Ni la revolución permanente ni tampoco la ininterrumpida fueron siempre posibles -eran (casi) tareas sobrehumanas- pero sí, con seguridad y con mucha historia detrás, la crítica atenta que, como el rayo, ni cesó ni ha cesado. La crítica, en su justa medida, no cuando ha sido usada para fines bastardos, ha sido y es una […]
Ni la revolución permanente ni tampoco la ininterrumpida fueron siempre posibles -eran (casi) tareas sobrehumanas- pero sí, con seguridad y con mucha historia detrás, la crítica atenta que, como el rayo, ni cesó ni ha cesado. La crítica, en su justa medida, no cuando ha sido usada para fines bastardos, ha sido y es una de las señas vindicables de las izquierdas transformadoras, de las que no han entregado su alma y sus cuerpos a la lógica del capital y sus alrededores. Juan Torres López [JTL] ha practicado desde siempre y con acierto ese necesario jardín que probablemente el mismísimo Voltaire añorara. Para beneficio de todos y para la formación de mucho de nosotros.
Pues bien, esta positiva senda ha sido cultivada recientemente por nuestro gran economista en un artículo titulado «Frustrante Izquierda Unida» [1]. Pretendo apuntar aquí algunos matices.
JTL afirma que «a pesar de todas sus limitaciones, IU es hoy día el elemento político principal para aglutinar a quienes nos oponemos a las políticas neoliberales que se están aplicando». Reconoce que «desde dentro de esa coalición se están dando pasos muy positivos para facilitar la convergencia de las personas y organizaciones que luchamos» contra el daño permanente que provoca el capitalismo en el que vivimos. La mayoría de sus dirigentes y agrupaciones «están implicados con acierto y gran compromiso en esa lucha», pero reconocerlo, prosigue, no le impide «señalar que existen todavía lastres y herencias con los que no se termina de romper y que hacen muy difícil, por no decir imposible, que Izquierda Unida deje de ser una fuerza casi marginal en la sociedad y en la vida política española».
Que IU deje de ser lo que JTL señala, presupone que es eso lo que es actualmente. En mi opinión (y aunque no sea punto esencial en su comentario) no es inmediato que IU sea hoy «una fuerza casi marginal en la sociedad y en la vida política española». Tanto da, pelillos a la mar. Lo importante son los lastres y herencias de IU que el gran economista señala y denuncia.
La primera crítica apunta al grupo parlamentario. Como si se fuera un verbo alemán, la dejo para el final de esta nota. Señala JTL a continuación que vuelve a salir en la prensa «el escandaloso caso del representante de IU antes en Caja Madrid y ahora en Bankia, José Antonio Moral Santín». Moral Santín recibe, según parece, más de 500.000 euros anuales «por su presencia en diversos consejos de administración». Apoyándose en una información de Estrella Digital , JTL afirma JTL que Moral Sandín «siempre se ha opuesto (no es de extrañar) a las políticas financieras de la coalición y a las propuestas de nacionalización que Izquierda Unida ha apoyado».
Desconozco el caso por dentro. Si fuera así, si Moral Santín recibiese esa cantidad y se apropiase de ella en su totalidad (que no es probable) no habría por donde cogerlo. Ni por los pies ni por las necesidades económicas de la coalición. Si, además de ello, Moral Santín se opone a la política económica de la coalición por, digamos, su ubicación ejecutiva en el falsario y salvaje mundo de las finanzas, el asunto es de escándalo (aunque es algo viejo y tiene que ver, según creo, con las singularidades y correlaciones de fuerza de la federación de Madrid de IU). ¿Nadie ha tomado medidas en la dirección federal de IU ante un caso así? ¿Por qué no se tomaron cuando Llamazares era coordinador general? ¿Pueden tomarlas? ¿Tal mal está la situación en la Comunidad de Madrid para que alguien haga y deshaga barbaridades a su antojo, rodeado de euros y de un cinismo poliético abisal? Si es así, tiene razón JTL en poner su grito en el cielo y su indignidad en la tierra.
Pasa Juan Torres López a comentar el caso de la alcaldesa de Manilva que lo es con los votos de IU y una formación municipal «independiente». Tomando pie en El País de 30 de enero, un apoyo muy poco recomendable, JTL comenta que la alcaldesa «ha colocado en diversos puestos del Ayuntamiento a los 17 miembros de la lista de IU así como hasta 57 familiares directos o políticos de estos, de los cuales 13 son parientes de la regidora». Puede ser así, no puedo afirmar lo contrario con seguridad, pero basta una llamada a la alcaldía, a su servicio de prensa, que desde luego puede vender duros a media peseta, para informarse de que la situación no es ni mucho menos esa y que los 57 familiares directos como los 13 parientes son, básicamente, aritmética elemental creativa de El País, simple suma de falsedades según comentario del responsable de prensa del municipio [2].
JTL señala finalmente que le ha llegado estos días un enlace a la página de las Juventudes Comunistas de Andalucía [3] que pone los pelos de punta: «[…] además de reclamarse seguidores de la obra de Stalin, presentan su club de alpinismo que lleva el nombre de Ramón Mercader y cuyo lema es «Clavando fuerte desde 1940″». Tiene toda la razón JTL y le sobran motivos: pone los pelos de punta y golpea el alma de cualquier comunista no cegado. ¿A santo de qué viene reivindicar el nombre de aquel cuadro-dirigente del PSUC capaz de cometer, por seguidismo atroz, la mayor de las barbaridades? ¿Cómo puede seguir vindicándose algo de aquel legado criminal? ¿Qué puede querer significar «clavando fuerte desde 1940»? ¿No huele el lema a lo peor de lo peor, a estalinismo criminal absolutamente desinfomado?
JTL reconoce que esas cosas pueden pasar en otros partidos salvo, añade, «la apología de asesinos políticos, que solo ocurre en algunos de extrema derecha fascista o nazi». No es punto nuclear pero no es evidente que esto sea exactamente así. Más de uno e incluso más de diez partidos de derecha liberal, no digo autoritaria, vindican nombres de políticos asociados a crímenes de lesa humanidad. Baste pensar en el lanzamiento de las bombas sobre la población de Hiroshima y Nagasaki [4] y la consideración sobre el presidente Truman en la historia política norteamericana. Los ejemplos europeos similares son legión.
JTL sostiene que casos así, como los de las JC andaluzas, no deberían suceder nunca y «que, si desgraciadamente aparecen, deben ser erradicados inmediatamente y no dejarlos ir» La cuestión no es baladí concluye Si no se «desentiende definitivamente de quienes entienden la política como un negocio personal» o -y aquí es algo injusto- «como un pasatiempo ideológico de desocupados que nunca han dado un palo al agua y si no va más allá de lo que quieren imponerle quienes están en el pleistoceno de las ideas políticas», IU nunca dejará de ser una simple fuerza testimonial y practicará «el viejo modo de hacer política».
No sólo es eso aunque siendo eso también: IU no puede abonar senderos de infamia, le lleven o no a ser fuerza testimonial. Y ese, el abonado, consciente o inconscientemente, con «buena» o mala intención, no por las Juventudes comunistas andaluzas, sino por una delegación sevillana de las JC, es un abismo de indignidad y abyección impropio de una fuerza que quiere transformar el mundo desde una perspectiva economunista.
La cuestión político-organizativa que aquí asoma: ¿pasa la cuestión por expulsar como parece apuntar JTL a la organización juvenil de las filas de IU? ¿No es esto también política vieja? En mi opinión y por motivos estatuarios, ni la dirección federal de IU puede tomar una decisión así ni debería hacerlo desde un punto de vista estrictamente político. Las Juventudes andaluzas, las de Sevilla si no ando errado, han cometido un error de bulto, inadmisible, han abonado la barbarie político-cultural. ¿De qué se alimenta su cosmovisión para vindicar uno de los peores páginas, un página criminal de la tradición? De nada bueno desde luego. Pero no creo cometer ninguna ingenuidad si señalo que mucho hay en ella de desinformación, repetición talmúdica de lemas y pésima orientación (por no apuntar a la ocurrencia de algún «gracioso consentido»). Algo hay que hacer, desde luego, y es urgente. Mucho trabajo pasa por informar, discutir y dialogar.
Queda el asunto de Gaspar Llamazares. JTL critica su marginación del grupo parlamentario de IU en el Congreso de Diputados. El líder de Izquierda Abierta -¡menudo nombrecito que buscaron!- que «es reconocido por propios y extraños como uno de los mejores y más inteligentes parlamentarios de España» no merece un trato así.
No se vea en lo siguiente ninguna crítica a la actividad política de Llamazares, de quien no tengo ningún reparo en destacar su brillante trabajo, su honestidad y su coherencia, pero no logro ver que su caso tenga nada que ver con los otros tres asuntos apuntados por JTL ni incluso que sea un caso de «marginación política». Los diputados elegidos por IU, ICV y Chunta se reunieron y llegaron a acuerdos, nada fáciles por lo demás, sobre la composición y actividades del grupo. No se trataba de marginar a nadie aunque los protagonismos (de todos, sin exclusiones), las viejas historias y las desconfianzas pudieron jugar, jugaron de hecho, aquí su papel. Pero no pasa nada porque Llamazares, o Alberto Garzón por ejemplo, tenga menos protagonismo -¡y habrá que verlo!- que Cayo Lara o José Luis Centella. No acabo de ver acciones antidemocráticas en el procedimiento usado ni intentos de situar a nadie en la cuneta política parlamentaria.
No vacilo tampoco en reconocer que si yo hubiera tomado parte en la discusión no hubiera abonado con mi voto la decisión tomada. Había otros escenarios, si no mejores acaso más generosos. Pero, sea como sea, el existente no puede ofender a nadie.
IU debe cultivar la crítica y la transformación permanentes. Pero JTL estará conmigo que tres eran tres las hijas de Elena y que cualquier generalización apresurada, que él está lejos de cometer, es un torpe y falaz ejercicio argumentativo.
Notas:
[1] http://www.rebelion.org/
[2] Conversación personal telefónica de 3 de febrero de 2012.
[3] Creo que el enlace es este: http://tiendajca.tumblr.com/
[4] Véase el imprescindible ensayo de Kenzaburo Oé, Cuadernos de Hiroshima. Anagrama, Barcelona, 2011.
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