad de abordar el discurso en su totalidad y no aislar párrafos. Además, Rafael Hernández hizo un llamado a estudiar las políticas culturales en concordancia con los contextos y acontecimientos históricos:
«Los problemas de política interna, los ideológicos, los de seguridad nacional son inseparables para entender y explicarse la índole contradictoria de esa producción cultural, incluido el pensamiento. La matriz de cuestiones de la política nacional entre 1960 y 1968 no puede ser más compleja. Las reformas como la agraria, la urbana, la política de empleo, la nacionalización de determinados sectores básicos le confiere una radicalidad característica a la Revolución Cubana y eso produce una polarización: «o estás en contra, o estás a favor.»
Durante el debate, los presentes hicieron un llamado a estudiar la historia de Cuba desde sus complejidades, evitando los reduccionismos. También apuntaron la necesidad de llenar los vacíos no documentados, y analizar los acontecimientos teniendo en cuenta los contextos. Unido a esto, se reflexionó sobre el papel de las instituciones nacientes y las nuevas relaciones socioeconómicas y de poder que se crean en la época.
Al concluir el encuentro las organizadoras agradecieron la presencia del destacado intelectual cubano y la amplia afluencia de un público interesado en releer nuestra historia. El seminario ha estado operando desde finales del año pasado con un encuentro mensual que ha puesto en la mira temáticas como la educación en Cuba, el pensamiento de José Martí o el legado Armando Hart. El próximo encuentro abordará la «Eticidad en la época actual» con la Dra. Olga Fernández, investigadora titular del Instituto de Filosofía y vicepresidenta de la Academia de Ciencias el Lunes 2 de marzo 1:00 pm.