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Violencias Machistas & Zonas Rurales

«Mira, ésta es la de los tiros»: el estigma que sufren las víctimas de violencia en zonas rurales

Fuentes: https://www.articulo14.es

A Eva María su expareja la intentó matar y cuenta cómo se vive el maltrato en un pueblo. Casi la mitad de los asesinatos machistas de 2024 sucedieron en localidades pequeñas.


“He experimentado una violencia psicológica durante muchísimos años. En el 2018 llegó a lesiones y, después, intento de asesinato. Estoy viva de milagro. Siempre lo digo… no era mi día”. El exmarido de Eva María Afonso intentó asesinarla de dos tiros hace siete años. Cuando esto ocurrió, tenía activa una orden de alejamiento.

Estuvieron 27 años juntos y tienen una hija en común. Eva vivía entonces en O Grove, un municipio de Galicia de unos 10.000 habitantes.

“Estuve meses sin salir a la calle”

Todo el pueblo sabe lo que te ha pasado. Estuve meses sin salir a la calle porque, cada vez que salía, todo el mundo me señalaba y me miraba diciendo ‘es esa’, como si tú hubieras hecho algo… o diciendo ‘pobrecita, intentaron matarla’. Esa es una situación que psicológicamente afecta muchísimo”, explica Eva. Hace un año que su agresor ingresó en prisión. El juicio tardó más de cinco años.

Cinco años en los que Eva no ha podido vivir tranquila. Está empezando a respirar de nuevo ahora, cuando, por fin, su agresor está entre rejas. Desde que intentó acabar con su vida hasta la celebración del juicio, el hombre estuvo al menos tres años y medio fuera del centro penitenciario, con medidas cautelares. “Durante un año entero estuve yendo a trabajar conconstantes llamadas por quebrantamientos de las medidas“, recuerda. “Es una sensación… que parece que la delincuente eres tú”.

Casi la mitad de los asesinatos machistas de 2024 sucedieron en localidades pequeñas

Según el último informe del Consejo General del Poder Judicial,21 de los 48 feminicidios registrados en 2024 han sido enmunicipios de menos de 25.000 habitantes. Esto hace necesario poner el foco en la violencia desmedida que sufren las mujeres rurales.

El aislamiento geográfico, la falta de recursos y servicios especializados, la dependencia económica, las pocas oportunidades laborales, la presión social, la estigmatización, la poca visibilidad y representación son solo algunos de los obstáculos a los que se enfrentan.

Estas barreras también engloban lo cultural y lo educativo. En algunas comunidades rurales todavía persisten normas patriarcales muy arraigadas.

La falta de acceso a campañas de sensibilización sobre derechos y violencia machista hace que muchas tarden más enser conscientes de que pueden estar siendo víctimas de violencia de género. Por eso, es necesario llegar, de forma especializada, a todas las zonas rurales.

Una respuesta adaptada al territorio

Teresa López, presidenta de FADEMUR (Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales), hace hincapié en la importancia del anonimato y lo difícil que es conseguir mantenerlo en el entorno rural: “Hay que diseñar un protocolo específico de intervención en los ámbitos ruralesque, entre otras cosas, de respuesta o facilite el anonimato. Ya es muy difícil salir de esa espiral de violencia como para, encima, sumarle esa presión adicional a la que muchas mujeres en entornos pequeños se pueden ver sometidas”.

Mantener el anonimato es muy complicado porque “en los pueblos los hombres son más dados a hacer piña. Son todos amigos o conocidos. ¿Qué pasa? Que si, encima, el guardiaconoce a mi marido y son amigos, pues ya no se puede hacer más. Esto parece una anécdota, pero es la realidad. Sucede”.

A Eva su expareja intentó asesinarla con un arma de fuego

“Papá lo hace”

Mirenchu Salinas, secretaria de la Asociación Antígona Soria,cuenta la experiencia de las mujeres que acuden a ellas en busca de ayuda: “Muchas mujeres te cuentan que no se han dado cuenta de que estaban siendo maltratadas hasta una situación puntual. Una de las mujeres que hemos atendido recientemente nos contaba que se dio cuenta de que estaba siendo maltratada porque un día su niño, de solo 8 años, le dio una patada. Ella se lo recriminó y el niño le contestó: ‘Papá lo hace’”.

Soria es la provincia más despoblada de España, pero también hay mujeres maltratadas y asesinadas. Es aquí, donde,precisamente, no hay que invisibilizarlas. Nunca son pocas.

“En la inmensa mayoría de los pueblos de Soria no hay Guardia Civil. Hay un cuartel, a lo mejor, para cada seis pueblos y están distanciados entre sí. El hecho de que tu pongas una orden de alejamiento o una pulsera telemática si siguen viviendo en el mismo pueblo, resulta, casi, hasta ridículo. Lo lógico sería que, además, ese hombre se tuviera que ir del pueblo“, añade Salinas.

Claro que el agresor tenga que marcharse del pueblo es todavía más difícil si la pareja comparte un negocio familiar. “Lo hemos propuesto en muchas ocasiones, que sea el agresor quien se marche del municipio y no la víctima. Muchas veces estamos hablando de mujeres que tienen una profesión que está íntimamente vinculada con el territorio, como la ganadería, la agricultura o la agroindustria. Y, por lo tanto, no es mudarte y ya está. Porque su vida profesional está ahí“, aclara la presidenta de FADEMUR.
“A veces les ponen órdenes de alejamiento de 500 metros… pues siguen en el mismo pueblo. Están todo el rato coincidiendo. En la compra o en el bar tomando un café”. Pilar de la Viña, presidenta de la Asociación Antígona Soria, coincide con Teresa y Mirenchu: las mujeres rurales lo tienen mucho más difícil.

“Mira, esta es la de los tiros”

Eva, superviviente de violencia machista, también lo reconoce: “Hoy todavía hay gente que se refiere a mí y dice: ‘Mira, esta es la de los tiros’”. Esto no debería ser así. Debería ser él el señalado, el que cometió decenas de quebrantamientos e intentó quitarle la vida a una persona por la simple razón de ser mujer.

“Las medidas judiciales deberían ser más drásticas. Sobre todo, cuando son comprobables. Es decir, si tú sabes que este señor repetidamente está haciendo algo que no debe… le puedes dar una oportunidad, pero no puede estar meses o años incumpliendo y acabando con la vida de una persona… con los nervios, el estrés y la ansiedad que se vive”, explica. “El problema es el funcionamiento del aparato que lleva el agresor. Hay que poner el foco en él“.

Por eso las asociaciones piden colaboración para tener datos reales y desagregados por comarcas y municipios. Quieren saber cómo poder coordinarse y gestionar mejor la comunicación entre operadores judiciales y cuerpos de seguridad. Quieren que se acabe el castigo para la mujer, que deje de tener que quedarse en casa por miedo para poder protegerse, que —en muchas ocasiones— ni con eso les sirve.


Fuente: https://www.articulo14.es/violencia-contra-las-mujeres/mira-esta-es-la-de-los-tiros-el-estigma-que-sufren-las-victimas-de-violencia-en-zonas-rurales-20250510.html