El tráfico aéreo y marítimo se verá cada vez más afectado por la crisis climática: el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero tiene grandes repercusiones en ambos.
Avión sobrevolando una tormenta. PIXABAY
La crisis climática tiene muchos aspectos que se reflejan en la atmósfera. Barcos y aviones afectan a los cambios que se están produciendo y son afectados por ellos. Por una parte, se cree que ya se ha detectado un aumento significativo de la turbulencia que encuentran los vuelos que cruzan el Atlántico Norte , aumento que se achaca al cambio climático, y por otra se estudia el papel de las emisiones de los barcos en el comportamiento de las nubes bajas y su posible influencia en el clima.
La turbulencia en condiciones de cielos claros es muy difícil de detectar con antelación por los sistemas de tráfico aéreo y una de sus causas principales es el cizallamiento vertical del viento, que es cómo cambia la velocidad del viento con la altura . Un estudio ha encontrado que este fenómeno ha aumentado en un 15% de media desde que empezó la era de los satélites de observación en 1979, a la altura de unos 10.000 metros, donde actúa la corriente de chorro (o corriente del Golfo) que atraviesa el océano de oeste a este y también circulan los aviones.
«Nuestros resultados indican que el cambio climático puede estar teniendo una influencia mayor sobre la corriente de chorro del Atlántico Norte de lo que se pensaba», señalan los autores del estudio, que se ha publicado en la revista Nature . Su conclusión es que van a aumentar las turbulencias que se encuentren los aviones en el muy frecuentado corredor transatlántico (3.000 vuelos diarios). Para tranquilidad de los pasajeros, las turbulencias muy raras veces tienen consecuencias fatales, indican los expertos.
Los investigadores, de la Universidad de Reading , recuerdan que están disminuyendo las temperaturas sobre el Ártico a gran altura (aunque aumentan a poca altura) mientras que aumentan las temperaturas ecuatoriales. El contraste es el motor de las corrientes de chorro y en este caso al aumentar se refleja en el incremento observado del cizallamiento vertical del viento en determinados niveles la atmósfera. Los modelos climáticos predicen ese aumento de las turbulencias pero hasta ahora no se habían encontrado pistas de uno los factores meteorológicos clave.
Los rastros de los barcos en la atmósfera aparecen como nubes finas y rectas casi verticales en esta imagen del Pacífico Norte NASA/GISS
Mientras que los aviones se verán afectados por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, parte de las cuales la producen ellos mismos, las emisiones de los barcos se reflejan en fenómenos meteorológicos cuya importancia es poco conocida todavía.
Los investigadores de la Universidad de Reading recuerdan que están disminuyendo las temperaturas sobre el Ártico a gran altura
Alrededor de las rutas marítimas más frecuentadas se pueden observar, frecuentemente y dependiendo de la estación, rastros de los barcos en las nubes bajas . En las imágenes de satélite aparecen como largas y finas estelas nubosas que se producen cuando el vapor de agua se condensa alrededor de las partículas emitidas por los muy sucios motores de los navíos y se forman aerosoles. Es una forma de contaminación que representa el ejemplo ideal de las interacciones entre las nubes y los aerosoles de origen humano, por lo que su estudio interesa a los que intentan comprender en detalle los mecanismos atmosféricos relacionados con el calentamiento global.
Representación de la Corriente del Golfo (a 10.500 metros) con datos del 15 de agosto / EARTH NULLSCHOOL
Los rastros o estelas atmosféricas de los barcos a menudo son difíciles de identificar, por lo que un equipo de investigadores ha empezado a desarrollar un sistema de reconocimiento automático que permite encontrarlos y así disponer de mucha más información para aclarar su influencia meteorológica. El sistema se basa en un instrumento que lleva el satélite Aqua de la NASA y ya ha identificado 70.300 rastros de barcos en las rutas del oeste de Norteamérica , según la investigación cuyos resultados se publican en Geophysical Research Letters .
«Cada vez será más difícil hacer este análisis» advierten los investigadores
Ahora los investigadores, de diversas instituciones estadounidenses, están ampliando el análisis a imágenes de años anteriores y piensan correlacionar los datos con los de la precipitación en la zona, entre otros aspectos. Saben que cada vez será más difícil hacer este análisis, a medida que los motores de los barcos se hagan más limpios por la normativa internacional. Cuanto menos contaminen, menos huella dejarán en la atmósfera, pero su investigación forense permitirá sacar conclusiones para el futuro sobre el papel de los aerosoles en la crisis climática.