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Más sobre la trama UBT [Urdangarin-Borbón-Torres]

Más hilos de una madeja inconmensurable

Fuentes: Rebelión

Tomo de nuevo pie básicamente en un excelente artículo de Alicia Gutiérrez de Público [1], la magnífica periodista que nos sigue informando incansablemente sobre una de las peores tramas, de corrupción y finanzas, conocida hasta el momento en nuestra demediada democracia monárquica española. Julita [¿] Cuquerella firma sus cartas como «asistente personal de Iñaki Urdangarin», […]


Tomo de nuevo pie básicamente en un excelente artículo de Alicia Gutiérrez de Público [1], la magnífica periodista que nos sigue informando incansablemente sobre una de las peores tramas, de corrupción y finanzas, conocida hasta el momento en nuestra demediada democracia monárquica española.

Julita [¿] Cuquerella firma sus cartas como «asistente personal de Iñaki Urdangarin», el aristócrata. Es su secretaria. Según fuentes de la propia compañía, su única labor en Telefónica, la multinacional dirigida por César Alierta, el presidente del Consejo Económico-Social de la UNED, es asistirle. Tan sólo eso.

Pero hay más desde luego o bien la asistencia tiene numerosos registros complementarios. Cuquerella cruzó en 2011 varios correos electrónicos con Marco Tejeiro [2], el contable del Duque palmesano y cuñado de Diego Torres, el ex profesor, el ex socio del marido de Cristina de Borbón, el economista (o afín) que consiguió su doctorado en ESADE con una tesis en la que citaba en bibliografía varios artículos supuestamente del yernísimo y en la que tomaba una parte sustantiva de sus actividades empresariales y del Duque como base empírica de sus ideas, tesis y conjeturas.

Los correos Tejeiro-Cuquerella hablaban de una empresa, Roakadvice S.L., ajena en principio a la madeja empresarial que el aristocrática siguió tejiendo en su «exilio» en Washington, tomando, vale la pena insistir, la embajada española en la ciudad como parte nuclear de su teatro de operaciones. Constituida en febrero de 2011, Roakadvice S.L se dedica, era de esperar, «al asesoramiento empresarial». Alicia Gutiérrez señala que figura en ella como único accionista Juan Carlos Ros Brugueras. ¿Quién es este Ros Brugueras? Alguien que hasta hace pocos meses compartió mesa con el yernísimo en Telefónica Brasil y que, según su propio hermano a quien extrañaba que Juan Carlos tuviera una empresa de propiedad [3], seguía trabajando para Telefónica «como externo».

Brasil es, pues, el nexo de unión entre el yerno del Rey y Ros Brugueras. El aristócrata, el duque consorte, quería completar su círculo empresarial en uno de los países del BRIC. Tocar todas las teclas da mejor resultado que centrarse sólo en algunas de ellas. Y la ambición, sabido es, puede no tener límites. Aizoon, la empresa Urdangarin-Borbón, realizó también actividades con empresas brasileñas. La Familia Real también extendió sus hilos.

Alicia Gutiérrez se puso en contacto con la secretaria del yernísimo. Roakadvice S.L es ajena al Duque palmesano, aseguró Cuquerella, pero, eso sí, comparte contable, Marco Tejeiro, con él. ¿Comparten contable? Si fuera el caso, ¿por qué este intercambio de correos si Cuquerella es sólo es secretaria del ejecutivo aristócrata de Telefónica? Su respuesta: porque también es secretaria de Tejeiro, del contable del yernísimo. Todo parece ser uno y lo mismo. Sin embargo, un representante autorizado de Telefónica había indicado a la periodista de Público que Cuquerella era sólo asistente personal del Duque palmesano y que nunca había sido secretaria de Ros Brugueras. Otra contradicción más.

La verdad es la verdad, la dijera Agamenón o la dijera el porquero, señaló Machado en su Juan de Mairena. El cúmulo de falsedades, medias verdades, informaciones inexactas, desconexiones forzadas del caso y la trama alcanza tales dimensiones e incorpora tantos vértices, privados e institucionales, que todo hace pensar no sólo en un episodio más de esta edad de la codicia y del «todo vale» en la que seguimos inmersos, con un entorno bobalicón de «gentes de bien» serviles, sino que estamos aún lejos, bastante, lejos de conocer todas las caras y pliegues de este inmenso poliedro y que el relato monárquico, la «narrativa borbónica» que se ha intentado difundir urbi et orbe, no sólo hace enrojecer al más pintado sino que no se puede coger ni por las comas. Ni pudieron ser sólo actividades del Duque, actuando así como un llanero financiero solitario, ajenas completamente a la que sigue siendo su señora, ni su «exilio» -ordenado o sugerido- en Washington significó su desvinculación de sus singulares actividades empresariales ni su uso de la embajada española en la capital americana, protesta pública del embajador incluida, permite hacer creíble la desconexión y rechazos monárquicos de alguien que seguía siendo parte integrante, incluida su asistencia a actos institucionales oficiales, de la Familia Real.

Que la Reina Sofía siga dando apoyo explícito al aristócrata, y de paso a su hija, y que afirme estar segura de su inocencia es un misterio insondable… o acaso, por qué no, indicio no disparatado de senderos aún más tenebrosos. En este caso, pensar mal (es decir, bien) es acertar.

Notas:

[1] Alicia Gutiérrez, «La secretaria hizo gestiones para una firma en teoría ajena su jefe», Público, 24 de enero de 2011, p. 15

[2] Tejeiro, recuerda Alicia Gutiérrez, reconoció ante la Policía y el fiscal anticorrupción el pasado noviembre ser autor de un manuscrito usado por la trama UBT como guía par evadir dinero.

[3] La posibilidad de que Juan Carlos R. B sea un hombre de paja parece evidente.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.