El 87% de la población sufre niveles de contaminación desaconsejados por la Organización Mundial de la Salud
Los malos vientos que ha traído la crisis financiera se están llevando año a año pedacitos de la contaminación que cubre las ciudades y pueblos españoles. Pero no son aires de cambio, sino que tan sólo ayudan a maquillar de forma coyuntural el techo gris de las urbes. Durante 2010, el 37% de los españoles tuvo que respirar niveles ilegales de contaminación en su entorno al menos algún día, lo que supone un total de 17,7 millones de personas.
De hecho, el porcentaje de españoles que se ve obligado a respirar aire contaminado por encima de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) supera los 40 millones de personas, el 87% de la población. Son las dos principales conclusiones del sexto informe anual de calidad del aire elaborado por Ecologistas en Acción, presentado ayer, que señala un pequeño descenso paulatino de la polución durante los tres años.
El nivel de polución viene cayendo desde 2008 debido a la crisis
En 2008, las mediciones de partículas en suspensión (PM10) y de dióxido de nitrógeno (NO2) estaban por encima de los límites marcados por la OMS para el 84% de la población española; en 2009, esta proporción había descendido hasta el 79%; y en 2010, los últimos datos con que se cuenta, estas partículas nocivas afectan al 77% de los españoles.
Miles de muertes prematuras
«La calidad del aire en España es mala. Mejora un poquito cada año, pero en la actualidad nueve de cada diez españoles respira aire contaminado y uno de cada tres, 17 millones, respiran aire que además de malsano es ilegal», resume el responsable de transporte de la organización, Paco Segura. Para este portavoz, la cifra «no es ninguna tontería», dado que cada año mueren en España entre 16.000 y 20.000 personas de forma prematura por culpa de la polución, según datos del Ministerio de Medio Ambiente y de la Comisión Europea (CE) del año 2005.
En España mueren más de 16.000 personas por culpa de partículas nocivas
El mayor foco de contaminación en las urbes, donde se concentra gran parte de esa población afectada, es el tubo de escape del tráfico rodado. El mejor indicador del problema de la polución de las ciudades es el nivel de NO2 que proviene de la oxidación del monóxido de nitrógeno que emiten los automóviles, sobre todo los diésel. De ahí que los principales puntos que superan los límites legales para este gas se concentren en las grandes metrópolis, como Madrid y Barcelona (ver mapa).
Las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) son otros elementos contaminantes cuyos límites legales se rebasaron en España el año pasado, en especial en zonas industriales donde se producen por la combustión de carburantes fósiles, como Madrid, Barcelona y Asturias.
El ozono troposférico (O3), que surge tras una serie de reacciones fotoquímicas que tienen su origen en la contaminación urbana, superó los niveles permitidos por la normativa en numerosas áreas por todo el territorio español. Este contaminante secundario surge en unas condiciones meteorológicas que no se dan en el centro de las grandes ciudades, sino en los cinturones metropolitanos y en las áreas rurales circundantes, como en la cuenca del Tajuña, el corredor del Henares y la Sierra Norte, en el entorno de Madrid.
«La calidad del aire es mala. Además de malsano es ilegal», dice un portavoz
El dióxido de azufre, más preocupante en los ochenta del siglo pasado, no superó en ningún punto de medición el límite legal, aunque sí las recomendaciones de la OMS en torno a centrales térmicas, como sucede en Asturias.
La organización ecologista denuncia que «los límites se van traspasando año a año», una situación «muy grave» frente a la que las administraciones no están tomando las medidas necesarias. Según Segura, la CE «está a punto de llevarnos al Tribunal de Justicia Europeo», ya que inició, en enero de 2009, un procedimiento de infracción contra España por el incumplimiento de la normativa sobre calidad del aire. «Y no se ha hecho nada», aseguró.
El representante de la organización reconoció que el porcentaje de población afectada por la contaminación se reduce cada año desde 2008, algo que achacó a la crisis: «Es el resultado de una situación coyuntural, no de una respuesta estructural», expresó Segura.
Un ejemplo del origen económico de la reducción de la polución sería que el último año también cayó el uso de combustibles fósiles en España, un 2,1%. Además, los españoles han optado por comprar coches más pequeños y menos contaminantes «gracias a las ayudas», reconoció.
A esto se sumó la disminución del consumo eléctrico y el crecimiento de la importancia de las energías renovables, lo que supuso un menor funcionamiento de las centrales térmicas, un 35% menos en el caso de las de carbón, según indicó. El factor meteorológico también puso su granito de arena, ya que la lluvia ayuda a la dispersión de las partículas contaminantes y en España no se registra una sequía grave desde 2006.
A todo esto se une que, como denuncia la organización ecologista, determinadas administraciones como las de Madrid y Zaragoza retiran las estaciones de medición de aquellos puntos que suelen dar niveles altos de polución. «Estos datos demuestran que reducir el tráfico funciona, que usar más energías limpias funciona. Esa debe ser la línea de actuación», concluyó el portavoz.
Fuente: http://www.publico.es/ciencias/398674/mas-de-17-millones-de-espanoles-respiran-aire-contaminado