Las sondas robóticas enviadas a uno de los reactores nucleares dañados en la central japonesa de Fukushima revelaron desafíos mayores de lo esperado para las tareas de limpieza emprendidas en la planta. El robot «escorpión» de control remoto se envió el jueves a la vasija de contención del reactor de la Unidad 2 para investigar […]
Las sondas robóticas enviadas a uno de los reactores nucleares dañados en la central japonesa de Fukushima revelaron desafíos mayores de lo esperado para las tareas de limpieza emprendidas en la planta.
El robot «escorpión» de control remoto se envió el jueves a la vasija de contención del reactor de la Unidad 2 para investigar la zona en torno al núcleo que se fusionó hace seis años, indicó la operadora de la planta, Tokyo Electric Power Co. Sin embargo, el dispositivo falló cuando ascendía entre los escombros radiactivos.
El robot, que llevaba un dosímetro y dos pequeñas cámaras, transmitió algunos datos e imágenes pero no pudo localizar el combustible nuclear fusionado, una información clave para determinar cómo retirar los escombros del reactor. El robot quedó abandonado dentro de la vasija en un punto en el que no bloquee el acceso de otro dispositivo similar en el futuro.
En las últimas semanas, los primeros análisis han detectado daños estructurales en las rutas previstas para los robots y una radiación mayor de lo esperado, lo que implica que habría que revisar los diseños y sistemas de los robots.
TEPCO está teniendo problemas para desmantelar la central, un proceso que se espera dure varias décadas. Un terremoto y un tsunami en 2011 provocaron las fusiones de núcleo en las instalaciones. Decenas de miles de personas tuvieron que evacuar sus hogares y muchos aún no han podido regresar debido a la alta radiación.
Otro robot diseñado para despejar escombros para el dispositivo principal, la sonda «escorpión», tuvo que regresar este mes a mitad de su labor porque dos de sus cámaras habían quedado inutilizadas tras dos horas, en las que su exposición total a la radiación alcanzó un nivel de tolerancia máxima de 1.000 sieverts, un nivel que puede matar a un humano en segundos. La duración prevista del robot era de 10 horas, o 100 sieverts por hora.
Una limpieza inadecuada, la alta radiación y los daños estructurales podrían limitar a otras sondas enviadas en el futuro, y podría requerir cámaras y otros componentes más resistentes a la radiación, indicaron responsables de TEPCO.
La compañía necesita saber el estado y la ubicación exacta del combustible fusionado, así como otros daños estructurales en cada uno de los tres reactores accidentados, para determinar la forma mejor y más segura de retirar el combustible.
A pesar de las peligrosas cifras, indicó la empresa, la radiación no se está filtrando fuera del reactor.
Imágenes tomadas desde dentro de la cámara han mostrado daños y estructuras cubiertas de material fundido, posiblemente mezclado con combustible nuclear fundido, y parte una plataforma en forma de disco colgada sobre el núcleo fusionado.
Mari Yamaguchi está en Twitter como twitter.com/mariyamaguchi
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