Una aproximación de urgencia. A pesar de las concesiones sociales de todo tipo, el secretismo antidemocrático, las agresiones medioambientales, el publicitado viaje usamericano y los elogios serviles al estado racista y anexionista de Israel, el gobierno privatizador de Mas y Mas-Colell no ha conseguido finalmente la apuesta Eurovegas. Mis condolencias para los ciudadanos-trabajadores de la […]
Una aproximación de urgencia.
A pesar de las concesiones sociales de todo tipo, el secretismo antidemocrático, las agresiones medioambientales, el publicitado viaje usamericano y los elogios serviles al estado racista y anexionista de Israel, el gobierno privatizador de Mas y Mas-Colell no ha conseguido finalmente la apuesta Eurovegas. Mis condolencias para los ciudadanos-trabajadores de la comunidad de Madrid.
Mas, el soberbio, aparentó no perder la compostura. Están muy seguros de sí mismos. Se formaron en Aula. El pasado jueves, entrevistado por un Manuel Fuentes cada vez más servil (con los poderosos) e insufrible, apuntó que la Generalitat había dado un plazo a la corporación americana hasta el 31 de agosto. No había habido respuesta y, por tanto, ellos se sentían libres de aceptar otras propuestas. El relato, inverosímil hasta cumbres abismales, se daba de patadas con la explicación previa de Homs, el portavoz del gobierno catalán. Pero, ¿a quién le importa una contradicción así? Son ellos quienes han roto con mister Adelson, no mister Adelson con ellos.
Pues bien, el gobierno ultraconservador de la Generalitat presentó su alternativa a Eurovegas el pasado viernes de la mano de la Caixa-Fainé, Bañuelos y otros representes políticos y económicos. En esencia: seis parques temáticos cerca de Port Aventura, con megahoteles insoportables y casinos en la senda de Eurovegas. Publicitan que supone una inversión de 4.700 millones -habrá que verlo y analizarlo- y la creación de 20.000 empleos directos y otros 20 mil indirectos.
Por debajo de ello: la Catalunya que parece abonar este gobierno y los grupos sociales privilegiados que tan bien representa y defiende: una Catalunya parque temático que reciba millones de turistas anuales (de todo tipo y condición como señaló Mas-Colell en la rueda de prensa), una Barcelona convertida en el GranHotelBCN, una Lleida-Pirineos para el esquí y algún campo agrícola y zonas de Girona reservadas para sus masías y fines de semanas y vacaciones. Algunas cosillas más y a ir tirando para competir, como le gusta decir y repetir a nuestro gran gestor de Tesorería, el conseller de Economía, en este mundo globalizado y americanizado.
El nuevo-viejo proyecto llevará el nombre de Barcelona World. Se situará en unos terrenos propiedad de Caixabank -que desde luego sacará tajada sustantiva con la operación- junto al parque Port Aventura. Los seis complejos turísticos -¡con seis hoteles de 2.000 habitaciones cada uno!- serán «tematizados» y recrearán seis áreas geográficas del mundo: Europa, Estados Unidos, China, Brasil, Rusia e India. La finalidad: atraer turistas de estas zonas del mundo. África no cuenta y Latinoamérica tampoco. No son mundo. ¡Un horror, otro horror, un atraco a mano armada al buen gusto y a las familias trabajadoras que cubrirán, en su gran mayoría, los trabajos menos cualificados en casinos y hoteles!
Dicen esperar tener 10 millones de «visitantes» más (es decir, turismo masivo) y «aspiran a construir el centro de ocio más grande de Europa» [1]. Quieren tener listo todo a finales de 2016. Las constructoras, de nuevo, se van a poner de las botas. Ni les hablo de las condiciones laborales que se vislumbran en el horizonte.
Andreu Mas-Colell, por cierto, un claro defensor del proyecto EuroVegas, ha sido uno de los negociadores-estrella junto con el mismísimo president, ha pedido «no obsesionarse» con equipamientos como los casinos que también están en el proyecto recién anunciado. Son una oferta más de las muchas que incluirá, ha señalado. Si son una más, habrá qué ver su papel. No es improbable que los alrededores que suelen acompañar a los megacasinos estén también presentes en este caso: blanqueo de dinero, narcotráfico, prostitución. Etc. Como en el caso, aunque en menor escala, de EuroVegas. ¿Será compatible todo eso con las «distracciones familiares»?
¿Y quién es el inversor estrella? Tomo nota de una información de Público [2]. Es el grupo Veremonte. El consejero delegado de la empresa, Xavier Adserá, ha señalado que ya disponen «de un 20% del capital necesario para tirar adelante el proyecto». Su principal accionista es el empresario valenciano Enrique Bañuelos, «el máximo exponente del estallido de la burbuja inmobiliaria». Estuvo al frente de la inmobiliaria Astroc.
Un poco de historia:
A finales de 2006, don Bañuelos celebraba la apertura de la sede neoyorquina de su inmobiliaria Astroc con una macropaellada. Para 20.000 personas. Era el tercer hombre más rico de España. Nada menos. Había llegado a ingresar 5.700 millones de euros en un sólo año. ¡Casi 6 mil millones, un billón de las antiguas y añoradas pesetas! Pues bien: este don Bañuelos, «empresario paradigma del auge y el crack de la burbuja inmobiliaria» se asociará con el gobierno de la Generalitat de Catalunya. Dios los crea y ellos se juntan. No importa que sea un empresario blavero-pepero. ¡Nada de tonterías ni exquisiteces!
De hecho, el estallido de la burbuja del ladrillo en España se inició con el desplome de Astroc en bolsa. En la primavera de 2007, recuerda Público, «las acciones de la inmobiliaria del especulador valenciano se desplomaron un 37,23% y provocaron un efecto dominó entre otras empresas del sector. Era el 24 de abril de 2007, el día del pinchazo. Astroc se desplomó en pocas semanas».
Conviene recordar unas palabras de don Bañuelos el especulador. Tomen nota, valen la pena: «A mí me dejan desnudo en Central Park y en 24 horas estoy paseándome por la Quinta Avenida en una limusina». ¿Qué tal tienen el cuerpo?
Tras la caída de la inmobiliaria en 2007, vino la aventura brasileña. Don Bañuelos el Conquistador vendió sus propiedades y participicaciones (habría que saber cómo y con qué procedimientos) y abandonó su querida España. Fundó entonces su nuevo imperio inmobiliario en Brasil. Su grupo empresarial, el que invierte ahora en Catalunya, se convirtió en la tercera sociedad brasileña del sector.
Pero, ¡vaya por Dios!, la jugada -de eso se trata, de jugar- tampoco salió bien al otro lado del Atlántico. Don Bañuelos no culminó ninguno de sus proyectos. Dos empresas en las que era accionista en Brasil (PDG Realty y Brasil Ecodiesel) «perdieron en 2010 la mitad de su valor». ¿Qué hizo don Bañuelos? Saben la respuesta: decidió volver a España comprando el 28,4% del capital de Amper y ¡a jugar!, a probar suerte de nuevo en casa. ¡Los especuladores son así!
Este es el empresario estrella del gobierno ultraconservador catalán. Más o menos como el Javier de la Rosa de los años ochenta y noventa, el empresario ensalzado por don Jordi Pujol, el padre político de don Mas.
¿Decidirá CiU que en la manifestación del próximo 11 don Enrique muy poco partidario por lo que se conoce de autodeterminaciones y autonomías ocupe un lugar destacado? ¿Qué pancarta llevará en sus manos si es el caso? ¿La Catalunya-parque temático Bañuelos un nuevo Estado de la Europa del juego, la infamia y el Capital? ¿Por qué no?
¡Cuánta razón tiene don Millet! En Catalunya, cuentan y mandan unas 400 familias. No más pero si Mas y Fainé… Y don Bañuelos por supuesto.
Notas:
[1] http://www.publico.es/espana/441909/la-generalitat-presenta-la-alternativa-catalana-a-eurovegas
[2] http://www.publico.es/espana/441923/el-socio-de-la-generalitat-es-un-especulador-inmobiliario
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