Decir que el líder de un partido no cabe en los planes del Ibex35, y que un posible gobierno de coalición sólo admitiría miembros independientes de ese partido cuyo líder ha sido repudiado, es la mayor afrenta que un partido y su líder han podido hacer a otro líder y a su partido. Y no […]
Decir que el líder de un partido no cabe en los planes del Ibex35, y que un posible gobierno de coalición sólo admitiría miembros independientes de ese partido cuyo líder ha sido repudiado, es la mayor afrenta que un partido y su líder han podido hacer a otro líder y a su partido. Y no sólo en el tiempo que lleva esta democracia de cartón piedra sino, que se sepa, en cualquiera otra más verosímil europea. Ni siquiera Trump ha llegado tan lejos en sus afrentas a un lado y a otro del mundo…
…o sea, que en España quienes realmente gobiernan son la banca y el Ibex35. Sepámoslo de una vez por todas y para siempre. No sé qué pinta, entonces, en la Moncloa un títere. Que gobiernen directamente los administradores del Ibex35 y los banqueros, y nos ahorramos mil fortunas que suponen las nóminas de los políticos. Se necesita tener poca vergüenza y cinismo superlativo para presentarse ante el país como el prostituído de conocidos proxenetas…
Y es que lo proclamado desvergonzadamente por este presidente del Gobierno en funciones no es, pues, una broma. Es una declaración de principios del socialismo de nuevo cuño. Dice estar muy orgulloso de pertenecer a un partido con 140 años de vida. ¿Acaso cree que su fundador aprobaría hoy como principio programático reconocer que es deber de un Gobierno de su partido entregar directamente las llaves de la gobernación de España a los dueños del dinero, mientras él y su camarilla se tumban en la poltrona y el resto de políticos participa activamente en el baile de disfraces? El canallesco proceder durante cuarenta años de cientos o miles de políticos, entre ellos muchos de su partido, resulta un pálido envilecimiento al lado de semejante traición al pueblo español, a muchísimos socialistas auténticos y justo también al fundador de su partido. Este economista, arrastrando tras de sí a lo que fue una ideología tan versátil, se ha pasado al enemigo.
Tantos años esperando la ocasión de dar un vuelco a la permanente escenificación de la burla a la República, de la burla a la justicia social, de la burla a los derechos básicos de los españoles, y ahora llega este impostor y pone sobre el tapete de la Piel de Toro un propósito aberrante como no se ha conocido otro desde que Aznar metió a España en guerra contra el parecer del 80 por ciento de la población. Propósito que no es otro que converger con la declarada judicialmente como banda organizada de ladrones de la patria, para instituir oficialmente en España el bipartidismo a la británica o a la americana. Maldito sea este políticastro…
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