La Minera Escondida, el yacimiento de cobre más grande del mundo, ubicado en el norte de Chile, está obteniendo-si se proyectan a doce meses sus utilidades en el primer semestre-ganancias en el año equivalentes a US$6.000 millones. El país experimenta una exacción indignante. El petitorio presentado actualmente por los trabajadores de la mina constituye un […]
La Minera Escondida, el yacimiento de cobre más grande del mundo, ubicado en el norte de Chile, está obteniendo-si se proyectan a doce meses sus utilidades en el primer semestre-ganancias en el año equivalentes a US$6.000 millones. El país experimenta una exacción indignante. El petitorio presentado actualmente por los trabajadores de la mina constituye un porcentaje reducido si se compara con las utilidades empresariales. El tema de fondo que queda planteado es quién se apodera de los beneficios producidos en la explotación de un recurso natural por el cual prácticamente no se cancela renta por su explotación. El chileno queda al margen del boom en la explotación de riquezas que contiene el territorio nacional. La nacionalización de la gran minería cuprífera privada vuelve a mostrar su necesidad o a lo menos establecer el cobro de un royalty real.
Minera Escondida, controlada por el consorcio angloaustraliano BHP Billiton, obtuvo utilidades en el primer semestre por $1.574.462 millones de pesos chilenos (US$2.918,7 millones), con un incremento en relación al mismo período de 2005 de 211,5%. Proyectado a doce meses sus ganancias llegarían a casi US$6.000 millones, equivalentes a más de un 4,2% del PIB de Chile. Sus ganancias en el semestre superaron ampliamente a las registradas en 2005 (US$937 millones), lo cual se explica además del alza en los precios por el incremento en la producción. Si se considera a Codelco, BHP Billiton fue la segunda empresa de mejores resultados entre las sociedades que entregan su información públicamente. La sociedad angloaustraliana lo debe hacer porque tiene colocados títulos de deuda en el mercado financiero nacional. Sus ventas, en valores reales, aumentaron en enero-junio en 157,8%. Tres años de ganancias similares en Escondida son superiores al monto cancelado en la mayor transacción minera de la historia, la adquisición por la suiza Xstrata del consorcio canadiense Falconbridge de una alta presencia en la economía nacional.
Las cifras de utilidades de Escondida constituyen un atropello al país. En el primer semestre el precio promedio en los mercados internacionales de la libra de cobre fue de US$2,756, superior en un 82,5% a los mismos meses del año anterior. En mayo, su cotización alcanzó a US$3,650. Un porcentaje apreciable del monto vendido quedó en poder de la BHP Billiton. Si la cotización del cobre es de US$3,55 la libra las ventas diarias llegan a US$28 millones, de los cuales un 78,6% (US$22 millones) constituyen utilidades antes de impuestos. Si se consideran estos últimos que ascenderían a US$7 millones, finalmente, la empresa queda con ganancias después de impuestos de US$15 millones, un 53,6% del valor comercializado. Estos datos muestran que el despojo al país es gigantesco.
Las utilidades de Codelco van al Estado, incluyendo los recursos que debe destinar por ley a la adquisición de armamentos para las Fuerzas Armadas. Los ingresos fiscales provenientes de la minera estatal se transformaron por el mecanismo presupuestario vigente en un alto porcentaje en superávit1. Por su parte, las ganancias de minera Escondida se van al exterior o sirven para financiar nuevas inversiones, que le proporcionarán ingresos adicionales a futuro, aprovechando en su beneficio que en el país prácticamente no se paga renta por explotar recursos pertenecientes a todos los chilenos . De esta manera, las grandes utilidades de las empresas mineras benefician en un porcentaje muy reducido a la población. El chileno común y corriente queda en los hechos así al margen del boom en la explotación de riquezas que contiene el territorio nacional.
Las ganancias del conjunto de la gran minería cuprífera privada-que explota casi los dos tercios de la mayor riqueza natural del país-se aproximará en el presente año a los US$10.000 millones. La sudafricana AngloAmerican la incrementó en el primer semestre en 139,5%, al sumar US$991 millones. Sus ingresos totales en el país llegaron a US$2.238 millones, monto equivalente al doble de lo alcanzado el año pasado en los mismos meses.
El conocimiento de los resultados de Escondida correspondientes al primer semestre se produjo en un contexto especial, ya que se dieron a conocer cuando se enteraba una semana de huelga, lo cual permite analizar desde otro ángulo este conflicto. La huelga de los 2.052 trabajadores de Escondida tiene un impacto mundial y nacional indiscutible. La preocupación internacional se expresó en la posible evolución de la cotización internacional del metal rojo, de prolongarse el conflicto. Financial Times destacó la huelga en la portada de su edición de internet inmediatamente después de iniciarse. Escondida es el mayor yacimiento de cobre del mundo. En el país el gran tema es a quién benefician las gigantescas utilidades obtenidas y en qué proporción retribuyen al factor productivo trabajo. La huelga permite dejar más recursos en el país.
La presidenta de la República, Michelle Bachelet, manifestó al iniciarse el conflicto que la huelga constituía una negociación entre privados. En efecto, es directamente un conflicto entre privados, la angloaustraliana BHP Billiton de un lado y el principal sindicato del yacimiento de otro. Sin embargo, ¿es realmente un tema circunscrito al ámbito privado? En lo formal dejó de serlo cuando se recurrió a los oficios de la Dirección del Trabajo y posteriormente se nominó al ministro Osvaldo Andrade para buscar restablecer las negociaciones cuando la BHP Billiton decidió interrumpirlas. Tampoco lo fue cuando efectivos de Fuerzas Especiales de Carabineros reprimieron a los trabajadores.
Menos constituye un tema sólo limitado a privados si se consideran las repercusiones del conflicto y los múltiples efectos negativos para el país que se producen en la explotación del yacimiento por BHP Billiton. Escondida representa más o menos un 24% de la producción en Chile de cobre-más de 1.200.000 toneladas-y el 2005 significó el 2,55% del PIB. Para el 2006, las estimaciones indicaban una producción cuprífera de Escondida de 1.328.000 toneladas. Su trascendencia para Chile no se limita a indicadores como los señalados, sino que además del hecho de extraer elevadas utilidades del país cancelando bajos tributos, lo cual incide directamente en las cuentas fiscales y en la balanza de pagos.
Escondida fue en el primer semestre la empresa de rentabilidad más elevada con relación a sus activos, entre las empresas que lo poseen en mayor magnitud. Su porcentaje alcanzó a un 126,84%. Por su parte la rentabilidad sobre el patrimonio al cerrar el primer semestre fue de 91,03% es decir recuperan la inversión efectuada dada su alta rentabilidad en un porcentaje de tiempo muy reducido. ¿Puede seguir el Estado permaneciendo indiferente ante una realidad tan fuerte? ¿Es un tema sólo de privados?
De otra parte, BHP Billiton constituye el mayor grupo minero del mundo en términos de capitalización bursátil, seguido de la sudafricana AngloAmerican (presente en Chile en Collahuasi, Sur Andes, Mantos Blancos y Mantos Verdes), Río Tinto (consorcio británico que es socio minoritario de Escondida) y el gigante suizo Xstrata, que durante agosto completó la adquisición de la canadiense Falconbridge (una de las empresas controladoras de Collahuasi, de la fundición Altonorte y de los yacimientos Lomas Bayas y El Morro). La compraventa de recursos mineros existentes en el país se efectúa muchas veces en una operación en el exterior y sigue así constituyendo su explotación un negocio entre privados, permaneciendo el Estado al margen. La adquisición de Falconbridge constituye la mayor transacción minera de la historia, superando la fusión en 2001 entre BHP y Billiton, al alcanzar a los US$17.000 millones, algo menos de tres veces superior a las utilidades de Escondida en el año.
Para analizar el conflicto conviene detenerse en la relación entre el pliego presentado por los trabajadores-que obviamente no va a ser aprobado en definitiva en su totalidad-con los resultados de Escondida, a la luz de los antecedentes entregados por la propia empresa. BHP Billiton estimó que el petitorio representaba un aumento en los costos laborales en dos años de US$220 millones a US$640 millones. En otras palabras, en US$210 millones anuales, lo cual representa algo así como un 3,5% de las utilidades estimadas en 2006, incluyendo los bonos, los sueldos, los aportes previsionales, vacacionales, educacionales y de salud, considerando tanto los ingresos fijos como los variables. Desde luego, las estimaciones indicadas del costo del petitorio inicial por BHP Billiton son mucho más altas a las realizadas por el sindicato, lo cual conduce a que el impacto del incremento de las remuneraciones sobre las utilidades totales sea aún menor.
Los trabajadores de Escondida tienen remuneraciones inferiores a las existentes en Codelco, lo cual incrementa los altos niveles de utilidades de la empresa. La tasa de plusvalía es muy grande. «Los trabajadores que se fueron de Codelco -señaló el presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre, Raimundo Espinoza, donde se agrupan los asalariados de la empresa estatal- eran paleros, camioneros nuestros. Ahora ellos están tratando de llegar a los niveles que tenemos nosotros y eso es bueno» (13/08/06).
En un mundo globalizado, las comparaciones salariales deben efectuarse entre empresas similares y la presión de los trabajadores de ingresos menores debe ser para equilibrarlos. De no ser así, las empresas transnacionales incrementan sus rentabilidades en aquellos países donde las remuneraciones son más reducidas, son el agravante que las utilidades frecuentemente se las llevan del país. Por tanto, el menor pago se traduce en beneficios en otros lugares de la tierra. La comparación básica no debe hacerse con las remuneraciones de otras capas de trabajadores en Chile, que por lo demás no perciben ningún beneficio si se les paga menos a los trabajadores de la minería cuprífera. Con mayor razón si las utilidades quedan en poder de consorcios privados.
«Si los trabajadores del salmón -manifestó con razón Raimundo Espinoza- tuvieran la misma capacidad de negociación nuestra, las utilidades que ganan los privados del salmón no se la estarían llevando de esa forma, y los trabajadores del salmón no estarían trabajando en las condiciones que lo están haciendo» (13/08/06).
Situaciones similares a las planteadas en Escondida se han dado en otros países. Los altos precios de los minerales han estimulado movimientos reivindicativos para que los mayores beneficios empresariales en un cierto porcentaje se redistribuyan con los trabajadores. En Sudáfrica, en el mayor yacimiento de hierro, controlado por Kumpa Resources Ltd., los trabajadores lograron aumentos salariales de hasta un 9% para los niveles más bajos y de 7,75% a los mineros altamente calificados. «Con los mayores precios de los metales-resumió The Wall Street Journal-, las ganancias de las empresas se han disparado. Al mismo tiempo, agregó la publicación, la escasez de trabajadores calificados en varios países mineros dificulta el reemplazo durante las huelgas» (16/08/06).
La relación entre las utilidades de Escondida y las remuneraciones de sus trabajadores termina constituyendo otro ejemplo de la regresividad en la distribución del ingreso en el país, que en estricto rigor es la comparación entre lo percibido por los diferentes factores productivos. En el caso analizado entre lo obtenido por el consorcio angloaustraliano en comparación con las remuneraciones, con el agravante que al no cancelar en los hechos renta por los derechos de explotación ella se suma a las ganancias empresariales.
El director del Centro de Minería de la Universidad Católica, Gustavo Lagos, argumentando contra el movimiento destacó que la paralización «le cuesta al país, aproximadamente, siete millones de dólares al día en impuestos equivalentes a la construcción de unas 750 casas básicas, y además de un menor crecimiento del país…» (09/08/06). Se pueden efectuar muchas otras comparaciones tanto o más efectistas, sin abordar el tema de fondo a quién benefician las utilidades obtenidas en Escondida. Si la comparación se efectuase con las ganancias empresariales Lagos podría construir muchas más casas básicas o construir varios puentes Chacao. En cuanto a que la huelga afecte al crecimiento del país, eso puede ser así en el corto plazo durante el desarrollo del conflicto. Pero no lo es en una mirada en una perspectiva más prolongada, ya que los incrementos en los beneficios salariales quedan en el país, contribuyendo así a la demanda interna, mientras que los consorcios cupríferos extranjeros tienden a sacarlos en un alto porcentaje al exterior, salvo que los destinen a nuevas inversiones en la perspectiva de rentabilidades adicionales a futuro.
Gustavo Lagos argumenta también, defendiendo los intereses de BHP Billiton, «que la única base sería para aumentos permanentes de salario, en la minería o en otras actividades económicas, es el aumento de la productividad laboral…». Sin embargo, ¿los niveles de productividad y las altas ganancias en coyunturas específicas como las generadas por la alta cotización del mineral no debieran considerarse para determinar los tributos a pagar por una empresa transnacional que prácticamente no cancela regalía al utilizar en su beneficio una riqueza perteneciente al país? Las demandas de los trabajadores de Escondida de alcanzarse reducen tasas de superexplotación que son muy elevadas e incrementan el porcentaje de la riqueza extraída que queda en el país.
El presidente de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI), Alfredo Ovalle, expresó que de «contaminar» el conflicto otras negociaciones en el sector afectaría la competitividad de la producción de Chile con respecto a la de otros países. La realidad es en muchos casos otra. Las remuneraciones del sector minero chileno se encuentran por debajo de su nivel en muchos otros lugares, a lo cual se añade que en los hechos no cancelan renta por su explotación-como ya lo recalcamos-a diferencia de lo que acontece como norma general en el plano internacional.
El debate de fondo conduce necesariamente a quién explota los yacimientos de la gran minería del cobre, como consecuencia de la desnacionalización de esos recursos luego del golpe de Estado de 1973, proceso continuado durante los gobiernos de la Concertación. «Lo que ocurre en Escondida-señaló con razón el presidente de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) Arturo Martínez-pone a la orden del día una nueva nacionalización del cobre. Si todo el cobre fuera del Estado, con el superávit de precios tendríamos plata para atender todos los problemas sociales; pero les estamos regalando el cobre a las empresas extranjeras. Entonces -concluyó-, la gran discusión que se va a abrir es quién es el dueño del cobre en Chile. La pregunta -insistió Martínez- es por qué si en Chile se realizó una nacionalización, hoy día este mineral está en manos privadas; por qué entregamos el cobre a las compañías extranjeras» (18/08/06). Si la huelga de los trabajadores de Escondida conduce a aportar a esta discusión tendría indudablemente una trascendencia todavía mayor.
Notas
Véase «Carta Económica 13-08-2006».
Hugo Fazio es economista, profesor universitario y director del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (CENDA) www.cep.cl/ en Santiago de Chile. Colabora con el IRC Programa de las Americas www.ircamericas.org.
Referencias
CENDA, Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo: www.cep.cl. Telefono: 6883760 – 6883761, Fax : 6883763, [email protected], Vergara 578, Santiago Centro, Chile.