La producción de soja avanza en los campos paraguayos y sacan los campesinos de sus tierras. Uno de los últimos hechos denunciados ocurrió en el final del mes pasado cuando productores brasileños de soja genéticamente modificada protegidos por la policía y los militares del Paraguay atacaron a la comunidad campesina Tekojoja, en Caaguazú. Según informaciones […]
La producción de soja avanza en los campos paraguayos y sacan los campesinos de sus tierras. Uno de los últimos hechos denunciados ocurrió en el final del mes pasado cuando productores brasileños de soja genéticamente modificada protegidos por la policía y los militares del Paraguay atacaron a la comunidad campesina Tekojoja, en Caaguazú.
Según informaciones de las agencias de noticias, la comunidad de Tekojoja es un asentamiento rural de 500 hectáreas en el que viven 56 familias campesinas ubicado a 70 kilómetros de la ciudad de Caaguzú. Esta comunidad forma parte de la Organización Agraria y Popular y parte del MCNOC (Coordinadora de la Plataforma Nacional de Organizaciones Campesinas), Vía Campesina Paraguay y del Frente Soberanía y Vida.
Caaguazú, junto a San Pedro, son las regiones paraguayas donde más se ha expandido el monocultivo de OGM (Organismos Genéticamente Modificados) en los últimos cinco años. Existen 2 millones de hectáreas de soja genéticamente modificada en Paraguay y un plan gubernamental de expansión de dos millones de hectáreas más. En dicho país menos del 2 por ciento de la población es dueña del 70 por ciento de la tierra, territorios de donde han sido expulsados sus históricos habitantes.
La soja transgénica fundamentalmente dirigida a la exportación es la causa principal de la grave situación. El promedio de los conflictos relacionados con la tierra ha aumentado en los últimos años considerablemente, sólo en el 2004 se produjeron 162 conflictos por el suelo y 118 ocupaciones de tierras.
Tekojoja es uno de los asentamientos rurales recuperados por la reforma agraria, aunque muchas de estas tierras volvieron a manos de terratenientes privados mediante maniobras corruptas e ilegales, o estafando a los campesinos. Tal es el caso de la comunidad de Tekojoja que fuera desde sus comienzos amenazada por la expansión de los monocultivos de soja transgénica.
En agosto de 2004, la comunidad fue atacada con el resultado de varias personas detenidas y otras heridas. El pasado 25 de junio, los abogados Pedro Torrales y Nelly Varela irrumpieron junto a 150 policías con intenciones de desalojar a toda la comunidad. Durante el desalojo y ante la presencia de los abogados la población fue salvajemente acosada y golpeada. La policía, seguida por paramilitares, desalojó y detuvo a la gente, destruyó las casas con topadoras mecánicas y luego las incendiaron. Fueron arrestadas 130 personas, entre ellas 40 niños, y encarceladas en Caaguazú. Galeano, un vocero de la comunidad, relató que después del incidente, 29 hombres, 119 mujeres y 40 menores fueron liberados.
Algunos campesinos han desaparecido. Durante el desalojo, el pretendido dueño Adelin Osperman (productor de soja brasileño) junto a algunos empleados con escopetas entraron con camiones a la finca baleando a los campesinos y matando a Angel Cristaldo (de 30 años) y a Leopoldo Torres (de 49 años). Hirieron a otras cinco personas ante la vista de los policías presentes en el terreno.
La organización campesina ha programado varias manifestaciones para los próximos días. Se hará una marcha en Asunción frente a las oficinas de los abogados, denunciado la conducta de los dos que ordenaron el desalojo. Uno de ellos, Nelly Varela ordenó a la policía sacar a los niños de la escuela, arrestarlos y llevarlos a prisión como si fueran criminales, comentó Galeano.
El Movimiento Campesino Paraguayo (MCP) denunció al gobierno presidido por Nicanor Duarte Frutos y lo responsabilizó por la represión al asentamiento campesino Tekojoja, donde atacaron a 270 campesinos. «Exigimos la libertad inmediata de los compañeros presos injustamente en la cárcel de la ciudad de Coronel Oviedo», declara la entidad.