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Mala conciencia de clase con la lengua en Cataluña

Fuentes: Rebelión

«Antes de juzgar a una persona, camina tres lunas con sus mocasines» (Proverbio Sioux) «Nuestra lengua es el reflejo de nosotros mismos» (Gandhi, el 6 de febrero de 1916, en un discurso ante Colegio Central de Benarés, Universidad Hindú)   Cuarenta años de franquismo, expresión totalitaria del nacionalismo español, dejaron un poso de mala conciencia […]

«Antes de juzgar a una persona, camina tres lunas con sus mocasines» (Proverbio Sioux)

«Nuestra lengua es el reflejo de nosotros mismos» (Gandhi, el 6 de febrero de 1916, en un discurso ante Colegio Central de Benarés, Universidad Hindú)

 

Cuarenta años de franquismo, expresión totalitaria del nacionalismo español, dejaron un poso de mala conciencia en muchas personas de lengua materna castellana en Cataluña, sobre todo, desde las capas situadas en el espectro ideológico de la Izquierda; y, así, aceptaron, sin más, ciertos mitos que el nacionalismo catalán ya había incubado antes de la muerte del dictador, como es el de la «represión lingüística». En realidad, no hubo persecución del catalán, sino, simplemente, no oficialidad. En ese período sólo existió una lengua oficial, como ha ocurrido en Francia durante todo el régimen democrático; sin embargo, se publicaron, por ejemplo, decenas de miles de libros en todas las lenguas, hoy, cooficiales.

Esa mala conciencia condujo a la permisividad para que, una vez establecida a partir de la Constitución española vigente, la cooficialidad en Cataluña del catalán, el castellano y el aranés -todas ellas consideradas «lenguas españolas»-, se produjesen durante los cuarenta años de pujolismo (y digo bien, pues, el gobierno de la Generalidad actual no es sino una prolongación en el tiempo del mismo) evidentes abusos: inmersión obligatoria en catalán en la escuela, multas por rotular sólo en castellano, señales de tráfico exclusivamente en catalán, denominaciones oficiales sólo en catalán, etc. Es decir, la exclusión de facto del castellano de la vida pública, en definitiva.

Recientemente en el seno de la Asamblea Social de la Izquierda de Cataluña (ASEC/ASIC) he tenido el honor y placer de conversar con una persona, catedrático de universidad, a partir de textos de otras dos -situadas, todas ellas, ideológicamente en el ámbito de la izquierda política- y, en especial, sobre el sistema de inmersión lingüística. Nuestro «debate» se puede resumir en diez puntos (entrecomillo y subrayo lo que esas excelentes personas expresan en sus textos y respuesta en la conversación con la otra, y, sin entrecomillar, mis respuestas):

1) «El sistema de inmersión lingüística en la enseñanza está asentado; lo amparan dos leyes sucesivas y lleva más de veinte años de rodaje» .

En mi opinión, este sistema no debe ser considerado como un sistema «asentado»; bien al contrario, debe ser puesto constantemente en cuestión, pues, es profundamente injusto desde el punto de vista social y obedece a la imposición del nacionalismo catalán en un momento determinado y coyuntural de reparto de fuerzas políticas en Cataluña -democracia nacionalista-; que, desgraciadamente, perdura hasta hoy en día aunque con matices.

Antonio Robles -en mi opinión, una de las mayores autoridades sobre esta cuestión- resume muy bien cuál ha sido la evolución en la que se enmarca la adopción del anterior sistema (1).

Por otras razones que, resumidamente, podemos llamar «pedagógicas», tampoco el sistema puede considerarse como asentado, en el sentido de que no pueda ser sustituido de raíz, como en mi opinión debiera. Así, contra toda evidencia empírica y técnica se impone un sistema:

a) copiado del sionismo (2) para fortalecer el sentimiento de conciencia nacional; y, por otra parte, porque la instrucción de las generaciones jóvenes es, sin duda, el medio de compenetración más eficaz entre los dos grandes grupos humanos que constituyen la población del país: los habitantes autóctonos -los nacidos en Cataluña- y los inmigrantes -provenientes fundamentalmente de las oleadas con origen en el resto de España de los años 50 y 60 del siglo XX-.

b) con tres funciones básicas (3):

-lograr hacer el modelo de inmersión aceptable para los ciudadanos;

-alejar cualquier duda sobre la adecuación de este proyecto a las necesidades de los alumnos; y

-mantener el proyecto libre de críticas.

«No veo inconveniente en aceptar que el sistema está asentado, que implica, según el diccionario, que está más o menos asegurado o consolidado. Decir eso no significa aceptar la situación. Yo diría que hoy por hoy el capitalismo está bien asentado y la afirmación no me produce especial placer. Hay que aceptar que si algún día el sistema de inmersión se sustituye por otro, supondrá una labor ingente. Y eso no es derrotismo, sino realismo».

Con la precisión que haces, estoy de acuerdo. Lo único que quería dejar claro es que «asentado», en este contexto, no equivale a «aceptado»; bien al contrario, es algo negativo a combatir, especialmente desde postulados de la izquierda. .

2) «En general, los catalanes, lo sean de origen o de adopción, dan por supuesto, e incluso por bueno, que Cataluña es una sociedad bilingüe».

Esto que pudiera ser verdad hace unos 10 o 15 años ha evolucionado, pues estamos en la última fase a la que hace referencia Antonio Robles en el artículo que referencio.

Las cautelas en este campo están ya dejando paso a un monolingüismo explícito, como, por ejemplo, significativamente escuchábamos el otro día a propósito de las papeletas de votación que proponía la CUP: «el catalán el y el aranés son las lenguas con las que construir la república» [catalana] (4)

«A ver, que en determinados círculos persista la fantasía, o, incluso la pretensión de eliminar el castellano, no es contradictorio con que la mayoría de la población catalana acepte explícita o implícitamente que vivimos una realidad bilingüe».

En esto no soy tan optimista como tú. He demostrado que estamos inmersos en un proceso sistemático de arrinconamiento y expulsión del castellano de la vida pública. Mientras el nacionalismo controle el poder aquí, este proceso continuará y tendrá su cénit cuando se alcance un monolingüismo de iure (o, subsidiariamente, lo que llaman «blindaje de la lengua», que no sería sino dar carta de naturaleza al final del proceso con el visto bueno del gobierno de la nación).

3) «La pregunta políticamente relevante es: dicha situación de promiscuidad o de bilingüismo ¿es deseable o indeseable?».

Esta pregunta, por activa y por pasiva, ya la han contestado todos los gobiernos de la Generalidad de Cataluña desde su restablecimiento: no es deseable, hay que ir hacia un monolingüismo y en ello estamos.

Como hizo el franquismo durante su existencia, la(s) otra(s) lengua(s) ha(n) de excluirse del ámbito público y orillarse sin que pueda ir más allá de la estricta vida privada.

«Otra vez se responde desde la perspectiva de lo que piensan los sectores independentistas o yo lo entiendo mal, o la pregunta va dirigida a la ciudadanía. Yo, por supuesto, respondería que es deseable, aunque no estoy de acuerdo a homologar promiscuidad y bilingüismo».

La pregunta, efectivamente, va dirigida a la ciudadanía; pero, en estos temas, se ha demostrado, por activa y por pasiva, que la inmensa mayoría de la gente es gregaria. ¿Cómo si no se permitirían abusos como en la enseñanza, en la administración, en la rotulación comercial, en las señales de tráfico, etc.; que evidencian que el concepto nacionalista de «lengua propia» ha calado y ello pese a que el Tribunal Constitucional expresamente vació de cualquier contenido jurídico a ese concepto (5).

4) «Habría que dar unos cuantos toques a la política denominada de «inmersión lingüística» actualmente vigente».

Hemos de partir de que la inmersión es obligatoria y que sólo afecta a los niños de lengua materna castellana (son los únicos que son «inmersionados»).

Es evidente la injusticia social que se produce: injusticia, porque es una medida discriminatoria; y social, porque afecta muy mayoritariamente a las clases populares más desfavorecidas de origen inmigrante (6).

«Personalmente creo que hacen falta más que ‘toques'».

Totalmente de acuerdo y eso es, precisamente, lo que quería decir. En mi opinión, hay que eliminarla sin más y sustituirla por una política lingüística basada en el uso, en c onvivencia y sin preferencias (términos utilizados por el Tribunal Supremo y por el Tribunal Constitucional) (7), de las lenguas oficiales en el ámbito público.

5) «En estos momentos el prestigio [social] lo tiene el catalán sobre el castellano».

El concepto de «prestigio social» para una lengua me parece, profundamente, desafortunado. Establecerlo como una referencia desde la Izquierda aún más.

Tan injusto e indeseable era que en la Rusia zarista el francés fuera la lengua de prestigio, como que en el franquismo lo fuera el castellano o en el pujolismo lo sea el catalán. No debemos aceptar ese error que nos tienden como trampa los nacionalistas.

«Hay montones de estudios sobre sociolingüística que demuestran que el prestigio social es indispensable para la pervivencia de una lengua. Ya que mencionas la Rusia zarista, vale la pena mencionar la situación en que estaba el ucranio, despreciado por la burguesía. La afirmación tiene ciertos visos de realidad en la medida en que el castellano se ha extendido en Cataluña masivamente a través de una inmigración de nivel cultural bajo (espero que no se me homologue con Pujol por afirmar esto). Comparemos con Valencia. El hecho que la burguesía desde hace varias generaciones haya adoptado el castellano, ha acrecentado su prestigio en detrimento del valenciano-catalán. Es evidente además que en amplios sectores de la inmigración de los 50 se ha mirado con simpatía que sus descendientes aprendieran catalán, ya que no dejaba de ser un mecanismo de ascensión social (al menos, en teoría). Otra cosa es que se acepte la inmersión. De todas maneras sería interesante saber qué porcentajes de la ciudadanía castellanohablante están a favor o en contra de la inmersión. Quizás nos llevaríamos sorpresas y a partir de esa duda, no me colguéis el sambenito de defensor de la inmersión».

No discuto la existencia del concepto de «prestigio social» para la lengua; lo que pongo en cuestión es que sea aceptado de forma acrítica desde la izquierda. Estoy de acuerdo cuando señalas que «el castellano se ha extendido en Cataluña masivamente a través de una inmigración de nivel cultural bajo». De hecho, los «socialistas catalanes del PSC», que siempre han apoyado la inmersión lo tenían claro: el malogrado Ernest Lluch había llegado a señalar [al parecer -no guardo la cita-] que «el problema lo tendremos con la primera generación de universitarios hijos de la inmigración». Sobre el porcentaje de personas a favor y en contra de la inmersión, seguramente, nos llevaríamos sorpresas… porque la mayoría de la población está en contra, pero la Generalitat nunca lo ha preguntado… Curioso. La última encuesta que se ha hecho la patrocinó, precisamente, Sociedad Civil Catalana (8).

6) «Dado que existe una voluntad clara de la mayoría de catalanes de preservar su lengua, es lógico que esta esté presente sobre todo en la enseñanza, la única forma de que recupere su condición de lengua culta, hablada y escrita, y que sea aprendida y dominada por todos, autóctonos y foráneos».

Esto que es verdad para el catalán, igualmente lo es para el castellano.

Uno de los 6 mitos que, precisamente, recoge Vilarrubias en su obra referenciada es que l os alumnos logran una alta competencia en ambas lenguas . Se sigue una línea políticamente correcta: hacer creer a los ciudadanos que la preocupación de la Generalidad está en que los alumnos adquieran y sepan usar ambas lenguas con fluidez y precisión. Sin embargo, no se ha inventado un programa lingüístico que enseñe una sola lengua pero tenga como resultado un alto aprendizaje de dos. Sería fantástico y ahorraría muchos esfuerzos a los alumnos, pero lógicamente las cosas no funcionan así. El esfuerzo, el tiempo, el dinero y la preocupación de la Generalidad están solo del lado del catalán. En cuanto al español, se considera que ya vendrá por sí solo y cada uno alcanzará el nivel que alcance. Efectivamente, algunos alcanzan un ‘pleno dominio’ del español, además del catalán, pero deben encontrarse en un ambiente familiar favorable a ello y hacerlo por su cuenta. Este no es el caso de la mayoría, es sólo el caso de algunos, normalmente chicos de familias acomodadas tanto catalanohablantes como castellanohablantes. Los hechos muestran que ésta es la única manera, ya que el sistema educativo actual no proporciona los medios para lograr en la escuela una competencia alta en español. Sin embargo, decir esto claramente por parte de la Generalidad implicaría hacer dejación pública de sus responsabilidades y pocos gobiernos admitirían tal cosa. Es más fácil decir que enseñamos en ‘una’ lengua pero los alumnos alcanzan el pleno dominio de ‘dos’. El objetivo parece ser no moverse de lo políticamente correcto.

«Por supuesto que la presencia del catalán en la enseñanza no tiene que pasar por la inmersión y tampoco creo que se afirme eso».

El dominio elevado de una lengua requiere, según criterio pedagógico pacífico, que sea utilizada como vehicular en la enseñanza. Nadie discute que el catalán esté, por supuesto; son los nacionalistas los que, a toda costa, no quieren que esté el castellano. Desde la Izquierda debemos explicar que la exclusión de éste del sistema como lengua vehicular supone una discriminación para su conocimiento.

7) «En definitiva, lo que habría que procurar es una inmersión lingüística que no supusiera la marginación de los castellanoparlantes ni la incompetencia de los catalanoparlantes en el habla y la escritura de la lengua castellana. (…) Nos referimos a la introducción de una flexibilidad que adapte la política a las distintas situaciones que se dan en la sociedad».

Esto sólo pasa por respetar el estándar de lengua oficial tanto para el catalán como para el castellano; introduciendo este como lengua vehicular, también, en el sistema educativo… Lo que comportaría ipso facto la desaparición del sistema de inmersión lingüística, un instrumento al servicio de la ingeniería social de una determinada ideología: el nacionalismo.

El TSJC propuso que fuera introducida como vehicular en un 25%… y no se está llevando a cabo. Me pregunto, retóricamente, si esa «flexibilidad» -que estaría dispuesto a admitir- comportaría que los tantos por cientos se invirtiesen en aquellas zonas de Cataluña, como Girona, donde el desconocimiento del castellano es apabullante.

«Sobre eso ya escribí algo hace unos días, entorno a las diferentes realidades sociales. Creo que podría estar de acuerdo con la idea, pero considero desafortunado hablar de ‘inmersión'».

Me pregunto si estarían de acuerdo con la inmersión lingüística obligatoria en castellano del franquismo… Pues, al revés, tampoco… Y para más inri, ahora estamos en democracia y se supone que se respetan los derechos fundamentales… Entre los que la Declaración Universal de Derechos Humanos incluye la prohibición de discriminación por motivo de lidioma (9); no así, también curiosamente, nuestra Constitución de forma expresa.

8) «La sentencia del Tribunal de Justicia de Catalunya que obliga a un 25% de enseñanza en castellano en las aulas en las que haya algún alumno, en realidad padre o madre, que lo solicite. Dicha sentencia es inviable de llevarla a la práctica. Es también insostenible económicamente e irracional pedagógicamente puesto que queda al arbitrio de las peticiones de los padres (…) Es de necesidad, por tanto, un acuerdo general en Catalunya sobre la política lingüística en la escuela y no dejarla a decisiones individuales o partidistas».

La ejecución de las sentencias es un tema, desde el punto de vista de doctrina jurídica, muy jugoso… e interminable de cerrar; sujeto, es cierto, a múltiples dificultades y variables. Señalar, sin embargo, es este caso que es «inviable» no me parece ajustado. ¿Por qué? ¿No es acaso preferible paliar la evidente injusticia social que se comete con parte de la población que aceptar, sin más, sumisamente la completa negación de derechos?

En este tema, me inclino ya hace tiempo por la «desobediencia civil». Se dan los requisitos para ponerla en marcha. Sólo la prudencia y división de los padres unida al tacticismo político de los partidos de ámbito nacional, entre otros factores como la crisis que afecta principalmente a las capas más desfavorecidas y desmovilizadas de la sociedad, supongo que no la han hecho posible aunque fuera deseable, al menos, por dignidad.

«Completamente de acuerdo. La implantación de asignaturas en castellano no puede depender de la asamblea de padres. Ha de estar fijada por ley».

Totalmente de acuerdo; sin embargo, lo que señalo es que entre que me corten un brazo o que me maten, de momento que me corten el brazo. Nadie ha querido hacer desde el gobierno de la nación una «ley de lenguas» por el tacticismo político de los partidos políticos de ámbito nacional. En consecuencia, los padres que han tenido ganas, tiempo y dinero, se han tenido que buscar la vida. Algo que es de una indecencia como sociedad palmaria. Hemos de aceptar que tenemos un sistema discriminatorio por razón de lengua y ante ello soy partidario, mientras no se solucione, de armarla parda. Como anécdota, en Sudáfrica, durante el apartheid, muchas de las revueltas las comenzaban los estudiantes negros de los suburbios al grito de «no estudiaremos en afrikáner»… Algo parecido deberíamos hacer aquí, mientras no se respete, en igualdad, el uso de las lenguas oficiales desde la administración

9) «Sería absurdo en un país cada vez más poblado de inmigrantes reclamar el derecho de cada individuo a ser educado en su propia lengua porque es la materna».

Aquí es donde más me revelo y me opongo a vuestro argumentario ¿Acaso restáis importancia a este concepto porque sois, supongo, de lengua materna catalana? Dos precisiones:

– el concepto de «lengua materna» es central y así lo ha señalado la UNICEF, la UNESCO y el propio Consejo de Europa; es preferible para el niño hacerlo en la misma en las edades tempranas, sobre todo. En este sentido la Carta Europea de las Lenguas Minoritarias o Regionales, en su artículo 8 lo reconoce para las «minoritarias»… Lo que pasa en Cataluña es que a la mayoritaria, el castellano, ni siquiera se le respetan estos derechos que en otros países se cuidan para las minoritarias (10).

En este sentido, ha habido incluso llamadas de atención del propio Consejo de Europa ante la realidad catalana impuesta por el nacionalismo (11).

Incluso la ficha técnica de la UE, sobre política lingüística preguntaros si se respeta en Cataluña (12).

– lo anterior lo sería para cualquier niño cualquiera que fuera su lengua, pero es que, además, el castellano es oficial en Cataluña

Este «argumento», si no supiera quién lo ha escrito, creería que viene de las factorías de ERC, CDC o la CUP. No aceptar como concepto central el de «lengua materna» es no sólo contrario a los derechos de las niñas y de los niños, sino, también, a los postulados de la Izquierda basados en la igualdad y supone, en definitiva, dar munición a los nacionalismos para ponerles en bandeja la discriminación.

«Pues yo estoy de acuerdo. En este momento en Cataluña hay hablantes de más de 20 lenguas. Es imposible garantizar la enseñanza en todas las lenguas maternas. Es más, no hay ningún país europeo que practique dicho sistema. La enseñanza se debe dar en las dos lenguas enraizadas en Cataluña. Por una u otra razón, castellano y catalán (gascón aranés en Arán) y si alguien quiere escuelas en mandarín o japonés, de acuerdo, pero que se la pague, como hacen alemanes, italianos, franceses, anglófonos, etc. La verdad es que me parece que estás distorsionando totalmente lo que hay detrás de esta frase».

Este argumento es un argumento nacionalista y caes, perdona que te lo diga, de cuatro patas. Lo que digo es que el concepto de «lengua materna» es fundamental y central (el mismo Trias Fargas lo expresó en el Congreso, allá por los años 80 del siglo pasado, para exigir escuela «también» en catalán) (13)… Sin embargo, los nacionalistas y por ende, toda la sociedad catalana en su conjunto, parece que lo han olvidado… Algunos parece que por mala conciencia. En mi opinión, se ha de respetar al máximo los derechos de la niña y del niño, de todas las niñas y de todos los niños, en el acceso a la educación (sean marroquíes, chinos, o del Congo belga). Dicho lo anterior, en todo caso, lo anterior es absolutamente inexcusable para los niños con cualquiera de las lenguas maternas que son lengua oficial.

10) «Siguiendo con la educación. Cataluña optó por un modelo único, la misma escuela para todos, con dos objetivos muy razonables: a) subsanar la marginación sufrida por el catalán durante el franquismo; b) evitar a toda costa la fractura social que hubiera sido nociva para todos. El modelo es correcto, lo que no significa que no sea mejorable y que no necesite ciertos ajustes respecto a la presencia del castellano».

Realmente no fue «Cataluña», sino una ideología muy concreta, el nacionalismo catalán, la que optó por «un modelo único». La superación del franquismo nunca debió producirse a costa de la marginación del castellano personalizada en las capas de la población, como ya he indicado, más desfavorecidas e indefensas.

El modelo de inmersión no se da en ningún país del mundo de forma obligatoria; siempre es voluntario, porque así se aconseja desde las instancias internacionales… Y así es en todo el mundo…menos en Cataluña.

Aquí la mala conciencia de algunos, el rencor y odio de otros y la pobreza -económica e intelectual- de los afectados… llevó a que se aceptase lo inaceptable. Ya es hora de decir basta .

El modelo de inmersión NO es aceptable y debe ser eliminado. Ha de ser sustituido por un sistema educativo con las lenguas oficiales como vehiculares (catalán, castellano y aranés). El que se añada el inglés o no a las anteriores es tema de oportunidad que no es objeto de esta reflexión.

Para acabar y como CONCLUSIÓN , os adjunto los 6 mitos que resumí en su día, extraídos del libro de Vilarrubias, en torno a la inmersión –por favor, no caigamos en los mismos y hagamos pedagogía– por si alguien quiere ampliar conceptos y datos (14): consenso, competencia, lengua materna, segregación, cohesión social y facha y anticatalán.

«Disculpa, pero estás completamente equivocado. El nacionalismo pretendía el modelo de dos líneas escolares por lengua como había existido durante la Generalidad republicana. Fue la Izquierda la que impuso una escuela única. Si por modelo se entiende escuela única, yo también digo que es el correcto. Lo que no puede ser es que el castellano se reduzca al estudio de la propia lengua».

Efectivamente; por uno de los mitos de la inmersión: la cohesión social… Sin embargo, el modelo que se alcanza, venga de los conservadores o de los progresistas, al final ofrece un tufo nacionalista que espanta. [Hasta aquí la conversación].

Se trata de «una lengua de cohesión» social, dicen vistiéndose de un falso progresismo para esconder su realidad autoritaria . No tienen en cuenta ni respeto por aquella otra lengua oficial que es la materna de la mayoría de catalanes; también la de la mayoría de los inmigrantes a esta Comunidad.

Pero os digo la verdad, en realidad, se trata de un instrumento de opresión . No es la primera vez que esto sucede en la historia: en la Inglaterra colonial se imponía el inglés a los hindúes, en la Sudáfrica del apartheid el afrikáans a los nativos… También en la España franquista, el castellano a los catalanes. Ahora, en Cataluña, una Comunidad Autónoma de una nación democrática que se llama España, se pretende por los nacionalistas imponer el catalán a los ciudadanos catalanes hispanoparlantes, con la intención de excluir progresivamente al castellano de la vida pública. E so es, sencillamente, opresión y los que lo hacen son unos opresores.

Sin embargo, ya hace tiempo que se observa, a semejanza de otra referida al inicio de este artículo, una mala conciencia en muchas personas de lengua materna catalana en Cataluña, sobre todo otra vez, desde las capas situadas en el espectro ideológico de la Izquierda. Quizás aún haya tiempo para la esperanza.

Para finalizar, cito al cántabro Jesús Laínz (entre otras cosas, autor de ese fantástico libro que es Adiós España. Verdad y mentira de los nacionalismos): «La izquierda española ha hecho el trabajo de destruir la conciencia nacional española, mientras la derecha deja hacer, como siempre. No se entera de las cosas». Pues eso. 

Notas:

(1) «Catalanismo, nacionalismo, independentismo», artículo de Antonio Robles (Libertad Digital, 2011) (http://www.libertaddigital.com/opinion/ideas/catalanismo-nacionalismo-independentismo-1276239006.html)

(2) «Sobre los orígenes sionistas de la inmersión lingüística obligatoria en catalán», artículo de Antonio Francisco Ordóñez (Rebelión, 2014) (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=189896)

(3) «Sumar y no restar. Razones para introducir una educación bilingüe en Cataluña», de Mercè Vilarrubias (editorial Montesinos, 2012)

(4) http://politica.e-noticies.cat/la-cup-exclou-el-castella-de-la-pregunta-del-referendum-108928.html

(5) «La definición del catalán como «la lengua propia de Cataluña» no puede suponer un desequilibrio del régimen constitucional de la cooficialidad de ambas lenguas en perjuicio del castellano. Si con la expresión «lengua propia» quiere significarse, como alega el Abogado del Estado, que el catalán es lengua peculiar o privativa de Cataluña, por contraste con el castellano, lengua compartida con todas las Comunidades Autónomas, la dicción del art. 6.1 EAC es inobjetable. Si de ello, por el contrario, pretende deducirse que únicamente el catalán es lengua de uso normal y preferente del poder público, siquiera sea sólo del poder público autonómico, se estaría contradiciendo una de las características constitucionalmente definidoras de la oficialidad lingüística, cual es, según acabamos de recordar con la cita de la STC 82/1986, que las lenguas oficiales constituyen «medio normal de comunicación en y entre [los poderes públicos] y en su relación con los sujetos privados, con plena validez y efectos jurídicos». Toda lengua oficial es, por tanto -también allí donde comparte esa cualidad con otra lengua española-, lengua de uso normal por y ante el poder público. También, en consecuencia, lo es el castellano por y ante las Administraciones públicas catalanas, que, como el poder público estatal en Cataluña, no pueden tener preferencia por ninguna de las dos lenguas oficiales» (Sentencia del Tribunal Constitucional 31/2010, de 28 de junio de 2010) (https://boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2010-11409)

(6) «De forma generalizada la pedagogía recomienda la enseñanza en la lengua materna, tanto por razones mentales como afectivas. La inmersión lingüística es siempre algo excepcional y limitado, salvo en ciertos contextos de conquista política. La inmersión se reduce a la de minorías en países extraños o a la de minorías sociales que, con fuerte seguridad cultural y lingüística, invierten en una lengua de «prestigio»; pero nunca es masiva ni obligatoria ni dirigida a las clases populares, que, por lo general, no pueden ofrecer a sus hijos un refuerzo compensador del trauma mental y afectivo. En Cataluña, sin embargo, en contra de la ley de normalización lingüística, a miles de niños de extracción popular se les da el cambiazo lingüístico. Esta situación la sufre una mitad de la población infantil, pues la otra ve respetados sus derechos lingüísticos. Sin embargo, esa otra mitad no «goza» de la inmersión en castellano. No hay razones que justifiquen tal discriminación», carta de un lector – Isidro Cabello Hernandorena. Licenciado en Filología Hispánica, Clásica e Inglesa. Terrassa (La Vanguardia, 1993)

(7) Sentencia del Tribunal Constitucional 31/2010, de 28 de junio, y, Sentencia del Tribunal Supremo 316/2012, de 23 de mayo, al decir que: «La política lingüística tendente a la normalización de la lengua propia de Cataluña en todos los ámbitos de la sociedad catalana sin duda ha dado sus frutos y conseguido sus objetivos. Pero no puede ir más allá hasta el punto de negar la realidad de convivencia armónica de ambas lenguas cooficiales en Cataluña intentando ignorar el deber constitucional de todos los españoles de conocer el castellano y el correlativo derecho a usarlo (…). Por otra parte es un hecho notorio y por tanto no necesitado de prueba la cierta y evidente implantación de la lengua catalana en la sociedad de Cataluña a la que más arriba nos referimos» .

Además, al respecto, artículo «Convivencia sin preferencias», de Antonio Francisco Ordóñez (La voz de Barcelona, 2011) (http://www.vozbcn.com/2011/07/21/81437/convivencia-sin-preferencias-despues/)

(8) http://cronicaglobal.elespanol.com/politica/los-catalanes-rechazan-la-inmersion-lingueistica-obligatoria-en-catalan_25337_102.html

(9) «Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición» [artículo 2.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; Resolución 217 A (III), adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948]

(10) https://www.boe.es/boe/dias/2001/09/15/pdfs/A34733-34749.pdf

https://es.wikipedia.org/wiki/Carta_Europea_de_las_Lenguas_Minoritarias_o_Regionales

(11) http://www.vozbcn.com/2012/10/31/132777/varapalo-consejo-europa-inmersion/

(12) http://www.europarl.europa.eu/atyourservice/es/displayFtu.html?ftuId=FTU_5.13.6.html

(13) http://sociedad.e-noticies.es/trias-fargas-aceptaba-el-bilingusimo-en-las-escuelas-57624.html

(14) Razones para los seis mitos sobre la inmersión lingüística (1): consenso

http://www.vozbcn.com/2012/06/27/118932/razones-mitos-inmersion-consenso/

Razones para los seis mitos sobre la inmersión lingüística (2): competencia

http://www.vozbcn.com/2012/06/28/119057/razones-mitos-inmersion-competencia/

Razones para los seis mitos sobre la inmersión lingüística (3): lengua materna

http://www.vozbcn.com/2012/06/29/119200/razones-mitos-inmersion-materna/

Razones para los seis mitos sobre la inmersión lingüística (4): segregación

http://www.vozbcn.com/2012/07/02/119509/razones-mitos-inmersion-segregacion/

Razones para los seis mitos sobre la inmersión lingüística (5): cohesión social

http://www.vozbcn.com/2012/07/03/119672/razones-mitos-inmersion-cohesion/

Razones para los seis mitos sobre la inmersión lingüística (y 6): facha y anticatalán

http://www.vozbcn.com/2012/07/04/119776/razones-mitos-inmersion-facha/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.