Ceuta y Melilla, fetiches del patriotismo español, no quieren ser sólo eso. infoLibre ha comprobado que desde las dos ciudades autónomas llega un mensaje de SOS que no es sólo por la tensión territorial. A su atraso socioeconómico, puesto nítidamente de relieve por los datos recabados en este artículo, se suma al menos desde 2019 una ofensiva de Marruecos, que mediante diversas estrategias está cargando sobre las espaldas de Ceuta y Melilla el desafío a España y la UE.
El episodio de esta semana ha sido el más visible. Pero esta historia viene de atrás. En Ceuta y Melilla lo saben y lo notan.
Las restricciones fronterizas se han convertido en un castigo durísimo. Y no son ciudades con excesivo margen para encarar castigos. Algunos datos: la renta per cápita en Melilla, la menor de España comparando con comunidades, es de 19.211 euros, lo que supone 16.702 menos que en Madrid. La tasa de paro en Ceuta es del 28,5%, frente al 15,9% nacional. En menores de 25 años, es del 71,4%. Ceuta y Melilla destacan en pobreza y privación. Son la segunda y tercera ciudad con menor esperanza de vida. Tienen menos camas hospitalarias por 1.000 habitantes que cualquier comunidad. Su abandono escolar es mayor que el de cualquier autonomía.
El economista Jaime Bustillo reclama desde el terreno impulso político y un marco económico ad hoc. «Ni Ceuta ni Melilla pueden estar a expensas de las decisiones marroquíes. Porque está claro que no son decisiones amistosas», afirma. «Ceuta y Melilla son una cuestión de Estado para Marruecos, pero España no las trata como tal», completa Enrique Ávila, profesor de Ciencias Políticas y secretario de la UNED en Ceuta.
RENTA Y PARO
Ceuta (84.202 habitantes) y Melilla (87.076) aparecen poco favorecidas en la fotografía estadística. Hablan las series del INE. En PIB per cápita, el dato de España es de 26.426 euros en 2019. La comunidad que luce peor es Extremadura, con 19.454 euros. Debajo está Melilla, con 19.211. También en la parte baja de la tabla está Ceuta, 20.903, sólo por delante de Extremadura y Andalucía. Sus PIB per cápita representan el 78,6% (Ceuta) y el 72,1% (Melilla) del español. La diferencia entre Madrid y Melilla es de 16.702 euros, casi un 87% de la renta de la ciudad autónoma. ro al cierre del primer trimestre de este año era en Ceuta del 28,5% y en Melilla del 21,5%, frente a un dato nacional del 15,9%. Por debajo de Ceuta no hay ninguna comunidad. Por encima de Melilla, sólo Andalucía (22,5%), Extremadura (22,2%) y Canarias (25,4%). La tasa de paro de Ceuta multiplica por casi 2,6 la del País Vasco (10,99%). En el caso de las mujeres, la tasa se eleva en Ceuta al 31,4% y en Melilla al 25,6%, frente al 18,1% de España. Impacta el dato de paro en menores de 25 años en Ceuta: 71,4%, frente a un 39,5% en España.
Si comparamos a Ceuta y Melilla con ciudades y no con comunidades, son respectivamente la 15ª y la 6ª con tasas más elevadas, según la última edición del proyecto Urban Audit de Eurostat, un estudio de los 413 municipios de más de 20.000 habitantes con datos de 2019.
POBREZA
El informe El estado de la pobreza. Seguimiento del indicador de pobreza y exclusión social en España. 2008-2019, publicado este octubre de 2020 por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza, incluye un mapa de desigualdad territorial. Aparece en cada comunidad cuál es su tasa Arope (At Risk Of Poverty and/or Exclusion, es decir, en riesgo de pobreza y/o exclusión). El cuadro no deja lugar a dudas. Ceuta y Melilla están peor situadas que todas las comunidades autónomas.
Destaca Ceuta, con un 45,9%, más de 20 puntos por encima del conjunto de España, casi cuatro veces más que en Navarra.
También es claro el cuadro de población en riesgo de pobreza. Las dos ciudades vuelven a situarse a la cola. En el caso de Ceuta (40,6%), duplica al conjunto de España y es más de cinco veces superior a la de Navarra. Ceuta y Melilla vuelven a estar peor que todas las comunidades.
El INE también pone el foco en el riesgo de pobreza. En el conjunto de España asciende a un 20,7%. La peor comunidad autónoma es Extremadura: 31,5%. ¿Y Ceuta y Melilla? Caso aparte: 40,6% y 35,7%, respectivamente.
Las tablas de pobreza y privación material severa ofrecen estas imágenes. En el apartado de privación, la población afectada en Melilla roza el 13%, 5,5 puntos por encima de la comunidad más próxima, Castilla La Mancha, y 2,7 veces más que el conjunto de España.
Los resultados de la edición 2020 del proyecto Urban Audit tampoco dan tregua. Ceuta es la segunda ciudad con menor esperanza de vida, con 80,1 años, sólo mejor que La Línea de la Concepción (79,5), con datos de 2017. Melilla va justo detrás, con 80,3. Ambas tienen menor esperanza de vida que cualquier autonomía en su conjunto. En Ceuta la esperanza de vida es casi de cuatro años y medio menor que en Madrid, según el INE con datos de 2019: 84,99 frente a 80,55. En Melilla es de 80,7.
EDUCACIÓN Y SALUD
La desigualdad social y económica engendra a su vez desigualdad en educación y salud. Veamos. Primero, salud. Ceuta tiene un 24,1% de población con obesidad, casi 7 puntos por encima del conjunto de España, con datos del Ministerio de Sanidad. También está por encima de la media Melilla (19,7%).
Una queja frecuente en las dos ciudades se dirige contra los déficits sanitarios. Ceuta y Melilla no son ayuntamientos, pero tampoco llegan a comunidades autónomas. No gestionan la sanidad. Ambas ciudades aparecen a la cola en indicadores sanitarios clave, comparadas con las comunidades. ¿Ejemplos?
– Camas hospitalarias por 1.000 habitantes (2018): 1,9 en Melilla, 2 en Ceuta, las últimas. La peor autonomía es Andalucía (2,2) y la mejor Cataluña (3,9).
– Médicos especialistas por 1.000 habitantes (2018): 1,44 en Melilla, 1,66 en Ceuta, última y antepenúltima. Entre ambas está Andalucía (1,62). La mejor es Navarra (2,5%).
¿Y en educación? La tasa bruta de finalización de la Secundaria en País Vasco es del 81,7%, mientras en Ceuta y Melilla ronda el 50%, según el último informe del Ministerio de Educación, que recoge datos del curso 2017-2018. Son los dos peores datos por comunidades. En el conjunto de España no llega al 73%.
El INE abunda en este diagnóstico. El abandono educativo temprano es superior en Ceuta y Melilla al de cualquier comunidad: 24,7% y 24,1%. En el conjunto de España, se sitúa en un 17,3%. En el País Vasco, en un 6,7%.
La desigualdad también se observa en el informe PISA. Hay cinco comunidades por debajo de la media española tanto en ciencias como en matemáticas: Andalucía, Comunidad Valenciana, Canarias, Extremadura y Murcia, además de Ceuta y Melilla. Las dos ciudades autónomas obtienen los peores resultados de España, comparados con autonomías.
DOS CIUDADES Y MARRUECOS
El Instituto de Seguridad y Cultura, un think tank centrado en asuntos de defensa y prevención del extremismo, tiene una rama dedicada a las dos ciudades autónomas, el Observatorio de Ceuta y Melilla. Sus publicaciones, un referente sobre las dos ciudades, permiten redondear la visión sobre estos dos focos de tensión diplomática. En septiembre del año pasado, Kissy Chandiramani Ramesh, consejera de Economía de Ceuta, y Jaime Bustillo, economista experto en planificación estratégica y exviceconsejero de Melilla, lanzaron un estudio sobre la realidad económica de las ciudades que era, en conjunto, un alto y claro SOS.
¿Qué dice el informe? Melilla, a 130 kilómetros de la Península, y Ceuta, a 14, se encuentran en una «crisis de extraordinaria seriedad, agravada en grado sumo por su dependencia económica de Marruecos», que hace una guerra diplomática y económica a la UE y a España utilizando a ambas ciudades, contra las que ha endurecido al extremo la frontera para dificultar el «comercio atípico».
En cuanto a Ceuta, la intención de Marruecos es «bloquear y asfixiar económicamente», señala el informe. El Observatorio reclama «combatir eficazmente la economía sumergida y el fraude» para sacar a la ciudad de su situación de dependencia. Un diagnóstico parecido sale sobre Melilla: «El fin del comercio legal y paralegal con Marruecos y la voluntad declarada del país vecino de ajustar el funcionamiento de la frontera al estricto marco turístico» suponen que «el único fundamento económico que quedaba ha llegado a su fin».
Añade el informe: «Los últimos 40 años han ido suponiendo una paulatina reducción del abanico de opciones y alternativas económicas […], de tal manera que hoy en día se ve desaparecer la única actividad económica no dependiente del Estado: el comercio legal y paralegal con Marruecos». Melilla es definida como «una empresa» que sólo tiene «un producto (comercio) y un cliente (Marruecos)». Y ahora el cliente ha decidido usar a la ciudad para su guerra híbrida contra España y la UE, por motivos que abarcan desde la pesca hasta el Sáhara. Un dato, también del Observatorio de Ceuta y Melilla, ayuda a dimensionar el efecto de la ofensiva marroquí sobre las dos ciudades: entre 2011 y 2016, en Ceuta y Melilla se introdujeron en el sistema financiero 5.200 millones de euros en efectivo sobre los que no se pudo encontrar un origen justificado documentalmente, siendo casi la mitad de ellos en billetes de 500, 200 y 100 euros.
«En Melilla, durante años, se ha mirado para otro lado. Y España también ha cerrado los ojos. No se quiso sacar a la ciudad de la situación de dependencia del contrabando», explica a infoLibre Jaime Bustillo, que ve tanto a Melilla como a Ceuta como «peones en un gran tablero de ajedrez geopolítico» que sufren las consecuencias de decisiones que no son suyas. «Aquí [en Melilla] sabemos que toca aguantar, porque jugamos en un equipo, España. Pero es urgente que el Gobierno lidere los cambios necesarios para reducir la visión de túnel en las instituciones y el empresariado locales hacia el contrabando con la consiguiente informalidad económica, con una baja trazabilidad de las operaciones financieras, con regulaciones difusas… Se suele decir ‘al sur del Estrecho no hay Estado de derecho’. No es una frase mía. Yo creo que sí lo hay. Y que Melilla, y Ceuta también, deben transitar de la informalidad a la formalidad dentro de la UE, aprovechando nuestras ventajas fiscales, dando mayor protagonismo al turismo y la economía digital y reduciendo el peso del contrabando», señala.
Bustillo, optimista si Melilla y Ceuta entienden la situación como una oportunidad, lanza un mensaje a las autoridades españolas: «Ni Ceuta ni Melilla pueden estar a expensas de las decisiones marroquíes, como están ahora. Porque está claro que no son decisiones amistosas». A juicio de Bustillo, los indicadores económicos de Melilla y Ceuta no recogen el impacto del cierre fronterizo y hay que tomarlos con prudencia, porque no captan el hundimiento de la economía informal, «por definición destinada a no dejar registro contable». Ahora bien, lo inocultable es el insuficiente desarrollo de los servicios públicos, especialmente educativos y sanitarios, que sufren una presión excesiva, añade. Otro dato del Observatorio: Ceuta, con el 0,4% de la población española, acoge al 15% de todos los menores extranjeros no acompañados de España.
Eduardo Saldaña, codirector de El Orden Mundial, coincide en que Melilla y Ceuta necesitan un apoyo especial, en un contexto de ofensiva del país vecino. «Lo ocurrido esta semana es en parte una reacción a la acogida del líder del Frente Polisario, pero de fondo hay mucho más. El irrendentismo de la reivindicación de Ceuta y Melilla no tiene base jurídica. Ceuta y Melilla son españolas desde antes de que Marruecos existiera como entidad política y de que se estableciera la dinastía alauí [en el primer tercio del siglo XVII]. Esos discursos son una herramienta de exaltación nacionalista, sin más. Tampoco ahí está la cuestión de fondo, que tiene más que ver con la voluntad de Marruecos de presionar a España y a la UE utilizando a Ceuta y Melilla. Se trata de atacar dos ciudades cuyo comercio atípico le supone una fuga económica y un obstáculo para el desarrollo del norte del país», señala Saldaña. Y añade, a título de ejemplo: «Es difícil desarrollar el puerto de Tánger Med con Ceuta y Melilla al lado. Por intereses así Marruecos lleva desde 2018 tratando de asfixiar a la dos ciudades».
Ante esa asfixia, hace falta un aire que sólo puede venir de la Península, según Enrique Ávila, profesor de Ciencias Políticas y secretario de la UNED en Ceuta. ¿En qué debe consistir ese aire? El profesor menciona en su respuesta las facilidades económicas que ya recoge en sus distintos informes el Observatorio del Instituto de Seguridad y Cultura. Pero no es ahí donde pone el énfasis. Tampoco en las ayudas económicas. Son necesarias, pero no son la clave. «Ceuta y Melilla podrían notar mucho un incremento presupuestario que a nivel del Estado sería poco relevante», señala. No obstante, lo urgente –siendo importante– no es eso. ¿Entonces? Presencia del Estado, reitera.
«Fíjate. Ceuta y Melilla son una cuestión de Estado para Marruecos, pero España no las trata como tal. Y debería hacerlo. Aquí necesitamos presencia del Estado, su apoyo, su respaldo. Te pongo un ejemplo. Hace unos años cerró la delegación del Banco de España en Ceuta. Es un gesto, un símbolo. En otra ciudad, podría no importar. Pero aquí pesa y duele», explica el académico. Y lanza una pregunta, conteniendo la indignación: «¿Por qué el rey y la reina han visitado todas y cada una de las comunidades autónomas durante la pandemia, pero no Ceuta y Melilla? ¿Porque molesta a la monarquía marroquí? La soberanía, si es soberanía de verdad, consiste en un acto autónomo de poder político, no en pensar sólo en no molestar a Marruecos, que tiene la piel muy fina», señala Ávila. Felipe VI y Letizia no han visitado Ceuta y Melilla en todo su reinado. Juan Carlos I lo hizo en 2007, provocando la protesta de Marruecos. Ávila, no obstante, mira más al futuro que al pasado. Le escuece el dato de abandono escolar temprano, así como las «consecuencias que tiene para la incorporación a un mercado laboral cada vez más exigente en formación». E incide en la «necesidad de que el Ministerio de Educación se implique plenamente en los dos únicos territorios que son de su absoluta competencia».