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Entrevista a Joan Ribó, candidato por Compromís a la alcaldía de Valencia

«Los bancos tendrán que colaborar para dar una solución a los desahucios»

Fuentes: Rebelión

Si no se tuerce el camino en la negociación con el PSPV-PSOE y València en Comú, Joan Ribó, cabeza de lista de la coalición Compromís, será el próximo alcalde de Valencia. Compromís obtuvo 95.958 votos en las elecciones municipales del 24 de mayo (23,28% de los sufragios), lo que situó a esta formación como segunda […]


Si no se tuerce el camino en la negociación con el PSPV-PSOE y València en Comú, Joan Ribó, cabeza de lista de la coalición Compromís, será el próximo alcalde de Valencia. Compromís obtuvo 95.958 votos en las elecciones municipales del 24 de mayo (23,28% de los sufragios), lo que situó a esta formación como segunda fuerza en número de concejales (9), por detrás del PP (10). La lista que encabezaba Ribó triplicó el número de regidores respecto a 2011. Esto fue posible por varios factores, afirma el alcaldable: «el trabajo en los barrios; la oposición valiente a Rita Barberá; y la voluntad de transformar la ciudad con propuestas concretas, y con un coste escaso». Compromís firmó en la campaña electoral las demandas de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH). «Lo que se firma ha de para cumplirse», asevera Joan Ribó. Además, «la banca ha de colaborar en materia de desahucios», de lo contrario podría el consistorio buscar alternativas para las cuentas corrientes municipales, como la banca ética. «Nosotros no somos liberales», zanja.

-«Valladolid toma la palabra» ha denunciado que el actual gobierno municipal, en manos del PP, está poniendo en marcha la máquina de triturar documentación. Comisiones Obreras ha señalado también estas actuaciones en el Ayuntamiento de Madrid. ¿Ocurre lo mismo en el consistorio valenciano?

-Tenemos la sospecha de que lo mismo está sucediendo en Valencia. Hoy publican los periódicos fotografías de un camión con máquinas de triturar papeles y documentación del Ayuntamiento. Tenemos sospechas, nos ha llegado mucha información…

-En Madrid la alcaldesa Ana Botella acelera la prolongación de la Castellana («operación Chamartín»). Ada Colau ha tenido que parar a última hora un contrato del actual alcalde con Telefónica (3,2 millones de euros). ¿Es un proceder generalizado?

-En Valencia el actual Ayuntamiento ha acelerado una serie de contratas. En el suministro de la energía eléctrica, hemos demostrado que resultaría mucho más barata contratando directamente a través del Mercado Ibérico de Electricidad (OMIE). Nos ahorraríamos en torno al 10-15% del coste. Además, el Ayuntamiento ha acelerado deliberadamente la tramitación en los contratos de Piscina Valencia, el Teatro el Musical (en el barrio del Cabanyal), la señalización horizontal de los arcenes o el contrato para la Ordenanza Reguladora de Aparcamiento (ORA), aprobado por ocho años con un presupuesto de unos 80 millones de euros. Éste último servicio queremos municipalizarlo. Nos encontramos a la espera. No es aceptable que a última hora, deprisa y corriendo, pretendan licitar contratos a largo plazo y por mucho dinero.

-«Encomendar a Intervención Municipal la viabilidad legal de la declaración ilegal de la deuda que se considere ilegítima», se afirma en el programa electoral de Compromís. ¿Qué ocurrirá con los 400 millones de euros que el Ayuntamiento adeuda a la administración central (al ICO) por la Copa América?

-Hoy son ya 420 millones de euros. Esto resulta una espada de Damocles inadmisible para la ciudad. Un escándalo. Se gastaron más de 300 millones de euros en una salida hacia el norte para los barcos, cuando en otros países esa infraestructura no costó un euro. Vamos a analizar esa deuda. En enero el ministro Montoro nos dijo que las deudas había que pagarlas, pero continuaremos insistiendo. Además haremos una auditoría para conocer las cuentas del Ayuntamiento, y ver qué parte de la deuda puede considerarse «ilegítima». Pondremos también en marcha un Observatorio de la Contratación, puesto que en este capítulo se nos va mucho dinero. Las empresas contratistas han de cumplir con sus compromisos. Por ejemplo una de estas empresas, del sector de la limpieza, no informa de los nombres de los trabajadores. Los hemos pedido para poder llevar un control.

-Otro punto del programa se refiere a un «plan local de servicios sociales que incluya medidas urgentes» y «revisar el catálogo de prestaciones sociales que ofrece el Ayuntamiento, dando relevancia a niños y niñas, pobreza energética, vivienda, alimentación y suministros básicos»…

-Habrá que negociar. En el caso del agua, el Ayuntamiento tiene este servicio consorciado con Aguas de Valencia. En el caso del suministro eléctrico, con las diferentes empresas. Si es necesario, tendremos que plantear un «plan de choque» con dinero encima de la mesa. Sólo con la contratación directa de la energía eléctrica, el Ayuntamiento puede ahorrarse cerca de siete millones de euros. También planteamos las escuelas de verano con becas de comedor.

-¿Y en cuanto a los desahucios? Compromís asumió por escrito todas las reivindicaciones de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH), en concreto, la paralización de los desahucios sin alternativa habitacional; la dación en pago con carácter retroactivo; la constitución de un parque público de viviendas; y la garantía en el suministro de agua, luz y gas.

-Los compromisos se firman para cumplirlos. El Ayuntamiento cuenta con un parque de viviendas vacías, y además en la ciudad hay también unas 60.000 viviendas sin ocupar. Muchas de ellas han de rehabilitarse para ponerse después en alquiler, precisamente en este punto insistimos mucho, en la rehabilitación, que además supone una fuente de puestos de trabajo. En cuanto a los bancos, han de ayudar en materia de desahucios, lo contrario sería mal visto por el Ayuntamiento. Nosotros no somos liberales. Si la banca no colabora, el consistorio podría llevarse las cuentas corrientes a otras entidades financieras. Hay alternativas como por ejemplo la banca ética.

-¿Cuándo le va a presentar esta propuesta al partido socialista?

-A partir del lunes, cuando empecemos a negociar.

-Ada Colau ha anunciado que el Ayuntamiento de Barcelona priorizará las becas de comedor escolar con los 4 millones de euros que cuesta la Fórmula 1. En Valencia, capital de los «grandes eventos», el gran premio de bólidos costó al erario público unos 300 millones de euros (el expresidente Camps afirmó que tendría un «coste cero» para el contribuyente). ¿Ha pensado en alguna medida similar?

-No, porque la Fórmula 1 en Valencia está paralizada. El Ayuntamiento le debe a la Generalitat Valenciana 50 millones de euros por la construcción del circuito. Aunque la deuda del Ayuntamiento supera los 800 millones de euros, lo cierto es que nos hallamos por debajo del tope de deuda, situado en el 110%. Esto indica que todavía nos queda cierto margen de maniobra.

-«Los espectáculos en zoológicos, circos, ferias y otros implican crueldad, maltrato y sufrimiento», dice el programa de su formación. También se señala que Valencia se convertirá en «ciudad libre de espectáculos con animales». ¿Qué va a ocurrir con las corridas de toros?

-No hemos querido plantear un «no» rotundo, a pesar de que mucha de nuestra gente ha apostado por ello. De momento hemos decidido no subvencionar las corridas de toros. Pero en todos los asuntos «identitarios» hemos querido ser muy prudentes. Además les hemos trasladado a los circos nuestra negativa a que estos espectáculos se organicen con animales.

-En una entrevista a Joan Ribó en el diario conservador Las Provincias el 26 de mayo, la primera pregunta «retórica» fue: «En la celebración de su triunfo en la plaza hubo esteladas». El 27 de mayo titulaba ABC: «Compromís celebra el resultado electoral con banderas independentistas catalanas». ¿Se está calentando el ambiente?

-Sí, con la cuestión de las banderas y de las fallas. En Compromís tenemos muy claro que la bandera de la ciudad es la senyera (con la franja azul) que ondea en el edificio del consistorio. Pero no queremos perder en este asunto ni un minuto, en una ciudad en la que casi uno de cada tres vecinos se halla al borde de la indigencia. Hablan de «catalanismo», pero nosotros no hemos entregado cajas de ahorro a «los catalanes», como ha hecho el Partido Popular. Nos han dicho también que queremos destruir las fallas, cuando el número nueve de nuestra lista es miembro de la Junta Central Fallera. Las fallas son un elemento de cultura y de fiesta que vamos a respetar y potenciar. Por otro lado, queremos dar el protagonismo de los festejos a la fallera mayor, no queremos «chupar» cámara como se ha hecho en los últimos años. El PP ha utilizado las fallas para hacer clientelismo.

-«Empresarios catalanes presionan para que Colau no sea alcaldesa» (portada de El Mundo, 29 de mayo); «El gobierno de Carmena dejaría en el aire 7.000 millones en inversiones para Madrid» (ABC, 27 de mayo)… ¿Llegarán a Valencia los intentos de «desestabilización»?

-Seguro que sí, los tiros van a venir por todas partes. Estoy convencido de ello. Las diferencias, sobre todo respecto a Barcelona, es que en Valencia la gente estaba muy cansada del Régimen Barberá. Los que están en contra del cambio han limitado por el momento la protesta…

-¿Se impulsará una televisión pública (municipal) y en valenciano?

-Vamos a reabrir la televisión pública municipal, lo que será muy importante para que los barrios y las asociaciones puedan expresarse. Pero no es ésta una medida para los cien primeros días, lo más urgente es la «cuestión» social. También propugnamos la reapertura de Canal 9, pero redimensionada. No tiene sentido que exista la plantilla, los que colocó Zaplana, y los que puso Camps para que controlaran a quienes colocó Zaplana… Radiotelevisión Valenciana (RTVV) es un instrumento imprescindible para potenciar nuestra cultura, el valenciano y nuestra industria audiovisual, que se hundió con el cierre de RTVV.

-Por último, Compromís apuesta por la movilidad sostenible…

-La ciudad está actualmente pensada para el coche particular, por tanto, hemos de revertir las prioridades. Primero los peatones, en segundo lugar la bicicleta, después el transporte público, y por último el automóvil. Una de las ideas que desarrollaremos es la ampliación de las aceras, y evitar que estén ocupadas por las motocicletas o por terrazas «desordenadas». En cuanto al carril para ciclistas, una de las medidas urgentes es completar el «anillo interior», que articulará todos los «carril-bici» que llegan al centro de la ciudad. Respecto al transporte público, la policía local tendrá que hacer respetar el «carril-bus». También regular los semáforos de manera que den prioridad al transporte público y que favorezcan velocidades de 50 kilómetros/hora en el casco urbano (hoy se dan medias de 80 kilómetros/hora). Por último, priorizaremos la peatonalización del centro -pero no «manu militari», como se han hecho las cosas en esta ciudad- sino dialogando con vecinos y comerciantes.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.