Al PP no le vale con aumentar todavía más el adoctrinamiento religioso en educación con la nueva reforma educativa de la LOMCE. Al PP no le basta con empresarializar la educación con la nueva competencia estrella de iniciativa empresarial. Ahora quiere militarizar la educación. Si ya esperpéntica era la propuesta de los nuevos contenidos de […]
Al PP no le vale con aumentar todavía más el adoctrinamiento religioso en educación con la nueva reforma educativa de la LOMCE. Al PP no le basta con empresarializar la educación con la nueva competencia estrella de iniciativa empresarial. Ahora quiere militarizar la educación.
Si ya esperpéntica era la propuesta de los nuevos contenidos de Filosofía de 1° de Bachillerato donde el Ministerio de Educación introducía los dedicados a la función de la Filosofía en el mundo empresarial y organizativo. Con un temario que sonrojaría hasta al mismo Sócrates en donde se proponía desarrollar «el modo metafísico de preguntar radical y mayéutico para diseñar una idea empresarial». Ahora nos asaltan las distintas Consejerías de Educación del PP con nuevas ideas luminosas.
No la ya casi «clásica» ocurrencia del Consejero de Educación de la Junta de Castilla y León de introducir y promocionar en los centros escolares el libro titulado Mi primer libro de Economía de una entidad financiera especializada en productos de inversión, «Inversis Banco». Donde, como explicaba la propia autora, el objetivo no es otro que «acercar la cultura financiera para que sea accesible a niños de entre cinco y ocho años de edad y formar con una base sólida a los futuros consumidores».
Ahora resulta que este mismo Consejero de Educación del PP promociona el segundo concurso literario escolar que la Dirección General de Reclutamiento y Enseñanza Militar del Ministerio de Defensa, en estrecha colaboración con las Áreas de Reclutamiento de cada provincia, han puesto en marcha en Castilla y León. Un concurso destinado al alumnado de 4º de ESO y Bachillerato. En donde los participantes deben escribir una carta a un militar, describiendo su visión sobre la «importancia que tiene la labor que desarrolla» y cómo contribuyen sus misiones al mantenimiento de la paz y seguridad en el ámbito nacional e internacional, así como el valor y el compromiso de los militares desplazados a países donde Rajoy está mandando, con el apoyo del «nuevo» PSOE de Pedro Sánchez, como Irak.
En mayo la plaza de toros de la capital leonesa acogía a más de 3.000 escolares traídos de una docena de centros educativos de la ciudad y de la provincia, para ser expuestos a exhibiciones de la Guardia Civil, el desfile de una muestra de las armas y efectivos de las diferentes unidades de la Benemérita, e incluso un simulacro de detención, con explosivos incluidos. Por supuesto, el subdelegado del Gobierno del PP recordó que el acercamiento de la Guardia Civil a los escolares se produce de forma habitual, mediante la organización de actividades como charlas, conferencias o exhibiciones en los colegios. Sacan la música de la escuela y meten a los escolares en la plaza de toros a adiestrar sus neuronas con los pases de pistola de los primeros espadas de la Guardia Civil. Así se aplica la LOMCE. Con las ideas firmes y cuerpo a tierra.
Pero no acaba aquí la cosa. Castilla-La Mancha ha tenido la formidable ocurrencia de introducir la formación militar en el sistema educativo, que también se ha aplicado en la Consejería de Educación de Castilla y León, por supuesto. Ya que los jóvenes huyen de las armas, la mili, la guerra, los responsables de la educación pública de nuestras Comunidades Autónomas, regidas por el PP y su ideología transgresora, han pensado que es necesario, en una época de recortes económicos en los presupuestos educativos y de despidos de personal docente, incorporar la formación militar en la formación del profesorado para que éste a su vez la incorpore a las clases. Un avance pedagógico incuestionable e imprescindible en los tiempos que corren. Se hace crucial instaurar de nuevo la educación patriótica militar en las nuevas generaciones.
De esta forma los Consejeros de Educación de estas Comunidades Autónomas Patrióticas se han comprometido a impartir a «dar formación militar a los docentes a través de talleres y cursos que contribuyan a la formación permanente de los docentes», con el fin de que el espíritu patriótico y la defensa «formen parte de la educación de nuestros jóvenes estrechando los vínculos entre la sociedad civil y militar». Formar al profesorado por militares parece ser la nueva moda de esta reforma educativa del Partido Popular, con el fin de acercar el ámbito militar a la sociedad civil y asumir los modelos e ideología subyacente de la ley mordaza y otras leyes de represión que han de instaurarse en la España de los recortes y el rescate multimillonario de los bancos, según afirman sus ideólogos. Es necesario que la ideología de la sumisión y la obediencia debida vaya siendo asumida por las futuras generaciones y qué mejor medio que el sistema educativo. De esta forma se dará al profesorado cursos impartidos por militares tras los acuerdos de Educación con el general que dirige el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), organismo dependiente del Ministerio de Defensa, junto con otros destacados cargos militares.
Nos encontramos así que se están suprimiendo la mayor parte de los Centros de Formación del Profesorado, por recortes en los presupuestos de Educación pues se tiene que destinar el dinero público a pagar los intereses de la deuda a los banqueros. Ya no son tan necesarios este tipo de Centros donde especialistas en educación daban formación demandada por el profesorado sobre estrategias de resolución de conflictos, habilidades de comunicación y educación para la paz. Ahora se les sustituye por cursos de formación a cargo de militares cuya temática será geopolítica, seguridad y panorama estratégico de ámbito militar adaptado a la sociedad civil para que el alumnado «forme parte de esta cultura». Eso sí, los cursos que ya se están impartiendo se denominan «Una Educación para la Paz y la Seguridad» y afirman que su finalidad es desarrollar «una educación de futuro que proporcione valores de justicia, tolerancia y diálogo a sus alumnos y proporcionar los recursos necesarios para llevar a cabo prácticas sobre educación para la paz en las aulas» a cargo de militares. Es el mundo al revés, que decía Eduardo Galeano. Es la escuela al revés. Donde los militares imparten clases y los estudiantes son criminalizados, sancionados y multados por reivindicar derechos y un mundo en paz y con justicia.
El Ministerio de Defensa del PP, que se une a esta batalla, acaba de crear la Academia Central de Defensa con el fin de concentrar los servicios administrativos de las escuelas militares que la componen, entre las cuales está la Escuela Militar de Ciencias de la Educación. Por supuesto, ya hay tradición en este tipo de militarización de la educación. La Resolución de 29 de agosto de 2014, de la Subsecretaría del Ministerio de «Defensa», establecía convenios de colaboración con el Ministerio Educación y la Comunidad de Madrid, para impartir las enseñanzas de formación profesional de grado superior en los centros docentes militares de formación de suboficiales de las Fuerzas Armadas.
Repito. Es el mundo al revés. Es la educación al revés. Como diría Ernesto Sábato, «estamos a tiempo de revertir esta masacre. Esta convicción ha de poseernos hasta el compromiso».
Enrique Javier Díez Gutiérrez. Profesor de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de León y Coordinador del Área Federal de Educación de IU
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