Ecologistas en Acción y la Asociación Española de Entomología presentan la campaña Sin insectos no hay vida.
Su objetivo es sensibilizar a la población sobre la importancia de los insectos y reclamar a las administraciones medidas concretas para su conservación.
Los insectos tienen una tasa de extinción ocho veces más rápida que la de mamíferos, aves y reptiles y el 40 % de los polinizadores están en peligro de extinción por las actividades humanas.
Ante el alarmante descenso de las poblaciones de insectos a nivel mundial y en el Estado español, la gran importancia ecológica de los insectos y el escaso interés que han demostrado las administraciones e incluso algunas entidades científicas en estas especies, la Asociación Española de Entomología y Ecologistas en Acción lanzan Sin insectos no hay vida, un proyecto que forma parte de campaña confederal de Ecologistas en Acción Sin biodiversidad no hay vida.
Sin insectos no hay vida pretende sensibilizar a la sociedad y a las administraciones de la importancia ecológica de los insectos, de las graves consecuencias ecológicas, sociales y económicas que tiene su progresiva desaparición y de la necesidad de adoptar medidas urgentes para favorecer su conservación. Para ello se ha elaborado diverso material informativo en las diferentes lenguas oficiales: un informe, un cartel, cinco modelos de pegatinas, un tríptico, varios vídeos y diversas infografías y memes que se difundirán en asociaciones, centros educativos y redes sociales.
Durante décadas se ha prestado mucha más atención a la fauna vertebrada: aves, mamíferos, peces, anfibios y reptiles. Han recibido más financiación y mayor reconocimiento sus investigaciones y estudios por parte de los distintos estamentos oficiales y sociales e incluso de las instituciones científicas. Sin embargo, los insectos tienen una tasa de extinción ocho veces más rápida que la de mamíferos, aves y reptiles 1. En 2017, un estudio 2 demostró que se había reducido más del 75 % de la biomasa de insectos voladores en áreas protegidas de Alemania y publicaciones posteriores han analizado situaciones semejantes a nivel mundial, europeo e ibérico. Mariposas, abejas, libélulas y escarabajos, entre otros, son los grupos con las especies más amenazadas. Para Ecologistas en Acción resulta incomprensible que no exista suficiente información científica en el Estado español para conocer el estado de conservación de la mayoría de estas especies.
El declive de los insectos es consecuencia de la pérdida de hábitat, especialmente de prados y pastizales, debido a los usos agrícolas, la utilización de plaguicidas (insecticidas, herbicidas y fungicidas), la incidencia de patógenos y el cambio climático. Se estima que el 40 % de las especies de insectos polinizadores se hallan en peligro de extinción como consecuencia de las actividades humanas.
A la indudable e incalculable importancia ecosistémica de los insectos se une la importancia económica, social y cultural que tienen estas especies. La polinización es uno de los procesos ecosistémicos más importantes, y depende en gran parte de los insectos. Según las estimaciones realizadas por la Unión Europea, el 84 % de las especies vegetales y un 76 % de la producción alimentaria en Europa dependen de la polinización realizada por las diferentes especies de abejas. La FAO estima que la producción agrícola mundial que depende directamente de los polinizadores está entre 235.000 y 577.000 millones de dólares al año, y el volumen de la producción agrícola que depende de los polinizadores ha aumentado en un 300 % en los últimos 50 años. Especialmente grave es el caso de las diferentes especies de abejas silvestres, ya que sus poblaciones están sufriendo una gran regresión por la acción antrópica, principalmente por la utilización de plaguicidas: herbicidas, fungicidas, insecticidas y, entre ellos, los neonicotinoides.
Ante esta grave situación, la Asociación Española de Entomología y Ecologistas en Acción consideran esencial que:
- Las administraciones adopten medidas para frenar las principales amenazas que sufren los insectos, especialmente evitar la destrucción de su hábitat, motivada muchas veces por la actividad agraria, reducir muy sustancialmente la utilización de plaguicidas, impulsando programas de buenas prácticas agrícolas y de asesoramiento en cuanto al manejo integral de plagas y de la polinización, recuperar los ecosistemas degradados más utilizados por los insectos, restaurando los espacios silvestres y urbanos, aumentando la abundancia, la diversidad y la continuidad de sus recursos florales o de otra índole e incluir en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y Catálogo Español de Especies Amenazadas de un importante número de insectos.
- Que se fomente la investigación sobre los insectos en España, creando proyectos actualizados de seguimiento y evaluación para poder conocer su estado de conservación real, facilitando su adecuada protección y frenar su extinción.
- Que se fomenten programas de educación y sensibilización de la sociedad sobre la importancia y el respeto a la biodiversidad y sobre los beneficios que los insectos proporcionan al ser humano y al medio ambiente. Los insectos aportan mucho a la calidad de vida de las personas.
Notas:
(1) Kadoya et al., 2009; Tierno-Figueroa, et al, 2010, Potts et al., 2010; Lindhe et al., 2011; Melero et al., 2016; Pyke et al., 2016.
(2) Hallmann et al., 2017.