Y sobre un programa que indique cómo queremos que sea esta ciudad en el futuro y la decisiva participación popular
Para alegría de los que aquí vivimos ha llegado la hora de nuestra ciudad. Son numerosas las obras de todo tipo que se acometen para saludar el 500 aniversario de La Habana dirigidas a embellecer a la ciudad. Tenemos problemas acumulados en viviendas, viales, transporte público, acueductos, alcantarillados, inundaciones en el malecón, higiene y otros, así como algunas manifestaciones de indisciplina social, pero La Habana posee historia, cultura y vida, y sigue siendo una auténtica y hermosa ciudad, que en vez de perder su encanto, lo acrecienta.
Entre las muchas obras que se ejecutan para saludar el 500 aniversario, sobresalen los procesos de restauración de sitios emblemáticos como los del Capitolio, la renombrada heladería Coppelia, el viejo mercado de 4 Caminos, la Terminal de Ferrocarriles, el Barrio Chino. De gran importancia son la reparación de las instalaciones deportivas de la Villa Panamericana, numerosos inmuebles de servicios de salud y educación, las luces led en grandes avenidas y otras más. De igual manera se planean y acometen millonarias inversiones para dar respuesta a los graves problemas del agua, el alcantarillado, la electrificación de las calles, el transporte público, el mejoramiento de los viales y la higienización de la ciudad. Cada día se entregan nuevas obras o reconstruidas.
Las nuevas autoridades provinciales no pueden permitir por ningún concepto, que pasado algún tiempo estas obras por morosidad o incapacidad de sus administraciones o gerencias se estropeen (como ha sucedido anteriormente), o que se demeriten los servicios que presten. Es una penosa realidad que se han entregado muchas obras con defectos imperceptibles que tiempo después son descubiertos por los que viven o trabajan en ellos. Hay quienes sugieren la necesidad de una legislación que regule que cuando en una obra terminada se detecte un «vicio oculto», se le pueda exigir responsabilidad civil o penal a los responsables, siempre de acuerdo a la magnitud de los daños y al tiempo trascurrido.
Pase al esfuerzo realizado hay críticas por infracciones que se han cometido en el propio proceso de este 500 Aniversario, debido a no establecer las indispensables coordinaciones con otros factores. En un intercambio con arquitectos en la UNEAC, ellos señalaron violaciones en la preservación del patrimonio construido, escalas, cacofonías, registro de colores, ocasionadas en la reinauguración de Coppelia. Señalaron como algo imprescindible para elevar la calidad de las obras, su belleza y su utilidad que siempre se coordine con la Oficina del Historiador de la Habana y demás factores. No conocemos si el Poder Popular de la provincia cuenta con un eficiente Departamento de Arquitectura y Urbanismo, aspecto este esencial para el futuro de la ciudad.
Es encomiable todo lo realizado para resolver los cuantiosos daños causados por el tornado que asoló a varios municipios de la capital a principios de año. De manera especial destacar que, al parecer, se está cumpliendo la orientación de Díaz Canel que «todo debe quedar mejor y más bello de cómo estaba antes, manteniendo la cultura del detalle». Pero aún queda mucho, mucho más por hacer. Podía estudiarse organizar un sistema de información sistemática a la población de los proyectos que se planean, de su ejecución, y de su culminación.
Como señalamos antes, estimo que estamos obligados a pensar y planear en cómo queremos que La Habana sea en el futuro. Preservar el singular patrimonio acumulado en la ciudad y con suma creatividad y el concurso de todos inventarla de nuevo para lograr poco a poco una urbe más bella y funcional. Dentro de la capital al igual que en todas las ciudades, coexisten numerosas Habanas diferentes. ¿En cuál de ellas vivimos? ¿Cómo queremos que sea en el futuro este municipio o barrio en el que nacimos? Esto debe indicarnos cuanto debemos hacer con el concurso activo de los habaneros, tanto en la proyección como en las transformaciones a realizar para que todos los rincones de la ciudad se hermoseen sin perder la identidad que los distingue.
Consideramos indispensable un programa general, integral e interactivo, que señale lo que nos proponemos alcanzar, cómo hacerlo, quiénes lo ejecutarán y en qué etapas y fechas, en el que participen las autoridades de la provincia, las instituciones, las organizaciones de masas y sociales, así como los Órganos de la Administración Central del Estado, el Instituto de Planificación Física y de la Vivienda, las universidades y los centros de ciencias sociales. Un importantísimo rol le concierne a la Oficina del Historiador de La Habana.
Este programa solo se podrá realizar si existe la unidad y la más estrecha coordinación de trabajo entre todos los factores, comenzando por las relaciones entre el Poder Popular de la provincia y el de los municipales, el Grupo de Desarrollo de la capital y la Oficina del Historiador de La Habana y los demás actores antes señalados.
Sería imprescindible someter sistemáticamente este programa a debate y adecuaciones con la población habanera, para que el pueblo lo pueda engrandecer, hacerlo suyo y participar. Si se trabaja bien, el programa podría convertirse en el mejor instrumento de vinculación interactiva de las autoridades provinciales y municipales con el pueblo de cada territorio, así como en un importante elemento movilizador de las fuerzas populares.
Para alcanzar esto, se hace necesario que los Órganos de la Administración del Estado y las administraciones de todas las empresas y centros de trabajo estatales en los diferentes niveles, comprendan que esta tarea de engalanar a la ciudad llegó para siempre y se esfuercen en embellecer e higienizar sus propios centros de trabajo y contribuir acorde a sus condiciones y poco a poco en la reparación de viviendas, aceras y calles situadas en su cuadra. A la Central de Trabajadores de Cuba le correspondería orientar a sus secciones sindicales el esforzarse por agraciar e higienizar de manera permanente sus centros de trabajo y sus alrededores. De manera paralela las organizaciones de masas motivarían sus organizaciones de base a embellecer y a sanear sistemáticamente sus cuadras. Esto ayudaría al fortalecimiento de estas organizaciones, actualmente muy debilitadas en la capital. La participación de la UJC con los Pioneros, la FEEM y la FEU movilizando a los estudiantes para favorecer sus centros docentes contribuiría a su educación y coadyuvaría a elevar el amor por su ciudad. Esto debe ser para siempre un inquebrantable anhelo de todos. De igual modo las cooperativas y negocios privados de arreglo con sus posibilidades deben garantizar locales decorosos e higiénicos. Se podría estudiar que los bancos concedan créditos con este objetivo a aquellos que lo soliciten y puedan pagar las deudas que contraigan.
La Asamblea Nacional del Poder Popular, podría por la relevancia de La Habana debatir este tema en sus sesiones. Sería positiva la activa incorporación de los diputados habaneros de la Asamblea Nacional, en cooperación con los presidentes de los Consejos Populares de la capital y los delegados de circunscripción.
En este magno atrevimiento por el 500 aniversario y más allá, es decisivo lograr la participación de la población. Pese a los esfuerzos realizados todavía no ha calado lo suficiente en los habitantes de la ciudad comprender el categórico papel que deben jugar en este empeño por elevar la calidad y felicidad de sus vidas, tanto en sus cuadras como en sus centros de trabajo. Es substancial involucrar a la población que vive o trabaja cerca de las obras para que aporte con su trabajo a la terminación de las obras que luego serán de beneficio colectivo.
En los últimos años como sucede con otros temas, hay muchos que subestiman a la emulación (o competencia) socialista y desconocen su probada y extraordinaria fuerza si con real entusiasmo se organiza y divulga. La premiación a los mejores colectivos juega un papel importante. Extender la emulación ayudaría a arrinconar la abulia y el desinterés que se manifiesta en algunos centros laborales y docentes. Ya el 21 de agosto de 1963 el Che criticaba el que se convirtiera la emulación en una competencia formal (1). Favorecería extraordinariamente este programa de la ciudad, la organización de una emulación no solo promovida por los CDR y la FMC, sino también entre las secciones sindicales de los centros de trabajo bajo la égida de la CTC, así como de la UJC con las organizaciones estudiantiles. Un elemento a valorar sería la reedición del trabajo voluntario en determinadas fechas con la participación de las autoridades de la ciudad y de los municipios en centros de trabajo y cuadras. Realizar conscientemente este esfuerzo nos une y fortalece a todos.
La provincia de la Habana tiene actualmente un área total de 730 km2, de ellos corresponden al área Urbana: 300 km2 y a la no urbana 430 km2, con más de 2 millones de habitantes que habitan en unas 700 mil viviendas, en las que predominan los inmuebles de una o dos plantas. Las dificultades económicas del país acrecentadas por el bloqueo de EE.UU., la migración interna, la ausencia de una acertada planificación urbana y el descontrol han provocado que La Habana se haya extendido excesivamente, lo que es causa de problemas de todo tipo en la transportación pública, los servicios de electricidad, de agua y gas y otros. Se impone el cumplimiento de los planes contra las ilegalidades en materia de ordenamiento territorial y urbanístico (2), al tiempo que se impida que la ciudad continúe extendiéndose y lograr concentrar a la población construyendo edificaciones medianas y altas.
En los municipios de Plaza, Centro Habana, La Habana Vieja y Playa, especialmente en el primero, se han concentrado históricamente gran parte de los servicios públicos, las más importantes instituciones administrativas, docentes, hospitalarias, culturales y otras de la ciudad. Aunque en todos los territorios existen las mismas instituciones y servicios básicos, se impone impulsar (con la vista puesta en el futuro) el desarrollo integral de cada municipio (y consejo popular) de acuerdo a su población, las condiciones económicas, sociales y demás factores, para crear nuevos centros de trabajo (jerarquizando los productivos como fuentes de empleo), resucitar o fundar cines y/o teatros, centros deportivos y recreativos, tiendas, cabarés, bares, parques, bulevares, corredores, rehabilitar o crear nuevas calles lo que le permitirá a la población de todos los territorios de la capital elevar su calidad de vida y hacer a La Habana más grande y admirada.
Pese a crecientes dificultades debido al recrudecimiento del bloqueo por parte del gobierno de los EE.UU. con su declarada e inhumana obsesión de asfixiarnos económicamente, en la recién aprobada Constitución, el artículo 71 enuncia «Se reconoce a todas las personas el derecho a una vivienda adecuada y a un hábitat seguro y saludable». En base a esto el gobierno concertó una nueva política de la vivienda para lograr que cada familia cubana sea propietaria de una casa (3). Cumpliendo este propósito se comienzan a ejecutar inversiones dirigidas a que las mayores industrias del ramo aumenten la producción de materiales de la construcción (cemento, acero, etc…). Por su parte las empresas constructoras estatales se ocuparán de construir las grandes obras y a edificar y a reparar los edificios altos (no se puede dejar incluir en los diseños arquitectónicos de estos los sótanos para el uso de parqueos). La nueva Constitución establece la autonomía de los municipales y amplía sus facultades para solucionar problemas de la comunidad, por lo que las empresas estales y las privadas (pequeñas y medianas) de la construcción y las cooperativas desarrollarán la producción local de materiales de la construcción, así como construirán viviendas con la participación de los futuros propietarios y de la población de los barrios.
Para el embellecimiento de La Habana será decisivo (acorde con la producción y oferta de materiales) que la población con ayuda del Estado cuando sea necesario, también repare las viviendas de las que son propietarios. Para complementar esto y garantizar la calidad de estos trabajos es imprescindible solucionar la participación de los arquitectos de la comunidad, hoy deficitaria. Quizás una solución sea crear cooperativas de arquitectos por municipios. Otro asunto a tener en cuenta es aumentar la producción y venta de pintura a precios módicos, ya que la pintura además de engalanar a las edificaciones, es la primera barrera para evitar el deterioro de las fachadas y de los interiores de los inmuebles. Un aspecto a señalar es la necesidad de terminar de legislar los instrumentos jurídicos indispensables que complementarán la política aprobada de la vivienda.
El presidente Díaz Canel recientemente informó que se comenzaría a trabajar por mejorar las condiciones urbanas del municipio Centro Habana. Muchos hemos pensado que en este municipio, el de mayor concentración de habitantes por Km2 con un marcado deterioro de sus inmuebles debía concretarse la excelente experiencia realizada por Eusebio Leal en Habana Vieja. Centro Habana, autofinanciándose podría reconstruir su amplia infraestructura de servicios comerciales y darle respuesta a muchas de sus graves dificultades. Como contribución al renacimiento de Centro Habana, siempre que sea posible, ubicar las nuevas empresas que se creen (tanto extranjeras como nacionales) en zonas de Centro Habana y no en los municipios de Plaza o Playa como ha sucedido hasta ahora. Es un anhelo de muchos que se rescate la tienda Fin de siglo, la que otrora fue una de las mejores tiendas de la ciudad y que Galiano vuelva a recuperar su valía como la más importante vía comercial de la Habana. No olvidar para el futuro a Neptuno (que antes quiso competir con Galiano), a Reina, a Belascoaín entre otras y a sus esquinas famosas. Estimo que hay otros municipios habaneros con las condiciones para poder desarrollar esta experiencia como Regla. Pienso en la colina frente a la bahía, área que podría ser desarrollada para el turismo por su parecido con los bellos pueblitos turísticos ubicados en las costas e islas mediterráneas de Grecia e Italia.
La Habana necesita ser cada vez más bella y funcional. El diseño es un elemento clave para hermosear a la ciudad. Para lograr esto se necesita estimular la imaginación, las iniciativas y la creatividad y que todo proyecto planeado, se haga en coordinación con los mejores diseñadores. Para ello es determinante el Ministerio de la Construcción y el apoyo de las reconocidas instituciones de diseño como el Instituto de Diseño Industrial (INDI) y la Oficina Nacional de Diseño (ONDI), de las fa cultades de Arquitectura y de Ingeniería de las universidades de la CUJAE y del Instituto Superior de Arte (ISA), y de la Unión Nacional de Arquitectos e ingenieros de la construcción de Cuba (UNAICC). También con la contribución de los artistas de la plástica pertenecientes a la UNEAC, la AHS, y al Consejo de las Artes Plásticas del Mincult. Arquitectos cubanos se quejan de que muchos de los proyectos de los hoteles que hoy se construyen en La Habana se elaboran por proyectistas extranjeros, los que a veces no tienen en cuenta aspectos de la cultura y de la identidad del país. Si esto ocurre así, es algo inexplicable dada la calidad de los profesionales cubanos.
En esta línea de revolucionar a La Habana e ir por más, debo señalar como aspecto determinante el someter a «convocatorias públicas» todos los proyectos urbanísticos y arquitectónicos de importancia. Estos «concursos» generarían el interés de excelentes arquitectos, ingenieros, urbanistas y diseñadores cubanos, y se motivaría la participación de la población, de los gobiernos municipales, e instituciones, lo que se traduciría en la elevación de la calidad de los proyectos y en el sentido de pertenencia y de amor de los habaneros por su ciudad.
La Habana, para muchos una leyenda por su rica historia patria, cultural, artística y su monumentalidad, es una ciudad llena de encantos que enamora a los extranjeros. Nuestro país y La Habana en particular son un destino deseado por turistas de todo el planeta. Actualmente se construyen o se reparan una docena de impresionantes hoteles en La Habana, pero muchos consideran que nuestros servicios extra hoteleros, no se corresponden con nuestras potencialidades hoteleras. Cuando un turista visita a un país quiere conocer su cultura, la música, los bailes y su cocina, su artesanía, la naturaleza etc…siempre quieren ver cosas distintas a las que ven en sus países. Cuba atesora diversas raíces culturales y étnicas. En este país se fundieron indígenas, españoles, africanos, yucatecos, franceses blancos y negros de Haití, chinos, jamaicanos y hasta árabes. Las mayores y más seductoras expresiones de la cultura cubana son la música y el baile, las que a su vez constituyen una gran atracción para los turistas. Es notoria la pésima calidad de las ofertas musicales en muchos centros turísticos. Es un verdadero reto sublimar lo nacional y de calidad por encima de lo extranjero y chabacano y ofrecerles a los turistas la verdadera cultura cubana e impedir con ello que las expresiones de una seudo cultura enajenante usurpen y ocupen su lugar.
Faltan centros de recreación. ¿Por qué no multiplicar con diseños apropiados palacios o tabernas de la rumba, del guaguancó, del cha,cha,cha, del sucu suco, de la timba-salsa-son, del changüí, de la conga y hasta del zapateo. ¿Y por qué no? Tablaos con música flamenca, o con mariachis y corridos mexicanos, o con el tango argentino, o que reflejen la cultura hispana con sus botijas de cuero con vino y sus jamones colgando de los techos. El Club árabe y las Asociaciones españolas esperan por inversiones para reavivarse. Estas unidades de acuerdo a las condiciones podrían ofertar platos de la cocina de estos países. La música y el baile, así como la cocina de todos ellos, de una u otra manera forman parte de nuestra cultura y serían de gran atracción tanto para los turistas como para los cubanos. Esta sería una tarea a desarrollar por empresas estatales, cooperativas y privados.
Aunque se trabaja por elevar la calidad de la cocina cubana y contamos con Chefs que se destacan por su incontrastable excelencia, aún nos falta mucho para alcanzar que La Habana sea considerada por los turistas como una «ciudad culinaria» donde la comida sea exquisita. En España con más de 80 millones de turistas, el 30% señala a la calidad y diversidad de la cocina hispana como el primer motivo por el cual visitan el país. Y otro 30% la incluye entre las tres principales estimulaciones. Igual ocurre en México. En Bayamo visité un pequeño restaurante que se destacaba por su maravilloso diseño campesino, allí ofrecían comidas y bebidas criollas producto de ese sincretismo indio, hispano y africano que casi se ha casi perdido, como el maravilloso y original ajiaco (muy superior a la caldosa), el casabe (si los italianos, los mexicanos y los árabes tienen sus pizzas, burritos y el manakeesh respectivamente, nosotros podríamos ofertar casabe relleno. Entre las bebidas brindaban el aliñado, la sambumbia, el saoco, el guarapo con aguardiente (tenían un diminuto trapiche) y otras.
Como no soy un entendido en este tema, no sé si la Asociación culinaria de Cuba, entrega alguna significativa distinción (y si también se les retira) a los restaurantes que alcancen la perfección culinaria, tampoco si organizan un concurso internacional tanto de cocina cubana, como internacional, o si publican una revista culinaria que divulgue los éxitos de los centros gastronómicos y oriente a cubanos y a extranjeros. De igual modo nos referimos a los Sommelier y las bebidas y la coctelería cubana, y al desarrollo en Cuba de la cultura vinícola. Hay quienes proponen para estimular las ventas y la calidad del servicio en las unidades que son del Estado: restaurantes, bares, cabarés y tiendas y tratar de limitar la desviación de recursos, estudiar la forma de pago que utilizan algunos centros privados al pagarles, además del salario básico con un % de las ventas.
Hay quienes plantean con sólidos argumentos que debía jerarquizarse el turismo de salud por encima de otras modalidades dadas las excelentes condiciones que ofrece nuestra ciudad. Todo indica que para este tipo de turismo tenemos todas las ventajas al poseer un reconocido sistema de salud pública con excelentes profesionales , una adecuada infraestructura hospitalaria y excelentes Institutos nacionales de investigación médica; la existencia de una veintena de centros de investigación científica (de ciclo cerrado), agrupados en el polo científico del oeste de La Habana, dedicados prioritariamente a la ingeniería genética y a la biotecnología, que ofrecen novedosos y únicos productos farmacéuticos creados en Cuba (4); el entorno tranquilo y pacífico de una ciudad segura y una población saludable. A esto se suma la estrecha vinculación de todas estas instituciones científicas con el excelente sistema nacional de salud pública que permite ensayar y extender con prontitud y un máximo de calidad las innovaciones médicas. La Habana podría ser (quizás) la capital del turismo de salud en el mundo y podríamos competir por la calidad y los precios. Esto se revertiría además en beneficios para el propio sistema nacional de salud, en su personal, en la compra de equipos de última generación y por supuesto en la población cubana. Este tipo de turismo puede dejar más utilidades al país y es más sano (5).
Otra de las ventajas de La Habana se halla en su cercanía con la Zona de Desarrollo de Mariel. La ciudad tiene probadas potencialidades para convertirse en una de las principales abastecedoras de este gran proyecto con disimiles productos (se incluyen desde los de la informatización hasta los industriales y agropecuarios). De la calidad, la productividad que alcancemos y de los costos de los productos dependerá que podamos competir con los que se importan. Prepararse para desarrollar un interactivo encadenamiento de La Habana con la Zona de Desarrollo de Mariel será beneficioso para ambas partes.
Solo el inmoral Bloqueo de los gobiernos de EE.UU., impide que los estadounidenses nos visiten como turistas. Las grandes y medianas empresas extranjeras que actualmente invierten en Cuba dan con ello prueba de su confianza en que el Bloqueo desaparecerá (quizás más pronto de lo que todos imaginamos) por la extraordinaria capacidad de resistencia de nuestro pueblo. Esto significará que en fechas, tal vez no muy lejanas Cuba recibirá ingentes números de turistas de Estados Unidos y de otras partes del planeta. Es de sabios prever desde ahora que en ese futuro, los turistas no afecten y disloquen a La Habana como ocurre en otras ciudades turísticas del mundo y ahora acontece en la inigualable Venecia.
Ha sido el presidente Díaz Canel quien nos ha impulsado a trabajar acorde con estos excepcionales tiempos, caracterizados por la irrupción en todas las esferas de la sociedad de la revolución digital, y la utilización masiva e interactiva de internet y las redes sociales, las que de manera vertiginosa transforman profundamente la vida y las relaciones humanas Se trata de crear en base a estas nuevas realidades: una sociedad y una democracia socialista y una economía informatizadas. Un reto mayúsculo para el futuro de La Habana (aunque nos parezca muy lejano o imposible) es el de comenzar a dar pequeños pasos (conforme a nuestras posibilidades, que no son pocas) hacia una «ciudad virtual». Otras urbes del mundo desarrollado se aprestan a ello sustentadas en la tecnología 5G (Cuba comienza a utilizar la 4G). Este enorme reto interdisciplinario tiene como fortalezas las universidades y los centros del Polo Científico y otros que investigan sobre la inteligencia artificial (IA) y la robótica que existen en la provincia, y la muy estrecha vinculación que se deben crear entre la academia y los científicos y las autoridades de la provincia y de los 15 municipios de la ciudad fortalecidos por la autonomía que se les otorga por la nueva Constitución. Tener en cuenta las inmensas posibilidades que se nos abren con las relaciones con China y Rusia.
Cuba, un país penado por la naturaleza a no poseer recursos naturales, sujeto a los temibles cambios que le causará al mundo la «crisis climática», no tiene otro camino que priorizar por encima de todo, la educación, la ciencia, la tecnología y las innovaciones. La Habana ocupa un lugar privilegiado en este crucial propósito. La estrategia de Cuba para convertirse en una potencia científica- tecnológica y de La Habana por ser una «ciudad científica», que significaría ser exportadora de productos de altísimo valor agregado, dependerá en primer término de la magnitud de las inversiones que realice el Estado, en segundo del trabajo de los investigadores y técnicos, por ende es imprescindible estimular de todas las maneras posibles su permanencia y su aliento creador para obtener innovaciones y finalmente de la participación de inversionistas extranjeros en este campo. En la estrategia del gobierno se prevé para el país y para La Habana la creación de los denominados Parques científicos tecnológicos, que permiten concentrar y desarrollar las capacidades especializadas existentes y potenciar las innovaciones.
Las corporaciones que controlan el mundo han apostado por desarrollar aceleradamente la llamada «Cuarta revolución industrial, o Revolución 4.0, para perpetuar su hegemonía en el planeta. En base a esta Revolución Científico-Técnica e Industrial se acentúa la tendencia a vincular interactivamente la inteligencia artificial y la robótica, las tecnologías de la información y la comunicación, la nanotecnología, la biotecnología, la computación cuántica y por supuesto la internet de las cosas… Para enfrentar este inmenso reto, destacan entre nuestros baluartes académicos y científicos las reconocidas universidades de La Habana, la CUJAE, la UCI y otras, así como los diversos centros de investigación científica. La Habana debe aprovechar cada vez más el gran potencial científico y técnico que posee para desarrollar competitivamente su industria, su agricultura y sus servicios y así convertirse en un ejemplo a seguir por las demás provincias de cómo sustituir importaciones y aumentar sus exportaciones, preservando la naturaleza contra la crisis climática. Los científicos y técnicos habaneros también están investigando para desarrollar innovaciones en otras especialidades propias de esta 4ta revolución industrial como la informatización y la nanotecnología. El amplio desarrollo del número de graduados universitarios en informatización nos da la posibilidad real de exportar servicios a empresas extranjeras. Hay quienes critican el haber eliminado las escuelas de técnicos medios en informatización que funcionaban en el país, ya que favorecían conjuntamente con los Jóvenes Club, a la generalización del dominio de las Tics.
Notas:
(1) Sobre la Emulación: Fragmentos del Discurso del Che, en homenaje a trabajadores destacados, 21 de agosto de 1962. Ernesto Che Guevara, Escritos y Discursos, Tomo 6, Editorial Ciencias Sociales, 1977, página 227. «Convertimos la emulación en una competencia formal, la alejamos del centro lógico donde debíamos haber apoyado su fuerza, que es en las masas». «Nosotros tenemos que recoger la experiencia de nuestros errores y discutir constantemente con las masas, discutir de tal forma que esta tarea de la emulación sea una tarea realmente colectiva».
(2) El inventario de 2109 evidenció que existen más de 112 mil violaciones que afectan el ordenamiento territorial y urbanístico en el país.
(3) Un ejemplo de esto es el Heber Prot-P, único fármaco en el mundo capaz de evitar las amputaciones de los miembros inferiores debido a la diabetes.
(4) Hay quienes por su estratégica ubicación señalan a los terrenos donde se encontraba el desaparecido hospital Pedro Borras como el lugar para erigir un hotel de turismo de salud.
(5) Cuba tiene actualmente uno de los mayores por cientos de ciudadanos propietarios de sus viviendas del mundo.
Blog del autor: tiempocubano.blogspot.com
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