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Manifiesto de las mujeres andinas ante la V ronda de negociaciones del TLC con EE UU

Fuentes: Campaña Continental contra el ALCA

Guayaquil, octubre 2004.- Las mujeres de los países andinos estamos presentes en Guayaquil para, una vez más, expresar nuestro desacuerdo con las negociaciones del TLC con Estados Unidos de Norteamérica. Nos preocupa el sometimiento irresponsable de los actuales gobiernos de Ecuador, Colombia y Perú a este instrumento cuyos verdaderos alcances ponen en riesgo nuestra existencia […]

Guayaquil, octubre 2004.- Las mujeres de los países andinos estamos presentes en Guayaquil para, una vez más, expresar nuestro desacuerdo con las negociaciones del TLC con Estados Unidos de Norteamérica. Nos preocupa el sometimiento irresponsable de los actuales gobiernos de Ecuador, Colombia y Perú a este instrumento cuyos verdaderos alcances ponen en riesgo nuestra existencia misma como estados y pueblos soberanos, bloquean procesos de auténtica integración, y anulan las posibilidades de desarrollo, al llevar al extremo un modelo de depredación económica, social, cultural y ambiental.

Compartimos los reparos que los más variados sectores exponen para decirle NO al TLC, pero, además, nuestra experiencia específica con el modelo neoliberal, nuestra situación como actoras económicas en persistente desventaja, como ciudadanas con derechos pendientes, nos alertan sobre los impactos que se ciernen sobre las mujeres con este Tratado, que se promociona con engañosas ofertas de ampliación de mercados. Así:

– En el ámbito de la producción, tal como ha ocurrido en casos similares, es previsible la eliminación de unidades productivas medianas y pequeñas, precisamente donde se registra una mayor presencia de las mujeres, sea a nivel de empleo o de autoemprendimientos. La reconcentración de propiedades y decisiones en un esquema de control transnacional, reduce nuestras posibilidades de definir qué y cómo producir, en función de las necesidades de nuestra población y de la protección del ambiente.

– La apropiación privada, vía patentes, del patrimonio colectivo generado especialmente por las mujeres indígenas y campesinas durante siglos: semillas, artesanías, prácticas curativas, supone una expropiación, al tiempo que se afectan las capacidades productivas, la soberanía alimentaria y la calidad de vida de todas y todos. Esto se complementa perversamente con las nuevas exigencias sobre las patentes de medicamentos, que bajo el criterio de lucro desmedido llegan a contradecir incluso acuerdos logrados en el marco de la OMC (Doha) para garantizar la producción de medicinas básicas.

– La quiebra de unidades productivas rurales y urbanas, lo mismo que la privatización de empresas y servicios públicos, generarán más desempleo (siendo las tasas femeninas siempre mayores). Estamos ya afrontando un fenómeno que se ahondará: la expulsión de fuerza de trabajo, que alimenta migraciones del campo a las ciudades, y hacia países del norte. Como contraparte, puede darse una muy limitada generación de empleos precarios, generalizando una flexibilización laboral regresiva, que desconoce derechos de las mujeres, incluso los derechos sexuales y reproductivos. Se impone como válido el modelo «maquila», que es uno de sistemática violación de derechos laborales y humanos de las mujeres. La implantación del mercado total, que invade todos los terrenos de la vida, estimula prácticas de explotación como el tráfico sexual de mujeres y menores, convertidos cada vez más en «atractivo» turístico.

– El control privado sobre todos los servicios básicos (agua, luz, telecomunicaciones, educación, salud) limita el acceso, generándose más exclusiones, privación de derechos, deterioro de la calidad de vida, especialmente de las mujeres, obligadas a incrementar nuestro trabajo para el cuidado de las familias y comunidades.

– Estas políticas mal llamadas ‘comerciales’ se entretejen en nuestra subregión con las de ‘seguridad’, con condicionalidades que llegan al chantaje (como ocurre ya con ATP-DEA); se agrava así un contexto en que se extiende el autoritarismo, la militarización, y sus nefastos efectos, siempre peores para las mujeres (desplazamientos, fumigaciones, etc.) Ø La invasión del TLC hacia aspectos relativos a las competencias y funcionamiento de los Estados y sus instituciones, supone que estos no podrán dictar políticas soberanas de desarrollo económico, ni definir políticas sobre producción, distribución, redistribución; tampoco utilizar su capacidad de compra e inversión para estimular, por ejemplo, producción y empleo de las mujeres, para promover equidad de género. Todo esto impide construir las bases de una real democracia.

Demandamos a los Gobiernos detener las negociaciones del TLC, e impulsar verdaderos procesos de integración subregional y regional

Demandamos a los Parlamentos cumplir con responsabilidad su papel, impidiendo la adopción de este instrumento que vulnera preceptos constitucionales y legales básicos para la vida democrática, la búsqueda del desarrollo y la vigencia de los derechos humanos.

Estamos impulsando activamente consultas populares, para que los gobiernos acaten la masiva voluntad de decir un democrático y rotundo NO al TLC Por Soberanía, Paz, Justicia Económica SI A LA VIDA, NO ALCA-TLC!

OTRA AMERICA ES POSIBLE!

Red de Mujeres Transformando la Economía -REMTE
Coordinadora de Mujeres Trabajadoras Andinas -COMUANDE
Marcha Mundial de las Mujeres- Américas
Mujeres de ECUARUNARI