Las instituciones vascas, en su mayoría lideradas por el PNV, han gastado 210,3 millones de euros en 465 contratos en los últimos años para externalizar funciones básicas a las empresas del imperio del presidente del Real Madrid. Desde el Gobierno Vasco, o instituciones dependientes como el Servicio Vasco de Salud, la Agencia Vasca de Agua o la Universidad del País Vasco, hasta las diputaciones forales y un buen número de ayuntamientos y organismo municipales.
“Parece el dueño de España”, expresó el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, después de que su homólogo en el Real Madrid, Florentino Pérez, se negara a ceder el estadio Santiago Bernabéu para que el F.C. Barcelona ganara la final de la Copa del Rey. “Soy poderoso en la medida que soy presidente del Real Madrid. Si mañana me voy, ya no soy poderoso”, respondió Pérez, en este caso al periodista Jordi Évole. Ortuzar no sabía —o no quería reconocer— lo que la lengua sibilina del magnate ocultaba: el fundamento de su poder emana de un poderoso conglomerado empresarial, en cuya génesis está un marqués de la histórica burguesía vasca.
Los Urquijo y el imperio ACS
Un siglo antes de que Grupo ACS se convirtiera en 2020 en una empresa con beneficio neto de 545 millones de euros, un 24,7% más que el año anterior, los marqueses vascos ensayaban con las primeras empresas en el mundo de las finanzas. Nacido en una familia campesina, Juan Manuel Urquijo Urrutia (Murga, 1843) se convirtió en un importante agente de cambios en el incipiente mercado financiero, llegando incluso a conceder préstamos al rey Amadeo de Saboya. A sus 27 años alumbró una sociedad colectiva de crédito llamada Urquijo y Arenzana que alcanzó prestigio mundial y se convirtió en el banco industrial por excelencia gracias a inversiones y apuestas sin mucho riesgo.
Según la Real Academia de la Historia (RAH), la empresa urquijista fue la sangre financiera que engrosó las fábricas más poderosas de la siderurgia vasca —sus descendientes fundaron Altos Hornos de Bilbao—. Estos negocios también le ligaron al ferrocarril y al transporte marítimo, siendo esta empresa una de las promotoras de La Naval; así como a las empresas del metal, centrando sus esfuerzos principalmente en la minería, las máquinas de vapor y el material ferroviario.
La historia sobre cómo
la fortuna del Marqués de Urquijo terminó diluyéndose en el Grupo ACS
es extensa, pero se puede sintetizar en que la constructora española
nació gracias a la fusión de Ocisa, todas las empresas de los Bancos
Hispano Americano y Urquijo, y otras empresas controladas por la familia
March. En este conglomerado, el fondo de inversión BlackRock ostenta un
4,71% del accionariado.
A día de hoy, no existe transporte público en el territorio vasco que escape a la empresa de Florentino. Hasta 51 edificios oficiales se limpian diariamente a través de Zaintzen o Clece, filiales del magnate. Esta última, tampoco ha parado de construir edificios para la administración vasca, no siempre con éxito. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Eibar denunció a Clece por incumplimiento de contrato y pasaron por los tribunales. La licitación, como muestran los registros de Hordago-El Salto, estaba duplicada.
En la larga lista de negocios que las empresas de Florentino Pérez han realizado con entidades y organismos públicos de Euskadi hay contratos por servicios de limpieza, reparaciones y mantenimiento, construcción y servicios de transporte escolar. En total, en su mayoría lideradas por el PNV, las instituciones vascas han gastado 210,3 millones en 465 contratos para externalizar funciones básicas a las empresas del presidente del Real Madrid. Queda fuera de este recuento la compra en 2015 de Enviser por parte de Urbaser, a su vez propiedad de ACS, que permitió a Florentino Pérez controlar la recogida de basuras de medio Bizkaia, hasta que vendió esta empresa a un grupo chino por 1.400 millones.
Estas cifras aparecen
en la Plataforma de Contratación del País Vasco, cuyos datos son fiables
desde 2018, cuando entró en vigor la ley que obliga a hacer públicos
los contratos. No existe, por tanto, registro sobre grandes operaciones,
como la adjudicación del tramo de la Supersur que pasa por Gorostiza.
Ahora bien, como se desprende del Boletín Oficial del Estado,
90,5 millones fueron a parar a Tecsa, empresa de Florentino que lideró
una Unión Temporal de Empresas (UTE) junto a Fonorte y Altuna y Uria.
Corrupción veloz
¿Quién se benefició de una obra que destrozó el ecosistema natural de El Regato? Florentino Pérez y las redes caciquistas jeltzales. Gracias al periodista Ahoztar Zelaieta
conocemos que el jefe de obras en aquella operación se convirtió
después en edil del PNV en Zalla. Tecsa, la empresa que fichó al edil jelkide,
ha sido acusada también de un fraude millonario en un tramo de las
obras de la alta velocidad ferroviaria (AVE) en la ciudad de Murcia (la investigación se reabrió recientemente). Como publicó El Diario Norte, algo similar ocurrió en Euskadi en la construcción de la polémica ‘Y’ vasca.
Dragados, la filial de ACS, construyó junto a Iza Obras y Promociones el primero de los tramos del tren vasco de alta velocidad, el de Beasain: 3,53 kilómetros que contaron con una inversión de 49,41 millones de euros. Una investigación de la Fiscalía de Álava, con apoyo de la Ertzaintza y la Guardia Civil, encontró pruebas de prevaricación, fraude, malversación y falsedad en estas obras. Concretamente, dichos trabajos tuvieron un sobreprecio del 16% respecto al presupuesto original y del 23% respecto al precio de adjudicación del contrato.
Comsa, por su parte, lideraba el consorcio que debía construir junto a ACS el segundo de estos dos tramos, de 2,54 kilómetros, por 22,11 millones de euros. El director de esta empresa fue imputado por el ‘caso 3%’, la supuesta financiación de Convergència Democràtica de Catalunya a través del otorgamiento ilegal de obras. José Alberto Pradera, ex diputado general de Bizkaia e implicado en los papeles de Panamá, fue el asesor regional de Comsa.
La
red ferroviaria vasca, el Metro de Bilbao e incluso la reparación y
colocación de semáforos en municipios como Bermeo, Abanto-Zierbena, Irun
o Zamudio han pasado por las empresas del presidente del Real Madrid.
¿Acaso no es posible moverse por Euskadi sin enriquecer al magnate?
Hacerlo en tren resulta cuando menos complicado, ya que las empresas del
conglomerado ACS, principalmente Tecsa, Electren y Vías y
Construcciones SA, han firmado contratos por valor de 25 millones con
Euskal Trenbide Sarea desde el año 2016.
Al igual que antaño los Urquijo, los tentáculos de Florentino Pérez llegan allá donde lo hacen las vías del sistema ferroviario a través de adjudicaciones millonarias como el contrato de 12,7 millones firmado por Tecsa en 2019 para la construcción de nuevas salidas de emergencia en los túneles del tramo Bergara-Astigarraga de la línea de Alta Velocidad Vitoria-Bilbao-San Sebastián, las cuatro obras de modernización de las vías de la estación de Maltzaga, Rentería, Ariz, Atxuri-Bolueta o el contrato firmado en 2019 con Metro Bilbao SA por importe de 7,5 millones para el mantenimiento de las vías.
No es ninguna novedad. En 2002, El País narraba una anécdota interesante en el estreno de la Línea 2 del metro, que comunicaba Getxo y Barakaldo. Entre los 400 invitados al evento, uno de los más solicitados fue Florentino Pérez, cuya empresa ACS había participado en las obras de la línea. Pérez e Ibarretxe fueron vistos por los medios charlando juntos durante unos instantes en la parada en la estación de Cruces. Ante los altos cargos del PNV y PP, Florentino estuvo “alabando la obra” de Norman Foster.
Construcciones ‘made in Florentino’
Las empresas de Florentino Pérez han entrado en casi todos los despachos de la Administración pública vasca. El Gobierno Vasco, o instituciones dependientes de él como el Servicio Vasco de Salud, la Agencia Vasca de Agua o la Universidad del País Vasco, las diputaciones forales y un buen número de ayuntamientos y organismos municipales han ejercido de adjudicatarios, facilitando con ello su omnipresencia en la gestión pública.
Además de en el
transporte, las cifras resultan especialmente llamativas en lo referido a
la construcción y renovación de centros educativos. Desde contratos
modestos, como el de remodelación de la biblioteca del CEIP Iruarteta de
Bilbao, por 40.000 euros, hasta adjudicaciones por valor de varios
millones. Por ejemplo, en 2015, las ampliaciones del IES Xabier Munibe,
de Azkoitia, y del IES Hernani fueron encargadas a Vías y
Construcciones SA por importes de 4,5 y 3,5 millones de euros
respectivamente. También Dragados hizo su incursión en la construcción
de centros educativos con varios trabajos por valor de 2,2 millones en
el IES Txindoki-Alkartasuna, de Beasain.
Sin
embargo, las relaciones entre esta empresa constructora y los
organismos adjudicatarios no siempre han sido satisfactorias. En 2017,
el Ayuntamiento de Eibar decidió rescindir un contrato por valor de 4,9
millones para el tramo Beasain alegando que los trabajos no estaban
avanzando según los plazos acordados. Pese a que el Ayuntamiento abonó
entonces 2,2 millones por las labores realizadas, la constructora
decidió llevar la causa a los tribunales. Finalmente, en noviembre de
2020 la empresa Dragados reconoció su mala actuación, al ganar el
concurso con un 40% de baja sobre el precio de licitación, y se
comprometió a retirar las demandas que había interpuesto contra el
Ayuntamiento y a compensarle económicamente por los daños y perjuicios
ocasionados.
Del conglomerado empresarial de Florentino, la firma que más se ha beneficiado de sus “buenas relaciones” con las entidades públicas vascas ha sido Tecsa, que acumula desde el año 2016 concesiones por valor de casi 59 millones de euros. Entre sus proyectos destacan los 3,7 millones por las obras de construcción de un nuevo depósito de aguas en Artxanda, en el año 2019, la edificación de 51 viviendas dotacionales en Errenteria, por las que se embolsó 4 millones en 2017, además de una veintena de contratos relacionados con los servicios de transporte público.
En lo que respecta a la Diputación de Bizkaia, Tecsa también se encargó de la construcción del tramo del bidegorri que une Santurtzi con La Arena. Una vía de tres kilómetros de longitud y una anchura de 3,5 metros que costó 1,8 millones, de los cuales 1,2 fueron a parar a la empresa de Florentino.
El Don Limpio de Lakua
Clece y Zaintzen, otras dos firmas en manos de Florentino Pérez, son clientes habituales del Gobierno Vasco. Entre 2014 y 2019, el departamento de Administración Pública y Justicia contrató el servicio de limpieza, fregado de la vajilla y menaje de la cocina de los comedores de Lakua por 113.298 euros. Ambas empresas se encargan también de la “eficaz limpieza” de varios edificios del Gobierno Vasco en Vitoria-Gasteiz, por 3,1 millones de euros, de la limpieza de centros públicos, centros de apoyo y dependientes del departamento de Educación, por valor de 2,6 millones, y otros tantos edificios
Una tendencia que han seguido ayuntamientos como el de Mungia, que externalizó la limpieza de todos sus edificios municipales por 2,1 millones; Irun, que delegó la limpieza de pisos de emergencia social en contratos que van desde los 27 euros hasta los 821, o Azpeitia, Lemoiz, Zamudio, Beasain, Igorre y Santurtzi.
Según los datos de la web del Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco consultados por Ahoztar Zelaieta, Clece gestiona ocho centros y servicios, cinco del ayuntamiento de Irun, dos del de Donostia y uno de la Diputación de Gipuzkoa. El año pasado, uno de los lotes del Servicio de Ayuda a Domicilio del territorio de Araba fue adjudicado a Clece, quien también trabaja para ayuntamientos de Bizkaia y Gipuzkoa.
Por lo que se refiere a la empresa Zaintzen, las Diputaciones Forales, la han contratado en innumerables ocasiones sin ninguna transparencia. Por ejemplo, Bizkaia ha gastado 6,3 millones en 50 contratos de servicios de asistencia para personas mayores desde 2018. Todos han sido negociados sin publicidad y están orientados a cuidar de personas mayores. No se sabe en qué cláusulas se basan, ni siquiera cuántas personas atienden, ni mucho menos por qué se ha elegido a la empresa de Florentino Pérez.
No
obstante, el caso más obsceno de Zaintzen es cómo se ha beneficiado de
la privatización de los centros de mayores y de las residencias.
Concretamente, la de Kabia en Zumaia, aunque también las de Bergara,
Errenteria y Ordizia. Respecto a la primera, el servicio de residencia
en el centro para personas mayores de Zumaia se licitó por 3,7 millones,
externalizados entre 2019 y 2021, y se adjudicó por un euro el día. Del
mismo modo, según consta en la documentación a la que ha accedido Hordago-El Salto,
el servicio de la residencia en Pasaia se licitó a 1,5 millones de
euros, y se adjudicó por 60 euros al día. ¡Es la gestión
público-privada, amigo!
A
su vez, Zaintzen logró un contrato de casi 800.000 euros para la
gestión residencial de acogida para mujeres y personas dependientes a su
cargo en el municipio de Barakaldo. Una adjudicación que llegó dos años
después de una polémica concesión para levantar en un histórico
inmueble el centro residencial para mayores Clece Vitam Altos Hornos
Egoitza.
¿Recuerdas la génesis de ACS? Florentino termina lucrándose de los cuidados a los abuelos barakaldeses, quienes afrontan una dura vejez debido a la explotación que ejercieron los Urquijo y otros burgueses durante sus tiempos como trabajadores en Altos Hornos o en sus empresas afiliadas. Esta es, sin duda, una buena metáfora; materialista en grado máximo.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/florentino-perez/los-tentaculos-de-florentino-perez-en-el-pais-vasco