La belleza de los manglares se extingue poco a poco; en nuestro país estos bosques sufren una deforestación anual considerada en siete por ciento e incluso, en dos años se perdieron más de 250 mil hectáreas La tala inmoderada para la ampliación de la frontera agrícola y ganadera para leña, carbón vegetal y postes de […]
La belleza de los manglares se extingue poco a poco; en nuestro país estos bosques sufren una deforestación anual considerada en siete por ciento e incluso, en dos años se perdieron más de 250 mil hectáreas
La tala inmoderada para la ampliación de la frontera agrícola y ganadera para leña, carbón vegetal y postes de cerca; la destrucción ocasionada por desarrollos turísticos y urbanos, así como por la construcción de granjas camaronícolas y el desazolve de los sistemas lagunarios, están haciendo que pierdan su equilibrio, disminuyan la cantidad y diversidad de peces y otros organismos marinos, y que sus áreas de cría y alevinaje se vean afectadas.
En Chiapas, estos bosques que albergan una abundancia biológica al habitar en ellos variedades de mamíferos, aves, reptiles, crustáceos, moluscos, insectos y otros organismos, también están en riesgo.
Especialistas señalan que la destrucción de los manglares «es la tasa más alta de todos los hábitats, aún por encima de selvas y bosques», al haberse perdido 35 por ciento de la superficie total de ellos.
El investigador del Instituto de Ecología (IE), César Domínguez Pérez Tejada, consideró que es imprescindible su conservación por la abundancia biológica que albergan y los servicios ambientales que prestan, además que «son barreras contra eventos ambientales y filtros de las corrientes de aguas». La pérdida de estos ecosistemas costeros compromete el futuro del país, pues están sujetos a múltiples presiones y amenazas.
En el mundo existen 54 especies de mangle, pero en México predominan cuatro: rhizophora mangle (mangle rojo), laguncularia racemosa (mangle blanco), avicennia germinans (mangle negro, madre de sal) y conocarpus erectus (mangle botoncillo), aunque también hay avicennia bicolor y rhizophora harrisonii.
De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el inventario nacional forestal, los estados que presentan las mayores extensiones de mangle son: Campeche con 196 mil 495 hectáreas; Sinaloa, 96 mil 159; Yucatán, 85 mil 930; Nayarit, 82 mil 847; Veracruz, 57 mil 713; Chiapas, 57 mil 382; Tabasco, 51 mil 624 y Quintana Roo, 27 mil 336, mientras que las menores coberturas las tienen Colima, Tamaulipas y Baja California, pero en todos existen serias presiones que los ponen en riesgo.
Manglares
Los especialistas señalan que el manglar es el equivalente costero del bosque selvático en tierra, el cual constituye un ecosistema irremplazable y único, que alberga una increíble biodiversidad, y que se cuenta entre uno de los más productivos del mundo.
Entre sus árboles, ramas y follaje se encuentran innumerables especies de aves, reptiles, mamíferos, insectos, plantas epífitas, líquenes y hongos. Las raíces aéreas de sus árboles surgen de las aguas saladas y salobres en costas, estuarios y deltas, formando un entramado que aloja a multitud de especies animales (peces, moluscos, crustáceos), muchas de ellas importantes para la alimentación humana.
Pero además, son zonas de apareamiento y cría de gran cantidad de estas especies, son refugio para alevines y pececillos en desarrollo, y otras formas de vida marina en etapa larvaria; sumado a que protegen a las costas de la erosión, y han proporcionado durante siglos multitud de recursos a las poblaciones locales.
En Chiapas se encuentran los manglares más altos de América, con alturas superiores a los 30 metros, pero que también han sido severamente deteriorados por las actividades productivas. Lamentablemente algunas zonas de manglares son utilizadas como vertederos de basura a cielo abierto, como sucede en Puerto Madero, que los ponen en peligro por la contaminación.
Estos son ecosistemas en las lagunas costeras de la entidad, están afectados y son vulnerables e incluso, las predicciones es que de no emprenderse acciones de protección para el año 2025 podría perderse el 50 por ciento de la superficie.
Ello como consecuencia de fenómenos naturales como los huracanes y más fenómenos.