El poeta Marcos Ana intervino en el acto de reparación moral de Miguel Hernández.
Marcos Ana estuvo a punto de embarcarse en el Stanbrook, el último barco que partió hace 72 años desde el Puerto de Alicante con miles de refugiados republicanos, pero lo perdió por minutos: «Llegué justo cuando había iniciado su marcha, hubo gente que se echaba al agua, y luego cercaron Alicante por mar, tierra y aire, quedamos en una ratonera y empezó el calvario», recuerda el poeta como si fuera ayer y añade que su vida, de haber tomado el barco, «sería la misma porque seguiría luchando por la libertad».
A sus 90 años, a los que resta los 23 que permaneció en prisión -«soy el preso que más tiempo estuvo encarcelado en el franquismo, con esa triste autoridad me han invitado», apunta- Marcos Ana no ha querido faltar al acto de reconocimiento de Miguel Hernández, «uno de los poetas más comprometidos con su tiempo, un hombre que defendió la libertad de España y que para mí ha sido un ejemplo de vida y de poesía».
Con él compartió unos días de prisión en Conde de Toreno, «apenas me dio tiempo a darle un abrazo y conocerle fugazmente», lo suficiente como para declarar que «no hay justicia posible para el crimen execrable de Miguel Hernández, pero esto es un primer paso que honra su memoria, un gesto, con la esperanza de que se generalice a la lucha de miles de personas que perdieron su vida».
Para este símbolo de la lucha antifranquista -que ha asistido a más de 60 actos este año y que se angustia por no tener tiempo de responder los cientos de e-mails que recibe a diario- la memoria histórica es «el mejor legado que podemos dejar a nuestros hijos» y cree que la ley «sí sirve, aunque nació con insuficiencias. Queremos que todos los procesos franquistas queden anulados por ilegítimos, y eso aún no se está dando, pero se va a conseguir y debe extenderse a todas las víctimas». Sin rencor ni venganza, pero tampoco sin olvido, el poeta nonagenario apunta que es necesario «que las nuevas generaciones sepan qué pasó en esa página de la historia para evitar que sucesos así se repitan».