Los gobiernos deben tomar medidas concretas antes de 2010 si quieren salvar al planeta de una pérdida irreparable de especies, advirtió este jueves la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) al cierre de una de las mayores conferencias ambientalistas de la historia. «La comunidad internacional se comprometió en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sustentable […]
«Este congreso confirmó 2010 como el año de referencia en el cual los gobiernos deberán rendir cuentas de las promesas que hicieron en Johannesburgo», dijo Steiner en una conferencia de prensa al final del congreso.
«El peligro y las señales expuestos en este Congreso Mundial de la Naturaleza evidencia la urgente necesidad de actuar (para proteger la biodiversidad). Vigilaremos esto cada día hasta 2010, para llegar a ese objetivo básico», prometió.
A la conferencia en la capital de Tailandia asistieron delegados de 81 gobiernos, 114 agencias estatales, más de 800 organizaciones no gubernamentales (ONG) y unos 10.000 científicos y expertos de 181 países..
Al comienzo del congreso el día 17, la UICN ofreció un alarmante pronóstico del ambiente planetario, al revelar en su «Lista roja de especies amenazadas» que la biodiversidad mundial se reduce a un ritmo sin precedentes y que 15.589 especies animales y vegetales están en riesgo de extinción.
La lista roja de la UICN es la evaluación científica más completa de especies en riesgo de extinción, e incluye propuestas de medidas para enlentecer o revertir el proceso.
Para el fin de la conferencia, la Asamblea de Miembros de la UICN había adoptado 100 resoluciones y recomendaciones sobre políticas y medidas de conservación críticas.
Una de las principales decisiones adoptadas en el Congreso fue el lanzamiento de programas para combatir la pobreza mediante la protección de la naturaleza, y medidas de ayuda para desarrollar y conservar recursos naturales, en particular el agua, la tierra y la biodiversidad biológica, para que los pobres alcancen la seguridad alimentaria.
Steiner reconoció que la conservación ambiental puede aumentar el costo para los pobres, por ejemplo cuando les impide acceder a recursos en áreas protegidas.
Los delegados del congreso acordaron que las medidas de conservación deben ser socialmente justas.
El congreso contó con la participación de representantes de grandes multinacionales, como la empresa anglo-holandesa de energía Shell y el conglomerado de minería Río Tinto.
«Hemos pasado de un diálogo de sordos a una colaboración con empresarios y empresas. Esto demuestra que la biodiversidad y sustentabilidad son tan importantes para esas compañías como para nosotros», destacó Joshua Bishop, principal asesor económico de la UICN.
Pero en el movimiento ambientalista surgieron críticas a tales asociaciones.
«El riesgo es lo que llamamos ‘pintar de verde’, es decir, que las empresas limpien su imagen sin cambiar sus prácticas», advirtió Marcus Colchester, director del Programa Popular de los Bosques, de Gran Bretaña.
«Creo que las organizaciones ambientalistas corren el riesgo de pagar un precio demasiado alto a cambio de pequeñas ganancias: perder la confianza del público y de sus miembros», previno Colchester en entrevista con IPS.
Al cierre del congreso, los miembros de la UICN eligieron al ex ministro de Ambiente y Turismo de Sudáfrica, Valli Moosa, como nuevo presidente de la organización ecologista mundial, en sustitución de la ecuatoriana Yolanda Kakabadse, quien ocupó la presidencia durante ocho años.