Tras la reunión del grupo GEM celebrada en Trujillo, las declaraciones del presidente de la Junta sitúan a la región extremeña en una posición intelectual que en nada tienen que envidiar en cuanto a ficción se refieren al jardín europeo descrito hace unos días por Borrell cuando señalaba que Europa viene a ser una especie de vergel que nace de la mejor combinación de libertad política, prosperidad económica y cohesión social que la humanidad en su camino al desarrollo haya sido capaz de construir.
Todas las elucubraciones de Vara son para ocultar la tremenda crisis económica en la que está instalada Extremadura como territorio de acumulación capitalista. Saltando al vacío, sin paracaídas nos anuncia que después de todo este período de crisis, pandemia y guerra, la región extremeña se transformará en un actor de nivel mundial, sus dotes competitivas para atraer inversiones y empresarios, su preparación para la innovación y la suficiente soberanía industrial, agraria y energética gracias a los abundantes medios de producción que convergen en nuestro territorio, tales como la energía eléctrica, la capacidad de agua embalsada y las comunicaciones ferroviarias. Según el presidente, estos atributos del jardín extremeño vienen a ser motivos más que suficientes para colocarnos en una posición privilegiada de la cadena de valor en el orbe productivo internacional.
A pesar de esta interpretación tan optimista y positivista de nuestro futuro, los extremeños y las extremeñas desconfiamos ante ridícula insistencia para meternos en el cerebro algo que es complicado entender por la realidad material que nos rodea. Todo el mundo feliz que nos cuenta el presidente es un argumento que ya conocemos. La película está tan vista y escuchada que por mucho que Vara repita que tenemos un extraordinario potencial eléctrico, no nos va hacer creer que ese montón de kilovatios de potencia eléctrica de energía renovable que se está montando en nuestra tierra reportan rendimientos a la población extremeña, cuando todas esas instalaciones de almacenamiento energético pertenecen a grandes empresas eléctricas que siguen engordando sus ganancias a costa de saquear con precios desorbitados a empresarios, trabajadores autónomos y población en general; lo mismo se puede decir de los embalses de agua que estas mismas empresas eléctricas utilizan con suma facilidad para su particular aprovechamiento cuando se requiere en el mercado eléctrico la energía hidráulica. Tampoco podemos recurrir a mejorar los adornos de nuestro imaginario jardín con las actuales infraestructuras ferroviarias que en la actualidad tienen enormes carencias y dificultades para permitirnos fáciles e intensas comunicaciones con los puertos nacionales.
Respecto a la paz social a la que se refiere el presidente de la Junta, o lo que es lo mismo la baja intensidad de la lucha de clases entre el capital y el trabajo, hecho que viene determinado por un conjunto de factores políticos, legislativos, judiciales, policiales como la ley mordaza, y por la colaboración de los sindicatos oficiales, CCOO y UGT, con las organizaciones empresariales silenciando y disimulando la guerra social contra la clase obrera. Esta paz social en el mundo laboral extremeño es un dispositivo que asegura en los centros de trabajo una explotación salarial generadora de una abundante extracción de plusvalía a manos del propietario de los medios de producción; el desempleo, la economía sumergida que envuelve a un buen número de trabajadores, la importante precariedad salarial y unos porcentajes de pobreza que superan el 40% de la población dan lugar a unos niveles de vida regional que están entre los más bajos de los territorios del estado español.
Quizás en vez de tanta propaganda acerca del prometedor y halagador futuro que nos espera sería más conveniente que la Junta de Extremadura comenzara a poner en marcha una planificación económica de carácter industrial, desarrollando instrumentos productivos y financieros, tomando con una base democrática todas las orientaciones y estudios que ofrece nuestra Universidad en el plano investigador, innovador y de perspectivas de emprendimiento.
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