Es una nota de urgencia de la agencia EFE, Tokio, que toma pie en informaciones de la cadena pública nipona NHK [1]: trabajadores de la planta de Fukushima han detectado una nueva fuga de agua radiactiva. La fuga está ubicada «en una de las áreas destinadas a los tanques para almacenar el líquido que se […]
Es una nota de urgencia de la agencia EFE, Tokio, que toma pie en informaciones de la cadena pública nipona NHK [1]: trabajadores de la planta de Fukushima han detectado una nueva fuga de agua radiactiva.
La fuga está ubicada «en una de las áreas destinadas a los tanques para almacenar el líquido que se usa para refrigerar los reactores». Técnicos de la central «encontraron la filtración cerca de una de las barreras que rodean una zona de contenedores junto al reactor 4 y trataron de contenerla con sacos de arena». El reactor 4 tiene en su techo las más de mil barras radiactivas de combustible que tienen que ser trasladas en breve, en una intervención técnica de enorme complejidad nunca realizada hasta el momento.
La fuga produjo un charco en el que se detectaron unos 140 becquereles/litro de estroncio radiactivo. El estroncio 90 es, entre otras cosas, uno de los elementos más importantes de la contaminación de Chernóbil. Es un radionúclido que se incorpora al organismo, a los huesos, Actúa como el calcio [2]. El Bq mide la cantidad de radiactividad contenida en una muestra dada de materia. Un becquerelio corresponde a aquella cantidad de elemento radiactivo en la que ocurre una desintegración atómica por segundo [3] .
Representantes de TEPCO, han asegurado que el agua no ha llegado, hasta el momento, hasta ninguna zanja ni desagüe que conduzca al mar. Podemos poner todos los paréntesis que creamos necesarios y todas las dudas que sean razonables. Explicaron también que la fuga se produjo cerca de una válvula de drenaje. Ésta permanecía cerrada. La corporación está investigando por ello el origen de la filtración. Algunos ingenieros han apuntado la posibilidad «de que se deba a unas juntas defectuosas en la barrera que rodea el área de almacenamiento. Esta barrera está levantada a base de bloques de hormigón unidos mediante soldadura o fijaciones metálicas».
Recuérdese que el pasado agosto uno de los tanques de almacenamiento de líquido radiactivo dejó escapar 300 toneladas de agua muy tóxica, una parte de la cual llegó al mar. No todos los contenedores del mismo modelo han podido ser sustituidos hasta el momento. Este tipo de tanque fue construido de manera rápida y, punto esencial, «económica» (hay que disminuir costes sea como sea incluso en operaciones de este tipo y en circunstancias como las actuales). Las juntas de esos tanques defectuosos están unidas con resina en vez de con soldadura.
Controlar, por una parte, las fugas de estas cisternas y, por otra, del líquido radiactivo que se acumula en los sótanos de los reactores atómicos es el principal desafío para los técnicos e ingenieros en estos momentos. El agua que se estanca en las bases de los edificios de los reactores, producto de las filtraciones del refrigerante, y la de los acuíferos naturales que penetran también en los sótanos, hace que la central vierta diariamente unas 300 toneladas de agua radiactiva al mar, al océano. La contaminación se extiende por el Pacífico.
Escenarios posibles. David Suzuki ha señalado que en caso de que hubiera otro terremoto de magnitud siete o superior se produciría una evacuación completa de América del Norte y el «adiós a Japón» [4]. «He visto un estudio que dice que si en realidad la cuarta planta colapsa por un terremoto y las varillas quedan expuestas, es el adiós a Japón y todo el mundo en la costa oeste de América del Norte debe ser evacuado».
No es Suzuki un aficionado al tema. Galardonado con 16 premios académicos importantes y presentador de una popular serie de CBS, ‘La naturaleza de las cosas’, fue el orador principal en un simposio científico sobre ecología del agua en la Universidad de Alberta, EE.UU. «En vez de limitarse a discutir los ecosistemas marinos o de agua dulce, Suzuki lanzó una advertencia muy seria sobre el futuro de Fukushima y sus consecuencias potenciales para todo el planeta». Hablando de la naturaleza de la bomba de tiempo que hace tictac en Fukushima, reiteró que la planta atómica nipona accidentada es quizás la mayor amenaza para la humanidad y el planeta a la que nos enfrentaremos en un futuro inmediato. «Fukushima es la situación más terrible que me pueda imaginar. Tres de las plantas fueron destruidas en el terremoto y el tsunami. Una cuarta resultó dañada de tal forma que el temor es que, si hay otro terremoto de magnitud siete o mayor, ese edificio colapsaría desatando un infierno. Y la probabilidad de un terremoto de este tipo en los próximos tres años es más del 95%».
Otra gran amenaza, señaló Suzuki, surge del plan de extracción del combustible radiactivo de la planta afectada. Tepco ha anunciado, como se indicó, «que pronto comenzará a intentar la extracción de más de 1.200 bloques usados de combustible nuclear de una piscina de enfriamiento». Los científicos de todo el mundo han advertido desde hace más de dos años «de los peligros y las consecuencias a nivel global que puede acarrear este proceso que tendría lugar cerca del reactor número 4».
Recordemos el «Chernóbil (y más que Chernóbil) a cámara lenta» del nos habló poco días después de la hecatombe de 2011 el científico comprometido Eduard Rodríguez Farré.
PS. Algunas referencias de interés de un lector de Público:
http://www.youtube.com/watch?v=Pz1j4IHcsP4
http://www.theherald.com.au/story/1848433/the-ocean-is-broken/ (testimonio de un navegante entre Japón y California).
http://www.youtube.com/watch?v=iwg0r9R1aFE (Dr. Michio Kaku sobre Fukushima)
http://www.youtube.com/watch?v=X3KNq-PtJZ4
http://www.youtube.com/watch?v=lU69NlZeCzs
Notas:
[1] http://www.publico.es/internacional/481175/detectan-una-nueva-fuga-de-agua-radiactiva-en-fukushima
[2] El estroncio y otros elementos, como el yodo por ejemplo, c onsiguen incorporarse al cuerpo humano porque son iguales o equivalentes a elementos no radiactivos que existen en la naturaleza que son necesarios para la vida humana.
[3] Una central nuclear de 1.000 MW emite del orden de 9.500 becquerelios por cada kWh generado. Ello significa mas de 240 billones de Bq por cada año de funcionamiento.
[4] http://actualidad.rt.com/actualidad/view/110655-terremoto-fukushima-evacuacion-eeuu-adios-japon
Salvador López Arnal es miembro del Front Cívic Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra, director Jordi Mir Garcia).
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