Mayo ha sido florido, lluvioso y tormentoso en la historia. En mayo se fundó el Partido Socialista Obrero Español y el pueblo de Madrid se levantó contra el francés. En Estados Unidos lo fue entre el 1 al 4 de mayo con las revueltas obreras y la masacre de la plaza Haymarket en Chicago. Sobre […]
Mayo ha sido florido, lluvioso y tormentoso en la historia. En mayo se fundó el Partido Socialista Obrero Español y el pueblo de Madrid se levantó contra el francés. En Estados Unidos lo fue entre el 1 al 4 de mayo con las revueltas obreras y la masacre de la plaza Haymarket en Chicago. Sobre algunos acontecimientos ya he tenido la oportunidad de escribir, sobre otros hablaremos en otro momento. Hoy por hoy, para mí, Mayo, a más de florido, es un mes de lucha y reivindicación de la clase obrera.
Diferentes acontecimientos han conformado mi pensamiento y hasta mi forma de actuar. Corrían los primeros años del siglo XIX cuando se produjeron en España una serie de acontecimientos trascendentales: la invasión francesa y la guerra de la Independencia. Constitucionalismo, absolutismo e inquisición. Dos reyes fueron los responsables de que el ejército aliado de Napoleón ocupara Madrid. Dos reyes «por la gracia de dios», Borbones y traidores para más señas.
El 2 de mayo de 1808, a primeras horas de la mañana, la multitud comenzó a concentrarse ante el Palacio de Oriente. Los soldados franceses sacaban al infante Francisco de Paula, para llevarle a Francia con su real familia. Al grito de «¡Que nos lo llevan!», el gentío intentó asaltar la comitiva. «En el Pretil de los Consejos, por San Justo y por la plazuela de la Villa, irrumpía una considerable multitud de gente armada de los barrios bajos». (Benito Pérez Galdós, El 2 de Mayo). En el Salón del Prado fueron fusiladas 32 personas, otras 11 en Cibeles, Recoletos y Puerta de Alcalá. Al día siguiente los franceses fusilaron a 24 madrileños en la montaña del Príncipe Pío.
El pueblo contra los franceses, los liberales contra los absolutistas reales, Fernando VII contra el pueblo, la razón contra el despotismo y el oscurantismo contra la ilustración. Con el «¡vivan las caenas!» y derogando la Constitución de Cádiz, se entronizó al Rey Felón y su descendencia. Si Napoleón hubiese ganado la guerra, otra historia nos hubiera llegado. Nuestra seña de identidad estaría dibujada en el lema «Liberté, égalité, fraternité«, que hago mío adaptándolo hoy por: igualdad, justicia social y solidaridad.
Muy cerca del Palacio de Oriente, en la calle Tetuán, el 2 de mayo de 1879, se fundó clandestinamente el PSOE. Aprovechando las libertades de la Constitución de 1869, la sección española de la Asociación Internacional de Trabajadores -la Internacional-, organizó una serie de conferencias en Madrid, en las que Pablo Iglesias conoció a Paul Lafargue yerno de Karl Marx. Se difundió El Manifiesto Comunista, que indujo al ideario del Programa Máximo del Partido Socialista Obrero: completa emancipación de la clase trabajadora; abolición de todas las clases sociales y su conversión en una sola de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes.
El 1º de Mayo es una fecha emblemática para la clase trabajadora, en la lucha por conseguir derechos, mejores salarios, seguridad y dignidad. En 1890, se estableció como Día Internacional de los Trabajadores, en homenaje a los «Mártires de Chicago«. A finales del siglo XIX, la miseria y la explotación eran un lugar común y la represión policial al servicio del patrón. Ante esta situación extrema, empezó la lucha obrera; 340.000 obreros salieron a las calles manifestando sus exigencias: «¡8 horas de trabajo! ¡8 horas de reposo! ¡8 horas de recreación!». En Chicago los sucesos tomaron un sesgo violento, que culminaron en la masacre de Haymarket. En un juicio amañado, contra los dirigentes anarquistas y socialistas, cuatro de ellos fueron condenados a la horca.
En este 1º de Mayo, Día Internacional del Trabajo, CCOO y UGT llaman a la movilización de las trabajadoras y los trabajadores para convertir este día en una jornada de reivindicación social y de defensa de los derechos, para luchar contra la precariedad y las desigualdades, a favor del empleo de calidad, y para decir al gobierno salido de las urnas, que se aborde con urgencia la agenda social. En el manifiesto conjunto, ambos sindicatos reclaman a la clase política que no olviden, que los derechos sociales que recoge la Constitución, no deben ser papel mojado, y que es necesario construir una sociedad más democrática e igualitaria.
«Primero las Personas» es el lema de la movilización de este año con el que CCOO y UGT quieren expresar su rotundo rechazo a todas las posiciones excluyentes, populistas y retrógradas que amenazan los derechos laborales y sociales básicos, y que combatirán en las instituciones, con el diálogo, y en las calles, con la movilización. El manifiesto recuerda que «el crecimiento económico tiene bases muy débiles y el nuevo empleo es mayoritariamente precario», y que «no dejan de surgir intentos de huir de la regulación laboral para abaratar y precarizar el empleo naciente (falsos autónomos, falsos becarios, o empresas multiservicios). Ni siquiera la legalidad actual en materia de contratación se aplica», por lo que exigen derogar las reformas laborales, perseguir el fraude, y adoptar medidas destinadas a generar empleos estables y bien remunerados. (Decálogo de propuestas a los partidos políticos que concurrieron a las elecciones generales).
Para Sindicato Solidaridad Obrera, en su Manifiesto, recuerda que este 1º de Mayo, es el día internacional de la clase trabajadora, una jornada de lucha y reivindicación para convertir las calles en un gran altavoz que grite con fuerza que la clase trabajadora está cansada de ser explotada, recordando las luchas y condenando los despidos colectivos y el abuso patronal con contratos eventuales, jornadas reducidas y salarios míseros. «Este 1º de Mayo debe ser el día en que la clase obrera unida se rebele ante la represión que ejerce el capitalismo». Estudiantes, personas paradas y jubiladas, todas en rebeldía, «en una jornada en la que no hay nada que celebrar y si mucho por lo que luchar».
Por ello desde este sindicato combativo reclaman: la derogación total de las reformas laborales de 2010 y 2012; la derogación de las reformas de las pensiones de 2011 y 2013, pasando estas a depender de los Presupuestos Generales del Estado y por ende la extinción del nefasto Pacto de Toledo; la derogación de las leyes que privatizan los servicios públicos (enseñanza LOMCE o sanidad) y su remunicipalización; el cese de la represión contra quien lucha o critica el régimen establecido, la derogación de la Ley mordaza y la depuración de los cuerpos represivos. Igualmente llaman a «la lucha real contra el machismo que impera», que conduzcan a una sociedad en la que ninguna mujer viva con miedo, sea desigualmente tratada o juzgada por ser libre.
Para la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), el primero de mayo es un día reivindicativo de la clase obrera. «Seguimos sufriendo una perpetua crisis que afecta a multitud de familias mientras el número de personas millonarias ha aumentado el doble en los últimos años». Según la confederación anarquista, la patronal y los gobiernos potencian de manera pública o soterrada una economía neoliberal que supone quedarse con todos los beneficios, pagar nada o el mínimo de impuestos e ir privatizando progresivamente todos nuestros servicios sociales. Cuando llegan las crisis socializan sus pérdidas, para que paguemos entre todas y todos sus excesos». Culpan de la crisis a los trabajadores y trabajadoras «por vivir por encima de nuestras posibilidades».
La clase trabajadora, sigue padeciendo las consecuencias de las últimas reformas laborales, que supuestamente nacieron para mejorar la situación socio-laboral de trabajadores y trabajadoras, pero que han servido justo para todo lo contrario. Este año, hay que seguir exigiendo la revocación de las reformas laborales, porque lo que necesitamos es una regulación laboral justa, que equilibre la balanza, que reconozca los derechos de la clase trabajadora.
Los derechos laborales y sociales reconocidos en la Constitución no son regalo gratuito del capital; se han conseguido uno a uno con lucha y esfuerzo, y están siendo reducidos, cuando no eliminados en las repetidas reformas. Sabemos que el sistema capitalista funciona en base a la corrupción generalizada de los poderosos, a costa de la ciudadanía en general y de la clase trabajadora en particular. Esperemos a conocer los resultados de las elecciones generales y a la conformación del próximo Gobierno, para ver como se cumplen los compromisos políticos, económicos y sociales.
Los trabajadores y trabajadoras no debemos perder la conciencia de clase a la que pertenecemos: una sola clase obrera. Tenemos que recuperar lo perdido; hay que seguir en la lucha por los derechos en el trabajo, avanzando en la organización y lucha por los derechos, junto con todas aquellas personas y colectivos que se movilizan contra el capitalismo, el fascismo y la explotación.
@caval100
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