Como en tantas otros asuntos el PSOE, antes de dejar los asientos de gobierno dejó a sus continuadores del PP un entramado de leyes que permitiese a éstos profundizar en una sociedad atávica, considerando valores aquellas formas de vida con menos sensibilidad humana, que siempre acompañan el afianzamiento de la vida más reaccionaria y el […]
Como en tantas otros asuntos el PSOE, antes de dejar los asientos de gobierno dejó a sus continuadores del PP un entramado de leyes que permitiese a éstos profundizar en una sociedad atávica, considerando valores aquellas formas de vida con menos sensibilidad humana, que siempre acompañan el afianzamiento de la vida más reaccionaria y el beneficio de la jerarquía en el dominio social. Uno de los últimos mandatos del PSOE fue el Real Decreto del 11 de Noviembre que permite la matanza de lo que han dado en llamar «especies invasoras», y no se refiere precisamente a los financieros-banqueros, patronos y sus congéneres. Hablamos con Javier Horta, portavoz de Equanimal, organización, con Igualdad Animal y otras, que llevan adelante acciones en defensa de los animales, contra su maltrato y su matanza.
1. 11 de Noviembre de 2011, el Consejo de Ministros anuncia que va a aprobar por Real Decreto una lista de especies que el gobierno del PSOE considera «invasoras». Con ello se abre la puerta a la matanza de especies diversas, ¿qué ha pasado desde entonces? ¿nos puedes explicar el porqué de tal propósito?
Este Real Decreto (que podéis ver aquí), establece y regula el catálogo de especies consideradas «invasoras» en el estado español. Se aprueba en el marco de la estrategia europea acerca de especies invasoras (disponible aquí).
Entre los animales incluidos en este listado se incluye a los mapaches, ardillas grises, muflones, visones americanos, cotorras argentinas, tórtolas rosigris, malvasías canela, tortugas pintadas, galápagos americanos, codornices japonesas, ruiseñores del Japón, lucios, percas americanas, luciopercas, siluros, sapos marinos, ranas toro, y muchos otros.
Esta medida también afecta a los alrededor de 150.000 perros y gatos que son abandonados anualmente en España. También afecta a animales provenientes de granjas de explotación que hayan huido. Y también a los ejemplares híbridos de todos estos animales y los arriba citados.
Este decreto determina que el objetivo al respecto por parte de las administraciones públicas será su erradicación. Para un gran número de animales, lo que esto supone es, simplemente, su matanza. Y, de hecho, esta ya ha comenzado. Una breve mirada a la hemeroteca muestra algunos ejemplos de estas matanzas ya en marcha. De hecho, si bien algunas se han llevado a cabo con posterioridad a la aprobación de este decreto, otras se han venido llevando a cabo desde hace tiempo. Estas incluyen, entre otros casos, el exterminio de lobos hibridados con perros, o las medidas para acabar con las malvasías canelas, muflones, arruis (solo se permite que estén en una cierta zona para ser cazados allí) y otros vertebrados. En algunos lugares, como en la Comunidad Balear, ya se han establecido las medidas para poner en práctica estas matanzas en base a este decreto). En el futuro no cabe duda de que estas medidas se multiplicarán, con las consiguientes muertes de animales que conllevan.
El motivo de esta medida es doble. Por una parte, consiste en que estos animales transforman toda una serie de ecosistemas, desplazan a animales de otras especies o bien se hibridan con ellos. Por otra, se debe a que, en ciertos casos, debido a todo esto, la presencia de estos animales tiene un impacto económico negativo (una muestra clara de esta última motivación es que se exceptúan de esta medida los animales ubicados en Parques Zoológicos, para poder continuar con su explotación).
En el momento presente, el ejecutivo del PP acaba de anunciar que va a revisar dicha medida. No obstante, nuestro temor es que lo haga de modo que siga sin respetarse a los animales víctimas de él, y que lo que se haga sea, al contrario, defender ciertas formas de explotación animal como la caza, la pesca, las tiendas de animales, la ganadería, etc.
2.¿Cuál es vuestra propuesta frente al Real Decreto para matar?
Defendemos su derogación. En los casos en los que pueda haber animales afectados debido a que haya quienes quieran acabar con ellos por ser foráneos, abogamos por poner un freno a ello y porque se implementen medidas que respeten siempre a los animales, y que tengan como prioridad los intereses de estos. No nos oponemos por principio a que se tomen medidas, tanto en este caso como en otros que afecten a la situación de los animales. Lo que defendemos es que tales medidas se tomen en función de aquello que es positivo para los animales, y no en función de criterios ecologistas o económicos.
Los promotores de este decreto quieren a menudo pintar a quienes defendemos a los animales como unos ignorantes que desconocemos los argumentos ecologistas a favor de las matanzas de animales foráneos. Pero esto, por supuesto, no tiene nada que ver con la realidad. El hecho es que conocemos muy bien tales argumentos, pues obviamente este es un tema en el que trabajamos. Pero los consideramos moralmente inaceptables. El motivo es, simplemente, que al igual que nosotros, los animales también poseen la capacidad de sufrir y disfrutar, y, por lo tanto, un interés en no ser dañados ni matados.
A este respecto es importante destacar algo que resulta evidente. Los seres humanos tenemos un impacto en nuestro medio incomparablemente mayor que el de cualquiera de estos animales. No obstante, la matanza de seres humanos con este fin jamás sería aceptada. Y con mucha razón, pues por encima de cualquier supuesto valor medioambiental, ha de prevalecer el respeto por nuestros prójimos.
La cuestión aquí consiste en que los animales (o, para hablar con más propiedad, los animales no humanos) también son el prójimo, pues ellos también pueden sufrir y disfrutar. Por lo tanto, un buen modo de saber cómo actuar en este caso es ponernos en el lugar de los animales y pensar qué medidas querríamos defender en tal situación.
Es importante indicar que esta no es la postura exclusiva de una sola organización antiespecista. Por el contrario, es la que ha sido manifestada dentro del movimiento que se opone a la discriminación de los animales (lo que comúnmente se conoce como especismo). Varias organizaciones nos hemos movilizado ya contra este decreto, y se ha hecho público un comunicado conjunto de organizaciones de defensa animal, que podéis leer aquí.
3. ¿Cuál es la diferencia con organizaciones ecologistas que aprueban el Real Decreto? ¿Defienden la naturaleza, en este caso a los animales?
En defensa de este decreto se han unido organizaciones ecologistas y de organizaciones de explotación animal, en concreto, de pescadores (el comunicado conjunto en su defensa fue firmado por organizaciones como Unipesca, la Asociación para el Estudio y Mejora de los Salmónidos-Ríos con Vida, Greenpeace, Amigos de la Tierra o WWF). Esto se debe a que ven a los animales y solo como piezas de un ecosistema o como recursos a nuestro servicio que quieren mantener.
Parte de la sociedad todavía confunde a dos movimientos que difieren notablemente: el ecologismo y el antiespecismo. Estos hechos ponen de manifiesto las claras diferencias entre estos dos distintos movimientos. El ecologismo defiende el mantenimiento de los espacios naturales y las especies. Considera a los animales como parte del entorno que nos rodea a los humanos. El antiespecismo, sin embargo, no ve a los animales como una simple parte de nuestro entorno. Por el contrario, los ve como parte de nuestro propio grupo: el de los individuos, los seres que pueden sufrir y disfrutar. Por ello, defiende a los animales en tanto que tal.
El ecologismo defiende que se mate animales cuando ello beneficie a la conservación de un ecosistema o una especie, posición que no mantiene en el caso de los seres humanos. ¿Por qué? Porque no considera que los animales de especies distintas de la nuestra tengan intereses que tengamos que respetar. El antiespecismo considera que tal posición es una discriminación, una discriminación de quienes no pertenecen a nuestra especie. Por ello, aboga por respetar a los animales no humanos, tal y como defendemos que se respete a los seres humanos.
4. ¿Cuáles son los cambios fundamentales en nuestro entorno, a qué son debidos, quién es el responsable o los responsables, dónde deberían ponerse medidas y de qué tipo?
Nuestro entorno está cambiando constantemente, ello es algo inherente a la historia de los ecosistemas, que en la naturaleza están en continua transformación: se modifican, desaparecen, son sustituidos por otros… Hay animales que causan cambios en su medio, si bien ninguno lo hace, por supuesto, en la abrumadora medida en la que lo hacen los seres humanos.
Si nos ponemos a hablar de medidas concretas que deberían ser puestas en prácticas el listado sería extensísimo. Para resumir se puede indicar, más bien, cuáles deberían ser los criterios generales, las líneas básicas que deberían guiar tales medidas. Si rechazamos discriminar a los animales, las medidas a asumir deberían ser aquellas que tuviesen como objetivo la defensa de los intereses de todos aquellos animales que pueden sufrir y disfrutar. Si estos se encuentran en una situación en la que necesitan ayuda, estamos a favor de brindársela. De manera contraria, nos oponemos a que se intervenga no para ayudar, sino para dañarlos, por un interés económico, de cara a poder explotar a estos animales o porque se considere que dañar a los animales está justificado en pos de la defensa de los ecosistemas o las especies.
En el caso concreto al que ahora nos enfrentamos, desde el antiespecismo consideramos que es responsabilidad de quienes defienden estas medidas de control el desarrollar formas de hacerlo que no dañen a los animales, tal y como se haría en el caso de los seres humanos. Cuando lo que está en juego es la vida y el sufrimiento de los animales (sea de los considerados «invasores» o de otros), se ha de optar por medios que no impliquen nunca matar a los animales, y que busquen siempre evitar daños mayores. El ejemplo más claro de estas es el método que se sigue o se debería seguir en el caso de los perros y gatos, son las medidas destinadas a evitar que tengan descendencia.
5. ¿Los seres humanos somos animales «invasores» o no somos ni animales ni «invasores»? Sufrir, disfrutar, hasta pensar o formar algún tipo de sociedad ¿es propio solo de la especie humana?
Los seres humanos somos, por supuesto, animales. No somos minerales, ni vegetales, ni otros organismos u objetos. Somos animales. En cuanto a si somos «invasores», esa es una cuestión que realmente desde posiciones antiespecistas podemos dejar de lado. Lo que sí que es necesario apuntar en cualquier caso es que no procede llamar «invasores» a animales de otras especies. La terminología usada cuando se habla de «especies invasoras» o «invasiones biológicas» distorsiona la realidad: estos animales se encuentran aquí en la práctica totalidad de los casos, si no en todos, debido a que los seres humanos los han traído. Eso ha ocurrido a veces por accidente, pero en gran parte de los casos, ha sido a propósito, como consecuencia de la explotación animal. Por ejemplo: muchos fueron traídos para ser liberados y luego cazados, o pescados; otros, para ser vendidos en las tiendas de animales; y otros, para ser explotados en piscifactorías.
En cuanto a la segunda cuestión, para poder sufrir y disfrutar es necesario poseer un sistema nervioso centralizado. Este es el motivo por el que las plantas, las bacterias o los hongos no sufren, aun cuando puedan reaccionar a ciertos estímulos: carecen de la estructura física imprescindible para ello. Sin embargo, un gran número de animales sí tienen un sistema nervioso y, por ello, la posibilidad de sufrir y disfrutar (lo que se llama también, ser sintiente). Esta no es exclusiva de los seres humanos. Los vertebrados, y un enorme número de invertebrados cumplen los requisitos para que consideremos que pueden sufrir y disfrutar.
En lo que respecta a la formación de algún tipo de sociedad, hay toda una serie de animales que son efectivamente son sociales, y llevan a cabo distintas tareas de colaboración entre ellos. No obstante, las organizaciones antiespecistas consideramos que esta no es una razón para respetarlos más que a otros animales que no tienen una forma de vida social. Consideramos, como se ha apuntado arriba, que lo que importa a la hora de ser respetado es simplemente que podamos sufrir y disfrutar. Teniendo esto en mente, podemos comprender por qué hemos de oponernos a la matanza ecológica de animales y a cualquier otra medida destinada a dañarlos, y por qué debemos seguir luchando en defensa de todos los animales sintientes.
Muchas gracias por tus palabras, Oscar.(*)
* Oscar Horta, portavoz de la Fundación Equanimal
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