¿Qué pudieras hacer si tuvieras todos los números de celular de un país determinado?, ¿pudieras enviar grandes cantidades de mensajes de texto sin que el gobierno lo supiera?» Esto fue lo que a mediados del 2009, Noy Villalobos, un gerente de la empresa asociada al Gobierno de los Estados Unidos, Creative Associates, dijo mediante un […]
¿Qué pudieras hacer si tuvieras todos los números de celular de un país determinado?, ¿pudieras enviar grandes cantidades de mensajes de texto sin que el gobierno lo supiera?»
Esto fue lo que a mediados del 2009, Noy Villalobos, un gerente de la empresa asociada al Gobierno de los Estados Unidos, Creative Associates, dijo mediante un chat con su hermano menor en Nicaragua, Mario Bernheim.
Poco después, esta idea pasó a la acción y medio millón de números celulares de ciudadanos cubanos fueron obtenidos por la administración de Barack Obama para la aplicación de ‘ZunZuneo’, la red social aplicada por el Departamento de Estado, vía la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) con el propósito de intentar desestabilizar al Gobierno de Cuba y que logró acaparara hasta 68 mil usuarios.
Aplicó millones de dólares a este propósito, mediante operaciones bancarias en las Islas Caimán, cuyo sistema bancario es famoso por ocultar fondos, legalizar fraudes y operaciones ilegales, llegando a recibir entre sus arcas dinero proveniente del narcotráfico.
A lo largo de dos años de operación de este plan terrorista, Estados Unidos tuvo acceso a datos personales de ciudadanos cubanos, a sus llamadas personales y mensajes de texto. Supo cuándo y con quién se reunían; quiénes son sus familiares, sus amigos; de sus problemas y propósitos. Y tomó todo ello para estructurar un plan político fracasado desde 1960: derrocar al Gobierno de Cuba.
Pero, ¿todo queda en otra simple iniciativa de un régimen como el estadounidense? ¿En otra intentona fallida de aplicar un plan terrorista contra un pequeño país que oligofrénicamente considera enemigo?
¿Ante qué estamos?
Los datos, relaciones y hábitos de medio millón de cubanos y cubanas están en poder de Estados Unidos.
Bien puede ocupar esa información para incrementar sus desesperados actos terroristas, o salvar sus ingresos en plena crisis de su sistema económico, mediante la tan lucrativa venta de datos.
Y más aún, el reportaje de Associated Press enfatiza que ZunZuneo fue creado como una poderosa herramienta programática que logró romper con la seguridad informática de la isla.
Es decir, si Estados Unidos puede quebrantar las leyes y restricciones en matera informática para violentar la soberanía de un país, ¿qué no puede hacer en términos de información exclusiva del Gobierno?
Del de Cuba o de cualquier otro en el orbe.
Algo que el mismo vocero de la USAID, Matt Herrick, reconoció al aceptar la operación de ZunZuneo y su aplicación secreta, justificando que la agencia «trabaja donde no siempre es bienvenida».
Tenía razón Edward Snowden: «Estados Unidos justifica lo ilegal»