Los pueblos indígenas en Brasil representan un conocimiento milenario relacionado con el equilibrio de convivencia con el medio ambiente, pero se enfrenta a enemigos
Activistas a favor de la preservación de la amazonía protestan contra el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. (Stringer / Reuters)
Eder Robson Mendes Jastes es Doctor en Artes Escénicas por la Universidad Federal de Pará (Amazonas) y por la Universidad Federal de Bahía, en Brasil. Su línea de investigación se centra en la contribución indígena a la danza del Carimbó, una danza folclórica típica del estado de Pará, en el Amazonas. Convive muy de cerca con la realidad de las comunidades indígenas.
Ya visitó las etnias Gaviao, Mundurucú, Tupalí, Suruí, Wai wai, Kauyapó, Arapiú, Tupinambá, Borari, Kumaruara y Tapajó. Su última visita, hace unos días, fue a los Usurini donde impartió un curso de la licenciatura Intercultural indígena.
– ¿Cuál es su actividad en esas comunidades?
– Participo de un programa llamado PARFOR, Programa Nacional de Formación de Profesores de Educación Básica y, en mi caso, trabajo con las comunidades indígenas el concepto de Arte para fomentar la valoración de la producción artística y cultural dentro de esa sociedad.
– ¿Cómo son recibidos los profesores no indígenas?
– Las comunidades indígenas siempre tienen una recepción muy buena para los profesores, aunque éstos no sean indígenas. Existen profesores indígenas en las comunidades, pero siempre hemos tenido una acogida muy buena porque entienden que llevamos el conocimiento del mundo occidental, pero respetando y valorando su producción ancestral de conocimiento. Hay diferencias en la recepción de los profesores de etnia a etnia. Hay unos que hacen una recepción con un ritual al inicio y otros que lo hacen tanto al inicio como a la conclusión, en modo de agradecimiento por el conocimiento al que tuvieron acceso.
La tala ilegal en la amazonía es un problema tanto en Brasil como en otros países vecinos. (Global Witness)
– ¿Qué representa para usted esa cultura indígena?
– Soy amazonista, crecí transitando entre la ciudad y la selva, recibiendo las enseñanzas de mis abuelos sobre mis antepasados y el respeto a los guardianes de la selva, tanto en forma de personas como místicos. Tengo en mis venas sangre nativa de mis ancestrales indígenas que se perdió cubierto por el prejuicio de la historia local. Para mí, ser indígena representa reconocer la importancia de mi historia que traigo en mis trazos genotípicos y fenotípicos. Los pueblos indígenas en Brasil representan los primeros pueblos y un conocimiento milenario que se relaciona con el equilibrio de convivencia con el medio ambiente.
«Los pueblos indígenas tienen mucho para enseñarnos si nosotros tenemos la voluntad de escuchar porque el no indígena aún no ha comprendido la belleza de esa relación de convivencia hombre-naturaleza que para ellos es natural».
Han tenido una contribución muy grande de conocimiento en relación a la domesticación de las plantas y la elaboración de medicamentos, así como de conocimientos místicos.
– ¿Cuáles son los principales problemas a los que se tienen que enfrentar?
– Para los indígenas que ya tienen un contacto permanente con el mundo occidental, su principal problema es la falta de respeto tanto por el sistema económico que quiere explotar los recursos naturales hasta niveles destructivos, como por las diferentes religiones evangélicas que operan por la zona que intentan catequizarlos, queriendo imponer su religión, a costa de la pérdida de su herencia cultural histórica. Esos pueblos deben ser respetados. Las naciones indígenas hoy tienen acceso a conocimientos no indígenas y conquistando espacios dentro del conocimiento. Maestros, licenciados, Doctores están representando esas comunidades y exigen un respeto a su diversidad.
– ¿Cuál sería la solución a su entender?
– Permitir hacer una gestión autónoma de su propia comunidad garantizándoles protección. Es esencial el reconocimiento y el respeto para esa concepción ancestral de conocimiento tan particular. Valorizar su cultura y permitir el intercambio de igual a igual con el mundo occidental.
La defensa de la Amazonia ha provocado numerosas agresiones contra activistas indígenas y ambientalistas en los últimos años. (Andy Parker / Getty)
– ¿La política es sensible a esa problemática?
– Políticas pasadas venían intentando dar ayudas económicas para que continuara esa producción de cultura indígena. La FUNAI (Fundación del indio) vela por proteger su modo de vida. Pero en general la política no atiende todas necesidades de los pueblos indígenas. Ellos se sienten olvidados y vulnerables.
– ¿Cree que el cambio de gobierno va a afectarlos?
– El actual gobierno, en solo 3 meses, ha destruido muchas de las conquistas que los pueblos indígenas habían conseguido delante de la sociedad brasileña. El nuevo presidente aprobó un decreto que reducía un 90% el presupuesto de la FUNAI, ya de por sí limitado. Hoy, esta organización que debe velar por los derechos de los pueblos indígenas, opera con un 30% de su fuerza de trabajo y en condiciones muy precarias. En regiones con intensa disputa es visible el aumento de la violencia. En estas tierras, normalmente alejadas de los centros urbanos, es común la violencia extrema.
«Personas armadas invaden e intentan quitar la tierra a esos pueblos indígenas, asesinando y humillando a sus representantes, en la más absoluta impunidad».
– ¿En qué modo les puede afectar?
– Este presidente que no me representa, ya en la campaña electoral dijo que no iba a permitir ni un pedazo de tierra más para esos pueblos, que vienen luchando desde hace años para que se les reconozcan sus derechos. El actual gobierno permite que madereros, mineros, ganaderos, agricultores y acaparadores de tierras invadan sus tierras para la explotación económica. El gobierno no lo autorizó de forma oficial, pero la liberación de la pose de armas por parte de los terratenientes y la impunidad al no investigar esos crímenes, envía un mensaje muy claro a estos grupos que lo apoyaron en su elección.
– ¿Qué podemos hacer todos nosotros por ellos?
– Los pueblos indígenas nos dan una lección a todo el mundo sobre aspectos tan importantes y tan actuales como es la convivencia con respeto a la diversidad y la conservación del medio ambiente. Debemos apoyarles, no sólo en Brasil sino también a nivel internacional, en todas sus reivindicaciones y movilizaciones, denunciando las invasiones, los crímenes y asesinatos que vienen ocurriendo diariamente. Su lucha debe ser la lucha de todos. La amazonia es de interés global y los pueblos indígenas son sus guardianes.