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Más de veinte jóvenes valencianos se enfrentan a varios años de prisión por incidentes con la extrema derecha

Fuentes: La Marea

Tras el ruido y el pánico desatado con la entrada de la ultraderecha a las instituciones, existen otros hechos que han pasado relativamente desapercibidos. Los movimientos sociales valencianos denuncian varios casos que han terminado en detenciones y en altas peticiones de penas para varios jóvenes por denuncias de grupos de extrema derecha, desde VOX hasta neonazis.

Son más de una veintena las personas que podrían entrar a prisión, y algunos de estos juicios están ya previstos para los meses siguientes.

Una de las primeras causas fue juzgada el pasado abril, que terminó con la condena de un activista antifascista de Castelló, a quien se le imputó la responsabilidad de la colocación de un muñeco manchado con pintura roja simulando sangre y con una foto del líder de VOX, Santiago Abascal, en una plaza. A pesar de asegurar que no encontrarse en la ciudad aquel día y de negar rotundamente su responsabilidad, la policía le atribuye las huellas encontradas en un celo de los que tenía pegados el muñeco. Un celo que había sido usado, tal y como afirman varios testigos, para otros carteles, y que no implicaba que el acusado hubiese realizado el muñeco objeto de la denuncia. El juez dio por válido el señalamiento policial de esta persona tan solo por dicha huella, y consideró que la acción se trataba de una amenaza. Lo ha condenado a ocho meses de prisión y a una multa que supera los mil euros, basándose, además, en los informes de la Brigada de Información de la Policía Nacional sobre la militancia política de esta persona.

Este caso contrasta con el que destapó lamarea.com en junio de 2020 relacionado con un exmilitar que salía en un vídeo disparando con armas de fuego contra las fotos de varios miembros del Gobierno. La Audiencia Nacional archivó la causa en enero de 2021, aduciendo que la acción no iba dirigida al Ejecutivo, ni siquiera “que hubiera amenaza seria, real y perseverante de un mal futuro, injusto, determinado, posible, causante de una intimidación natural y dependiente de la voluntad exclusiva del sujeto activo”.

En octubre serán juzgados catorce vecinos de Pego, el primero de los tres casos a los que se enfrentarán próximamente más de veinte activistas valencianos, y para los que ya se han iniciado campañas de solidaridad.

El caso de Pego

El caso que más personas sentará en el banquillo será el de los incidentes que protagonizaron los ultras neonazis de Gandia tras su paso por la localidad de Pego, y que terminó con catorce vecinos detenidos. Tras llenar el pueblo de pegatinas con la cara de Hitler e insultar a varios vecinos, los neonazis, que habían llegado a mediodía con la excusa del partido de fútbol, tuvieron que ser protegidos y escoltados por la Guardia Civil ante la espontánea respuesta de más de un centenar de personas. Los ultras quedaron acorralados en el campo de fútbol, rodeados por cientos de personas contra las que terminó cargando la Guardia Civil, sucediéndose enfrentamientos entre los agentes y un grupo de jóvenes.

Días más tarde, la Guardia Civil se personaba en los domicilios y los trabajos de varios vecinos del pueblo para llevárselos detenidos acusados de atentado contra la autoridad. El próximo octubre arranca el juicio contra catorce de ellos, a quienes les piden entre cuatro y nueve años de prisión. Ninguno de los neonazis gandienses está imputado en esta causa.

Los cuatro de Alacant

En mayo de 2021, la Universitat d’Alacant albergó en sus instalaciones un acto ‘en defensa del español’ organizado por el Consejo de Estudiantes de la Universidad de Alicante (CEUA), al que se invitó como ponentes a la entonces diputada y secretaria general de VOX, Macarena Olona, y el escritor recientemente fallecido Fernando Sánchez Dragó. Grupos de izquierdas convocaron una protesta en el campus, que se desarrolló sin incidentes y bajo un estricto dispositivo policial. Sin embargo, el diputado de VOX David García aseguró aquel mismo día en su cuenta de Twitter que había sido insultado y que le habían intentado agredir, y subió una foto de la protesta rodeada de agentes de la Guardia Civil.

Ninguno de los manifestantes fue identificado en el momento, ni hasta hoy se ha publicado ninguna otra imagen que acredite los hechos denunciados, más allá de las fotos que aporta el denunciante en su cuenta de Twitter. Su versión estaría apoyada por la de un agente de la Brigada de Información de la Policía Nacional que habría estado en la zona. La denuncia ha acabado en la Audiencia Provincial de Alacant, y cuatro activistas se enfrentan a una petición de tres años de prisión por supuesto delito de atentado y coacciones por parte de este partido, y a un año y nueve meses de prisión por parte de Fiscalía.

Preguntado por lamarea.com sobre este tipo de casos, el profesor de Derecho Constitucional Joaquín Urías considera que “a menudo basta la declaración de un policía para condenar a grupos enteros de activistas incluso sin individualizar al autor de ningún delito. Se aplica la responsabilidad colectiva y los jueces basan su convicción en cualquier indicio”. Además, afirma que “jueces y fiscales actúan bajo la percepción de que los jóvenes de izquierda amenazan el sistema mientras que los policías o los ultraderechistas lo defienden”, ya que, según el jurista, “ideológicamente comparten muchas más cosas con la derecha y con frecuencia no son capaces de abordar los asuntos con la debida neutralidad e imparcialidad”.

El caso de Alacant no es el primero en el que VOX como partido o sus miembros bajo el amparo de otras organizaciones denuncian a los activistas que protestan. El caso del mitin de Vallecas en 2021 fue uno de los mayores ejemplos de una estrategia de la provocación que ha usado tradicionalmente la extrema derecha, y que tiene como uno de sus objetivos criminalizar y encausar a sus opositores. Esta fórmula no es nueva en España, y esta semana la volvió a representar el diputado de VOX en Catalunya, Ignacio Garriga, que se bajó del escenario y y fue a enfrentarse a un grupo de personas que protestaba pacíficamente a varios metros de su mitin.

A lo largo del Estado hay numerosos procedimientos similares no sólo contra quienes se han manifestado contra VOX, sino también contra quienes han tenido encontronazos con miembros de grupos neonazis y fascistas, que siguen activos en las calles y tratando de aprovechar la normalización de sus discursos de odio para intentar volver a hacerse visibles. Muchos de estos neonazis siguen poblando las gradas ultras de varios estadios españoles y sus inmediaciones, como es el caso de València, y al que pertenecen los protagonistas de otro incidente que ha terminado con cuatro antifascistas denunciados.

Los cuatro de València

Dos policías de paisano desenfundan sus armas y apuntan a varios jóvenes que huyen. Les dan el alto y les retienen exigiéndoles que se sienten en el suelo. Otro agente retiene a otros dos jóvenes en una calle adyacente. Estos dos policías acaban de presenciar un encontronazo entre estos y un grupo de neonazis en la zona cercana a Mestalla, donde suelen parar a menudo los ultras del València CF. Los cuatro detenidos son antifascistas, y aquella noche de julio de 2021 tuvieron la mala suerte de cruzarse con conocidos neonazis de la ciudad, que, según cuentan en un comunicado, increparon a dos de ellos, de origen migrante, con insultos racistas. Se inició una pelea que duró “unos pocos segundos”, según declaran los agentes de policía que fueron testigos. Estos dos policías se encontraban de paisano por la zona haciendo labores de información sobre los grupos ultras, a los que pertenecían los denunciantes, y fueron casualmente testigos del suceso. Aunque en el momento no se produjo ninguna detención, a pesar de las identificaciones, días más tarde, los cuatro jóvenes serían citados a comisaría, donde acudieron a prestar declaración tras la denuncia de cuatro conocidos neonazis, afines al partido España2000.

Los cuatro jóvenes antifascistas se enfrentan ahora a penas que superan los seis años de prisión, y llevan ya un tiempo siendo señalados en varias redes de la extrema derecha valenciana, que pretende convertirlos en su particular trofeo. València había sido siempre un bastión de los grupos neonazis, pero desde hace unos años, coincidiendo con la irrupción de VOX, y con el crecimiento del movimiento antifascista en todo el territorio valenciano, estos grupos han ido desapareciendo y han acabado recluidos prácticamente en los ambientes futbolísticos.

Aunque se trata de casos distintos, todos los relatados anteriormente han motivado la reacción de numerosos movimientos sociales valencianos para mostrar unidad. El próximo 23 de septiembre está previsto un gran acto de apoyo en Pego, a pocas semanas de iniciarse el juicio, y cada caso ha iniciado una campaña propia para dar a conocer los hechos y visibilizar un conflicto que siempre ha existido y que una parte de la sociedad ignoraba.

Fuente: https://www.lamarea.com/2023/07/18/mas-de-veinte-jovenes-valencianos-se-enfrentan-a-varios-anos-de-prision-por-incidentes-con-la-extrema-derecha/