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Los japoneses después del cataclismo afirman que «Si piensas sólo en ti, simplemente no sobrevivirás»

Fuentes: RIA Novosti

Pese a la difícil situación en las regiones de Japón afectadas por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, que pareció alcanzaría incluso a la confortable capital Tokio, los japoneses no se empujan en los mostradores de las tiendas, arrebatándose unos a otros las mercancías ni merodean en los supermercados destruidos. Guiados por […]

Pese a la difícil situación en las regiones de Japón afectadas por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, que pareció alcanzaría incluso a la confortable capital Tokio, los japoneses no se empujan en los mostradores de las tiendas, arrebatándose unos a otros las mercancías ni merodean en los supermercados destruidos.

Guiados por los principios morales de su sociedad, los habitantes de Japón tratan de llevarse unos con otros en forma respetuosa, reconociendo que sobrevivir la tragedia se puede solamente en conjunto. En las regiones más afectadas ya fueron evacuadas más de 500 mil personas, la infraestructura de estas localidades está destruida, no hay electricidad, gas, ni agua.

«Los que sobrevivimos la guerra, hemos asimilado con exactitud que se puede sobrevivir, solamente uniéndonos todos juntos», afirma una japonesa de edad avanzada al comentar la conducta de las personas en estos días de desgracia.

«Hubo tiempos más pesados. A finales de la guerra no había en general nada. Después la vida tampoco fue rica. Todos comprendimos que si sólo piensas en ti no sobrevivirás. Se debe comprar sólo lo necesario para hoy y mañana. Todos somos japoneses».

Afirmó que la lección principal que han aprendido los japoneses víctimas de cataclismos frecuentes es que el único modo de sobrevivir en tiempos terribles es la unidad.

Sin abastecimiento de agua se quedó más de millón de casas, no hay nada para calentar las habitaciones. Muchos se quejan que no pueden dormir por el frío, por eso la gente duerme de día, cuando los locales se calientan un poco con el sol.

Los supermercados que nunca cerraron cambiaron su sistema de trabajo. Los compradores tienen que esperar su turno para poder ingresar a las tiendas y adquirir lo que necesitan pero en cantidades limitadas. Pero esta incomodidad no produce ni indignación, ni molestia, ni riñas entre la gente, el carácter propio de los japoneses sale a flote en todo memento.

Llevar a cabo un acto vergonzoso, como saltarse las filas, significa perder el honor y la personalidad, es pasar por encima de tu propia dignidad propia y respeto a sí mismo. Por ejemplo en Sendai, una tienda de veinticuatro horas que quedó sin ventanas ni puertas por el terremoto, tanto el cajero automático como las mercancías, bebidas no son tomadas por nadie.

«Las leyes en Japón completan la moral. El obstáculo principal que te detiene hacer algo malo es la vergüenza. Los amigos, los compañeros, que te rodean te pondrán en ridículo. Para el japonés ser excluido de la sociedad, las comunidades es tradicionalmente el castigo más terrible», – explica el doctor en ciencias históricas Alexandr Mescheriakov.

Aunque el déficit de productos comienza a sentirse hasta en la parte sur y occidental de Tokio, los japoneses no entran en pánico llenando sus cochecitos con todo lo que queda en las tiendas. Por las salas de los supermercados las amas de casa portan canastillos semivacíos, con alimentos para un-dos días, les da vergüenza manifestar pusilanimidad y dejar caer su dignidad personal.

El número de los muertos en Japón como resultado del terremoto destructivo y seguido por un tsunami alcanzó, según los últimos datos oficiales, 6.539 personas.

Fuente: http://sp.rian.ru/society/20110318/148548516.html