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Melilla, asesinatos en la frontera

Fuentes: Rebelión

Sin haberse cansado del desprecio de Joe Biden a sus ofrecimientos como fregona oficial de la OTAN, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, nuevamente ha mostrado su inexistente talla moral, esta vez frente a la muerte de cerca de 40 personas perpetrada por sus sicarios marroquíes a los pies de la valla de Melilla, donde una vez más, desangelados del mundo fueron inmolados en defensa de la democracia, la libertad y el libre mercado.

En la madrugada del pasado viernes 24 unas quinientas personas de las dos mil que irrumpieron en las áreas de los controles fronterizos entre Marruecos y España, intentando atravesar las defensas construidas con alambradas de púas y rejas de hierro que separan a los dos países, trepándolas o abriéndolas con alicates para atravesarlas a como dé lugar para dejar atrás la realidad opresiva que viven la mayoría de los pueblos africanos, generada por los paridores de personajillos como Sánchez.

Algunos de los que intentaron saltar la valla encontraron su muerte al caer desde sus 10 metros de altura. La represión conjunta entre ambas guardias fronterizas se dividió en lanzamiento de gases lacrimógenos por parte de los marroquíes y de balas de goma por parte de las fuerzas españolas.

El sistema de vallas protegidas por cercas reforzadas con alambre de púas, cámaras de video y torres de vigilancia que se extiende a lo largo de 12 kilómetros entre Melilla y España y ocho entre Ceuta y la península, ha sido violado infinidad de veces más allá de que las policías de ambos lados han trabajado en su metodología represiva de excelencia, entrenadas por sionistas y norteamericanos, para impedirlo. Estos 37 muertos solo han sido una muestra gratuita de lo que les espera a los miles que lo intentarán una vez más.

Según las autoridades del régimen alauita las personas murieron a consecuencia de una estampida, aunque para algunas de las ONG las muertes las habrían provocado el accionar represivo de los policías del rey Mohamed VI en el intento de evitar la entrada a Melilla.

Según se ve en diferentes imágenes cientos de migrantes ya detenidos y tirados en el suelo fueron brutalmente golpeados con cachiporras por agentes marroquíes. Mientras, en otras pueden observarse lo que parecen cadáveres diseminados en las áreas de represión y personas heridas sin recibir atención médica. Un día después la Asociación Marroquí para los Derechos Humanos (AMDH) publicó imágenes donde se muestran alrededor de veinte tumbas destinadas a los migrantes asesinados el viernes sin que se les haya identificado ni realizado autopsias para la verificación de la causa de muerte, con el evidente fin de ocultar el crimen. Y saltar la obligación por parte de Marruecos de la entrega de los cuerpos a sus familias para el entierro.

La gran mayoría de los refugiados que llegan a Marruecos lo hacen particularmente desde la región de Darfur en Sudán, donde desde hace meses ha repuntado la violencia, que ha provocado más de 130 muertos y unos 50.000 desplazados. También llegan ciudadanos provenientes de zonas de guerra en el África subsahariana tras periplos de meses.

Para el Ministerio del Interior del reino se produjeron 216 heridos de los cuales 140 fueron policías y el resto civiles, mientras 50 policías españoles también habrían sido heridos en las trifulcas con quienes pudieron ingresar al enclave español ubicado en territorio africano.

Sánchez, por su parte, tan acostumbrado a señalar culpables, describió la incursión de los refugiados, como “ataque violento, a la integridad territorial española” y responsabilizó a las mafias que trafican con seres humanos. Al tiempo que aplaudió la colaboración española y marroquí en la frontera que han “resuelto bien” el intento de migración masivo.

Poca información ha transitado sobre los habituales pogromos que la policía marroquí perpetra contra los campamentos improvisados por los refugiados, que se han establecido en el bosque de Gourougou, próximo a la frontera, esperando el momento para saltar las grandes vallas. Esas esperas a veces conllevan años de vivir  en condiciones precarias soportando palizas y arrestos constantes.

Días antes de los hechos del viernes las hordas de Mohamed VI atacaron a los migrantes mientras dormían prácticamente a la intemperie y les arrebataron alimentos, documentación y dinero. Se cree que dichas requisas, que sin duda agudizaron sus niveles de precariedad, agotamiento y ansiedad, han sido uno de los detonantes que podrían haber alentado el intento del viernes.

La policía marroquí, con intención de excusar sus crímenes y agigantar las acciones de los refugiados, informó el pasado domingo 26 de que había frustrado un “complot de inmigrantes” para cruzar la frontera hacia Ceuta, deteniendo a unas 60 personas.

Olvídate del Sahara Occidental

El frustrado intento del viernes es el primero que se produce tras la mejora sustancial de las relaciones entre Rabat y Madrid en marzo pasado tras una controversia de casi un año centrada en la cuestión de los territorios de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), la excolonia española a la que Francisco Franco, poco antes de su muerte en noviembre de 1975, dio la independencia. La que tras su muerte impidieron entre su continuador Juan Carlos Borbón  y el otrora rey marroquí Hassan II, dado que los territorios saharauis son extremadamente ricos en yacimientos de fosfatos y frente a sus costas existe uno de los más importante caladeros de pesca del mundo que desde entonces es explotado por empresas marroquíes y españolas con muy “aceitadas” relaciones con el rey “dimisionado”.

La controversia entre Marruecos y España se inició en abril del 2021 cuando Madrid admitió el ingreso a su territorio de Brahim Ghali, presidente de la RASD y líder del Frente Polisario, brazo armado de la república saharaui, para tratarse el cuadro de covid-19 que atravesaba.

Ese hecho, más allá de las disputas diplomáticas, derivó en que un mes después de conocerse la internación de Ghali en un hospital de La Rioja, con la anuencia del déspota marroquí, unas 10.000 personas invadieron Ceuta mientras sus guardias fronterizos hacían la vista gorda. (Ver: Ceuta, despojos en la playa.), lo que provocó una brutal acción represiva de la policía española.

La mejora de las relaciones entre España y Marrueco, ha logrado que desde el mes de abril se haya producido una importante caída en las llegadas de refugiados, particularmente a las Islas Canarias, con un significativo 70 por ciento de febrero, según cifras del Gobierno español, ya que Mohamed VI ha dejado de utilizar a los refugiados como arma para presionar a Madrid, particularmente con todo lo que tenga que ver con la RASD.

Sánchez, informado de que en los campamentos de refugiados en torno a la valla de Melilla se estaba gestando un nuevo intento de cruce, había advertido a principios de junio “que no toleraría el uso de la tragedia de la inmigración ilegal como medio de presión”.

La visita de Sánchez del pasado abril a Marruecos dio un giro esencial a la situación de la RASD, ya que en sus declaraciones mostró claramente que España, una vez más, ha traicionado al pueblo saharaui asociándose y apoyando a sus verdugos marroquíes, ya que Madrid pasaría a considerar “la iniciativa de autonomía marroquí como la base más seria, realista y creíble para resolver el diferendo”.

Rabat pretende, desde el alto el fuego de 1991 de la guerra con el Polisario iniciada en 1975, que el Sáhara Occidental con un estatus autónomo se aliste bajó la soberanía marroquí, por su parte el la RASD exige, tal como se acordó en el alto el fuego, un referéndum supervisado por la ONU sobre la autodeterminación, a lo que la tiranía alauita se ha niega desde entonces.

La nueva actitud de España refuerza, si fuera necesario, la decisión de Donald Trump, quien poco antes de abandonar la presidencia reconoció los territorios usurpados en la invasión de 1975, conocida mediáticamente como “la Marcha Verde”, organizada por el Rey Hassan II a cambio de que Rabat traicionara a Palestina reconociendo la existencia del enclave sionista que usurpa los territorios y bienes del pueblo palestino.

Tras los recientes acuerdos entre Madrid y Rabat, Marruecos adquiere el discutible privilegio de convertirse en el gendarme de la Unión Europea (UE), lo que va en detrimento de la relación de Europa con Argelia, país que ha cortado sus relaciones con Marruecos. Lo que podría generar más problemas a Sánchez, ya que importa gas natural desde Argelia, un detalle nada menor en estos tiempo de alza de precios y escaseces. Por su parte Argel ya ha retirado a su embajador en Madrid en señal de su molestia por el cambio de rumbo español con respecto al norte africano.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.